Kevin Durant puede presumir de haber compartido vestuario con algunos de los mejores jugadores de su generación. De Stephen Curry a James Harden, de Kyrie Irving a Russell Westbrook, sin dejar de lado a otros como Klay Thompson, Draymond Green y ahora Devin Booker. En sus diferentes experiencias de todo tipo ha desempeñado una amplia batería de funciones y roles, pero es ahora, en los Phoenix Suns, cuando al fin está jugando junto a un base puro, Chris Paul.
Es probable que no exista en la NBA otro deportista que represente mejor lo que significa esa posición. Y es que CP3 forma parte de un selecto grupo de privilegiados que entiende y ve el juego desde un plano diferente. Mantiene la cabeza fría mientras el caos se apodera del partido, dirige, ordena y pone los puntos sobre las íes a sus compañeros como si de un entrenador se tratase.
En contraste, Durant ha jugado con bases de muy distinto perfil. Anotadores vanguardistas como Curry, figuras de estilo barroco como Kyrie o dados al heliocentrismo como fue el caso de Westbrook.
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Eso deja a KD ante un escenario insólito en este nuevo escenario y reto que tiene ante sí. La estrella se amolda a cualquier contexto y función, pero es sin balón donde más daño puede hacer a los equipos rivales, justo lo que mejor se le da a Paul. El veterano base de los Suns es un auténtico maestro en la gestión de los ritmos de partido, de la distribución, y siempre encuentra la manera de darle la pelota a quien mejor posicionado está para anotar.
Dos encuentros desde el debut de Durant han sido suficientes para comprobar lo que era evidente: que KD encaja en Phoenix.
Si se va un poco más allá de esta afirmación, si se pone verdaderamente el foco en el juego, se puede constatar que la pareja formada por CP3 y el veterano alero puede acabar por ser imparable en los Playoffs.
🙌 A KD se le caían los puntos de las manos anoche
— 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐩𝐨𝐫𝐭𝐢𝐧𝐠 𝐍𝐞𝐰𝐬 España 🇪🇸 (@sportingnewses) March 4, 2023
🔥 20 puntos en 7 de 10 en tiros de campo
✅ ¡Y victoria contra los Bulls!pic.twitter.com/o6o1C8PmxP
Una de las claves que se apuntó antes de su debut era la capacidad de Durant para reaccionar a las marcas dobles. Esto, que se da por hecho cuando se habla de una estrella, resulta importantísimo cuando el juego se ralentiza en la postemporada.
Ahí, los oponentes tratar de sacar al atacante de aquellos espacios en los que se sienten más cómodos o bien quitarles la bola. Si en una estructura nada fiable como la que había en Brooklyn KD fue capaz de quedarse a nada de unas Finales de Conferencia, ahora con el mejor base organizador en los últimos 15 años las posibilidades son infinitas.
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Con esto en mente hay que tener en cuenta otra lectura. Ante las dobles marcas Durant reacciona con buen sentido del juego, atacando el trap cuando es debido o bien redistribuyendo. Aquí es donde va a ser fundamental la ayuda de Chris Paul. Un solo dato para ilustrar esto: CP3 viene lanzando al 52,8% en triples en recepción. Es decir, si, como aparece en el clip de arriba, la defensa rival se cierra sobre KD tras pase de Paul, el veterano no perdonará desde la larga distancia.
Al mismo tiempo, la nueva figura de Phoenix es un peligro constante cuando no tiene la bola. De un modo distinto a lo que pueden ofrecer otros como Devin Booker o Kyrie Irving, Durant pertenece a una categoría de privilegiados capaces de anotar cuándo quieren, independientemente de lo que la defensa rival le presente. Es decir, el cómo apenas importa, lo relevante es que la bola le llegue.
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En dos encuentros se ha comprobado lo imparable que puede resultar un arma de este estilo junto a un pasador asombroso como Paul, tanto que hasta Devin Booker ha sido capaz de encontrarle. Puede que la asistencia no la acabe sumando CP3, pero cada acción en la que Durant produce tiene el sello del base.
El verdadero valor del líder de los Suns es garantizar que todo funcione como debería, que todos tengan sus oportunidades de sumar y que la química ofensiva sea la correcta. Con un Kevin Durant que, a estas alturas de su carrera, no necesita estar en constante contacto con la bola para que impacte, Chris Paul es el compañero definitivo.
Las posibilidades de unir a estos dos son infinitas y cómo puede desbloquear una versión nunca antes vista de Kevin Durant en su camino al éxito.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.