Por qué la temporada de Luka Doncic le hace único: Un candidato al MVP en la soledad de los Dallas Mavericks

Sergio Rabinal

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Decía el mítico entrenador montenegrino Bogdan Tanjevic que "el talento es como tener una pierna más corta que otra: se ve a simple vista". Con Luka Doncic pasa algo parecido. El jugador esloveno ha llegado a tal punto de su desarrollo individual que, el simple hecho de verle jugar, hace replantearse el eterno y fútil debate sobre quién o quiénes son los mejores de la liga. 

Si uno no dispusiera de ninguna estadística ni resultado y solamente pudiera atender a lo que sus ojos juzgan, la temporada de Doncic haría del jugador de 24 años una de las más brillantes del último lustro. Sin embargo, su realidad está marcada por unos Dallas Mavericks limitados, mejores que en cursos anteriores, pero tremendamente dependientes de lo que el ex del Real Madrid pueda hacer noche tras noche.

La facilidad con la que Doncic supera a placer a sus oponentes, consigue llegar a sus espacios predilectos o bien conecta con sus compañeros es abrumadora. De hecho, la mejor forma de comprobarlo son los pases imposibles que ejecuta, aquellos con los que sorprende al oponente y que, más allá de su espectacularidad, resultan la solución más correcta para esa situación.

Una breve y rápida selección de estos basta para comprender la dimensión del jugador en que se está convirtiendo Doncic:

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La creatividad es una muestra de control, de dominio de una situación. Doncic maneja a placer todo lo que sucede dentro del rectángulo.

El esloveno se permite licencias solo a la altura de los más grandes, transmitiendo una sensación de que todo aquello que hace es sencillo. El estilo de juego de la estrella le humaniza, le convierte en terrenal, pero nada de lo que es capaz está al alcance de muchos en la historia.

Si bien las estadísticas no cuentan la historia al completo y solo son un reflejo de una posición en el campo y de la ascendencia de alguien en el equipo, las de Luka en esta 2023-2024 le colocan como un caso único. Solo Oscar Robertson y Russell Westbrook habían conseguido promediar más de 30 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias, Doncic va camino de convertirse en el primero en hacer esto con una eficiencia superior al 55% en tiros de dos y 38% en triples.

De prolongarlo durante el resto del curso el esloveno dejaría su huella para siempre en la historia de la NBA.

Pero observar a Luka Doncic únicamente a través del prisma numérico sería perderse la mitad de que es capaz.

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El arte del pase en el aire

Una de las reglas no escritas de este deporte durante décadas decía que pasar el balón con el jugador en el aire solo debía realizarse en momentos muy concretos. Luka Doncic, representa, junto a otros como Tyrese Haliburton o Trae Young, una nueva hornada de directores de juego que desafían los límites y normas. 

El esloveno ha convertido un gesto y una decisión a evitar en uno de sus movimientos más imposibles de detener. No es su stepback o es su juego de pies al poste, sino su habilidad para pasar mientras están en el aire. El ritmo y la velocidad a la que entiende el juego la estrella, así como su total control de la cancha, le permiten encontrar líneas de pase imposibles a ras de suelo.

Así se entiende por qué la mayoría de estas acciones acaban en conexiones en las esquinas, las zonas más defendidas por las ayudas o a las que es más sencillo llegar. Un simple dato para ilustrar esto: los Mavericks son el equipo que más triples en la esquina lanza de toda la NBA (12,5).

Luka cruza la bola de lado como un mediocentro en fútbol y, lejos de encontrar, crea opciones para los suyos que sin él serían imposibles.

"Su cuerpo está hecho de una sola pieza", dijo en 2022 Igor Kokoskov, ex seleccionador esloveno, en una entrevista para el Washington Post. “Tiene la fuerza para hacer que esos pases parezcan hechos sin esfuerzo. Mi única preocupación es que a veces se aburre. Hacer la jugada simple, hacer el pase simple, eso es demasiado fácil para él”.

Al igual que sucede con Jokic, cuyo ritmo lento es una ventaja a su favor, con Doncic el juego parece seguir una velocidad propia, como si el tiempo se detuviese por completo cuando salta para tomar una decisión. No hay forma de medir la eficiencia de estos movimientos a nivel estadístico.

Rozando la perfección ofensiva

A lo largo de los años se han ido creado diferentes métricas con el objetivo de estimar el impacto de un jugador en el resultado final del equipo. Las estadísticas de este tipo permiten conocer mejor cómo influye la presencia de alguien o su ausencia, comprendiendo de este modo mucho mejor la trascendencia del mismo.

En la presente temporada, Luka Doncic ocupa el segundo lugar en VORP, una fórmula que mide precisamente esto, solo por detrás del estratosférico Jokic (4,2) y empatado con Embiid (3,2). Mientras, la estadística WAR (victorias sobre reemplazo) indica que de los 18 triunfos de los Mavs, 13 son responsabilidad directa del esloveno. 

Toda esta mezcla de números, datos y estadísticas avanzadas puede resumirse de la siguiente manera: Luka Doncic está jugando al mejor nivel posible. Esto no es una apreciación subjetiva, sesgada o fruto de una predilección personal con el esloveno, más bien es una evidencia para todo aquel que se haya sentado a verle jugar con Dallas este curso. 

Con la tasa de uso más baja desde su año rookie, registrando "apenas" un 35,7%, el europeo está promediando 9,3 asistencias por 4,0 pérdidas. Teniendo en cuenta que en la NBA computa como perder el balón las faltas en ataque, así como el acompañamiento y las infracciones de tiempo, Doncic se ubica como el cuarto con menos pérdidas entre aquellos con más de 9 pases de canasta por encuentro y más de un 30% de usage. Lo que marca la diferencia es que es quien más carga de responsabilidad ha asumido de todos los que integran la lista y el máximo anotador de todos ellos.

Y es que sus 33,7 puntos han de ponerse en contexto con la manera que los está consiguiendo. El 81,7% de sus puntos en juego provienen de lanzamientos que él mismo se crea, es decir, donde nadie salvo Doncic hacen posible la canasta. Todo ello colocándose por debajo de la barrera del 20% de tantos generados gracias al tiro libre, estando a años luz del 33,8% de Jimmy Butler, 29,5% de Joel Embiid, 28,8% de Damian Lillard y ligeramente por encima de Jokic (19,1%).

El ex del Real Madrid es quien más triples tras bote intenta de toda la NBA (8,0) y pese a ese volumen está tirando mejor que Stephen Curry, con un 37,5% desde la larga distancia. Por otro lado, aunque por su relevancia en el juego apenas cuenta con intentos tras pase, la estrella está conectando el 44,6% en catch&shoot siendo sus 1,9 intentos por noche su máximo de carrera.

La perfección es un proceso que atravesar y Luka Doncic está rozando la mejor versión imaginable de un jugador NBA. Ahora queda comprobar si será suficiente para que los Dallas Mavericks rompan su particular techo de cristal.

Sergio Rabinal

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Sergio es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News. Desde 2018 desempeña las funciones de productor senior de contenido NBA. A lo largo de ese tiempo ha cubierto dos All-Stars, Basketball Without Borders y el NBA Paris Game, así como otros eventos. Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad.