Lonzo Ball es un nombre que ha estado sobre la mesa durante mucho tiempo en los últimos años. Ya sea por su buen paso por la NCAA y su posterior llegada a la NBA como N°2 del Draft o por el impacto mediático que generaba (muchas veces no de manera positiva) el aspecto familiar (sobre todo su padre), el base era objeto de charla. Ni hablar cuando se trata de alguien que cae en Los Angeles Lakers, una franquicia icónica. Y mucho más si el papel en la cancha no se da como el grueso de la gente espera...
El base no tuvo el mejor de los pasos por California en sus primeras dos campañas en la liga, pero hoy disfruta de un nuevo comienzo. Fue parte del traspaso que envío a Anthony Davis a los Lakers (junto a Brandon Ingram y Josh Hart) y ahora se ilusiona con estos New Orleans Pelicans que miran con expectativas el futuro a partir de su gran talento joven, comandado por Zion Williamson.
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Los problemas físicos fueron un gran motivo del mal trago de Lonzo en los Lakers. Apenas jugó 52 partidos en su año rookie y 47 en el segundo. Y no vivir para cumplir las expectativas en la franquicia oro y púrpura trae sus consecuencias. El propio Ball lo tiene claro. "¿Si tenía presión en LA? No, para nada. Era lo que se suponía que tenía que hacer. Cuando eres el N°2 del Draft, se supone que tienes que cambiar la realidad de una franquicia. Y creo que no lo hice en cuanto a mis habilidades. No cumplí con la expectativa", analizó el jugador de 21 años en una entrevista con Shams Charania (The Athletic).
La salida de los Lakers, lógica pero positiva
Así lo cree Lonzo mirando hacia atrás. "El traspaso era una cuestión de tiempo, sabía que eso iba a pasar. Al tener un jugador disponible como Anthony Davis, sabía que venía mi hora", sentenció el base. Claro que entender la realidad estuvo lejos de causar un impacto negativo. "La verdad es que lo estaba esperando ansiosamente, estaba entusiasmado por un nuevo comienzo. Estoy feliz de salir de Los Angeles por primera vez en mi vida", comentó.
Y agregó: "Era hora de un cambio. Me lesioné en mis dos temporadas en Los Angeles y no hice lo que quería. Era una bendición estar en casa y jugar frente a todos, pero no estaba funcionando".
La situación de los Pelicans
Ball está ilusionado con lo que se encontró en New Orleans, contexto que se puede comparar con el pasado de los Lakers. "Son dos situaciones completamente distintas. No se dio como queríamos en el primer año y en el segundo llegó LeBron (James), pasaron todas las lesiones y se complicó todo. Aquí en los Pelicans tenemos a Zion, Jrue (Holiday), JJ (Redick), Favors, más Ingram y Hart que llegaron conmigo... Tenemos muchos que pueden jugar y yo trataré de hacer mi parte", analizó.
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Como en su antigua casa, Lonzo es parte de un núcleo de jóvenes muy interesantes. Pero ahora es aún más especial. "A los que ya éramos jóvenes en LA y llegamos acá, hay que sumar a Zion, Nickeil (Alexander-Walker), Jaxson (Hayes) y otros chicos que quieren trabajar y mejorar. El cielo es límite para nosotros", destacó.
Su hermano LaMelo, ¿el próximo en llegar?
De cara al Draft del 2020, uno de los prospectos más interesantes y que están ganando terreno es el de LaMelo Ball, uno de sus hermanos. Y el jugador de los Pelicans tiene confianza en él. "Sin dudas que tiene chances de ser mejor jugador que yo. Es mejor de lo que yo era a esa edad", sentenció Lonzo, quien cerró con una broma: "Soy su hermano mayor, así que siempre voy a tener una ventaja".
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.