Se acerca la medianoche del día después en Barcelona. O del día sin principio ni final. Un día donde las sensaciones superaron a cualquier tipo de resto de energía. Hace menos de 24 horas, en la madrugada española, Leandro Bolmaro hacía historia para Argentina al ser elegido en el 23° lugar del Draft 2020 por New York Knicks, que de inmediato lo traspasó a Minnesota Timberwolves. ¿El subtítulo? Nada más y nada que menos que ser el argentino elegido en el mejor lugar en la historia del evento. Una situación de impacto que, sin dudas, es la razón que explica que el cordobés de Las Varillas esté con la misma sonrisa que no se debe haber borrado en estos días y pese a las casi nulas horas de sueño, listo para la charla con NBA.com en español.
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"Todavía no lo puedo creer. No caigo todavía", suelta el escolta de 20 años explicando su capacidad para mantener la alegría en el rostro pese a la necesidad de caer en la almohada. El inicio de una conversación para repasar todo lo que pasó en estas horas mágicas.
-¿Cómo fueron estos días y horas alrededor del Draft? Imagino la ansiedad de la previa y el revuelo del después con todo lo que viene detrás.
-A medida que se acercaba el Draft estaba cada vez más nervioso y ansioso también. A la vez mantenía la calma, sabía que podía pasar de todo. Si hacía historia buenísimo, pero ya ser parte de un Draft de la NBA para mí era un honor, un sueño que tenía desde chiquito que nunca imaginaba. Eso fue en la previa, y cuando pasó no lo podía creer. Estaba roto de felicidad, sentí que todo el trabajo que vengo haciendo en todos estos años tiene sus frutos, y me sentía con ese placer de poder decir que estoy haciendo las cosas bien, poco a poco tomando el camino correcto para llegar lo más lejos posible.
-¿Qué pasa por la cabeza de un chico de 20 años cuando el Comisionado Adam Silver dice su nombre?
-Fue una sensación que nunca había sentido. Desde chiquito soñé con la NBA, crecí viendo a Manu Ginóbili, así que para mí estar ahí era imposible. Desde chiquito miraba pero nunca pensé que podía llegar a un Draft. Tener esta oportunidad ahora es increíble. Más allá de que ahora tengo un sueño terrible, estoy intentando disfrutar.
-Encima con un detalle no menor, porque automáticamente llegó tu traspaso. ¿Cómo fue ese momento?
-Me puse la gorra de New York y yo no sabía nada, al rato viene mi representante y me dice sacate esa y te ponés esta. Pero muy bien porque me gusta mucho la franquicia. Está Pablo Prigioni como asistente, ahora llegó el traspaso de Ricky Rubio, ojalá pueda seguir Juancho Hernangómez que también ayuda mucho. Además el presidente (Gersson Rosas) es colombiano, y también eso ayuda. Estoy muy contento con la elección y con la franquicia que me agarró.
-Si había que elegir un camino, ese contexto que describís de Minnesota era de los ideales, ¿no?
-Sí. Además, durante la cena, hablando con mi representante, le decía que quería ir a Minnesota. Así que justo, una casualidad.
-Desde chico soñabas con la NBA. ¿En qué momento entró la NBA en tu vida, y en qué momento te diste cuenta que era algo realizable?
-Siempre miré, pero cuando llegué a Barcelona fue cuando, sin pensar que ya estaba cerca, empecé a pensar que podía. Sabía que podía y que tenía oportunidades. Fue un proceso en donde Bahía Basket me ayudó muchísimo para llegar a Barcelona de la mejor manera, y una vez acá con el segundo equipo tuve un año duro en donde aprendí muchísimo y mejoré todas mis cualidades antes de subir al primer equipo. Ahí fue cuando sentí que estaba la posibilidad más cerca, aunque todavía no lo creía. Con los progresos que tuve, entrenando día a día... El año pasado me había anotado al Draft pero al final me borré, y este año cuando quedé sentí que estaba cerca, que podía. Fue una inspiración muy grande, es algo que soñé desde chiquito y que ahora que lo tengo cerca me enorgullece mucho.
-Imagino que tenés que sentirte valorado por el proceso, ¿no? Porque hubo muchas conversaciones con franquicias, te llegó el kit pre-Draft de la NBA para los 30 mejores jugadores, se habló muchísimo a nivel internacional en la previa...
-Eso se valora mucho. Es todo gracias al sacrificio y el esfuerzo que hago día a día, siempre siendo humilde. Tener los pies sobre la tierra también me ayudó. Gracias a eso estoy acá, como así también a mi familia y a todos los que me apoyan a la distancia para seguir día a día. Todo tiene sus frutos al final.
-Imagino que te habrá explotado el celular de mensajes. ¿Cuáles rescatás?
-No vi mucho el teléfono. Cuando pare un poco me voy a poner a leer, pero leí por encima que Manu me felicitó, gente de la Generación Dorada... Eso lo vi por Twitter. Después Pablo Prigioni, Luis (Scola), algunos de ellos me felicitaron. Ya me pondré a responder un poco en el teléfono porque quiero agradecer a ellos el apoyo, porque desde el primer momento en que empezó la ceremonia estaban todos pendientes en el país, en mi ciudad... Una emoción tremenda. Que me apoyen de esta manera me pone muy contento.
-En el medio de todo esto tomaste la decisión de seguir esta temporada en Barcelona. ¿Cómo fue el proceso de la decisión y qué vas a buscar?
-Estuvimos hablando con Minnesota, con Barcelona y mi agente, y entendimos que lo mejor para mí era quedarme acá este año y después cuando tenga más roce en Europa ir para allá a jugar. Este año termino la temporada acá y después se verá si me quedo otro año acá o voy para allí. Este año espero seguir ganándome los minutos poco a poco, ganar confianza y hacer lo que pueda para ayudar al equipo, porque creo que será un gran año para Barcelona.
-¿Cómo estás viendo este inicio de la temporada, tu primera en concreto con el primer equipo?
-Bien. Hemos arrancado muy bien. Con el semejante equipo que tenemos somos como una familia dentro del vestuario y en la cancha estamos todos unidos. Eso es lo que nos va a llevar a conseguir grandes cosas esta temporada, y además tenemos un entrenador que nos está exigiendo al máximo y saca lo mejor de nosotros, que eso también se aprovecha mucho y hace más fuerte al equipo.
-Todos coinciden en que sos un enorme trabajador. ¿Qué vas a buscar ahora en tu proceso de desarrollo y en la potencial transición a la NBA a futuro?
-Tengo que trabajar en los detalles, en las cosas débiles que tengo en mi juego para poco a poco ir sintiéndome más cómodo dentro de la cancha. Hoy en día me siento muy bien pero quiero sentirme aún más cómodo, pero eso se gana también cada día entrenando como si fuera el último. Eso es lo que hago y poco a poco voy jugando mejor, sintiéndome mejor en la cancha, y es gracias al esfuerzo que hago cada día.
-¿Qué se siente ser el argentino mejor drafteado en la historia del evento?
-Es un privilegio. Nunca imaginé estar acá. Es una emoción gigante que tengo y no sé cómo explicarlo la verdad, no tengo palabras para explicar esta alegría y el momento que estoy pasando. Estoy disfrutando este momento con una alegría enorme.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.