El talento abunda en una NBA que vive una era en donde el caudal de excelencia individual no deja de deslumbrar. Dentro de ese lote, hay grupos y grupos. Por ejemplo, están los jóvenes de más cartel que, lógicamente, despiertan una expectativa elevada en la gente en cuanto a su desarrollo. Es decir, todos esperan que Ja Morant pueda dar un paso más en su consolidación como estrella joven de los atrevidos Memphis Grizzlies, o que LaMelo Ball ratifique su gran año rookie para llevar a Charlotte Hornets de regreso a la pelea por los puestos de Playoffs, o que Michael Porter Jr. siga explotando su poder anotador en Denver Nuggets para acompañar a Nikola Jokic. Pero hay otro grupo que, en los papeles, pasa lejos de los principales focos. Pero no por eso hay que dejarlos de lado.
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Seguimos palpitando la 2021-2022, con los training camp a menos de un mes de su inicio, y ponemos el foco en cinco jugadores 'por debajo del radar' que están ante la oportunidad de dar un claro paso al frente y explotar en la competición, entendiendo que seguramente habrá más que se vayan sumando.
OG Anunoby (Toronto Raptors)
Probablemente el nombre más conocido de la lista, uno que hace un par de años viene apareciendo en este tipo de nóminas. Pero la 2021-2022 parece la del despegue definitivo. O, al menos, debería serlo para el bien de los Raptors. Y es que en Canadá comienzan la era post Kyle Lowry en medio de una reconstrucción competitiva que dependerá del desarrollo y salto interno para terminar de entender cuán cerca o lejos están del lote que peleará por los puestos de Playoffs después de una opaca 2020-2021.
¿Por qué debería ser su año de despegue definitivo? Porque ha quedado como una de las referencias del núcleo que fue campeón hace dos años junto con Fred VanVleet, nuevo líder en la base tras la salida de Lowry, y Pascal Siakam, quien comenzará la campaña fuera de las canchas por una lesión y que encima viene de una irregular temporada (que se sumó a algunos rumores de traspaso). Así, Toronto necesita más que nunca el salto de OG.
Y ese salto tiene que ser en un aspecto puntual. Defensivamente ya es de absoluta élite por su versatilidad, pero falta la explosión ofensiva consistente. Viene de su mejor campaña anotadora, con promedios de 15,9 puntos (48% campo) para acompañar sus 5,5 rebotes, 2,2 asistencias y 1,5 robos. Mejoró su acierto exterior hasta el 39,8% triple en 6,1 intentos, pero la mejora debe venir en su capacidad desde el drible y en la creación de su propio disparo. La diferencia es clara: en la 2020-2021 lanzó un genial 42,4% en triples en situaciones de catch and shoot, que representaron el 44,6% de sus tiros. ¿Desde el drible? Bajó a un 20% en triples y 27,9% de campo general.
En los últimos 20 partidos de la temporada pasada, Anunoby promedió 18,3 puntos, con 48% campo y 40,1% triples. En los últimos siete de ese tramo, subió a 22,4 tantos y 50,4% campo (44,4% triples). El potencial está ahí, tanto como la oportunidad de lucirse. A los 24 años, Anunoby encara su campaña de potencial explosión como un alero de élite.
De'Andre Hunter (Atlanta Hawks)
Atlanta fue la gran revelación de la temporada pasada, llegando hasta las Finales del Este después de bajar a los Knicks y sorprender a Philadelphia 76ers. Y todo lo hizo, prácticamente, sin uno de los mejores valores de su núcleo joven. Hunter, #4 del Draft 2019, había comenzado su segundo año a ritmo de convertirse en uno de los mejores jóvenes two-way de la competición. Las cualidades defensivas siempre estuvieron sobre la mesa para analizar su perfil, pero el salto ofensivo fue claro y destacable. En sus primeros 17 partidos promedió 17,9 puntos, 51,7% campo, 37,5% triples (4,7 intentos), 5,6 rebotes y 2,3 asistencias en 33,3 minutos.
¿Qué pasó después? Lesiones que lo limitaron a apenas 6 partidos más en la Fase Regular, y apenas cinco en la postemporada en donde sólo pudo jugar (y con restricciones) en la serie ante New York antes de volver a lesionarse. Demasiado poco para lo que había sido un comienzo de año ilusionante.
Si el físico acompaña, el ex Virginia -de 23 años- puede confirmar ese salto que había comenzado. Y de hacerlo, los Hawks serán aún más peligrosos.
Jarrett Allen (Cleveland Cavaliers)
Otro nombre quizás más conocido que la media en esta lista, por haber sido parte del traspaso que envió a James Harden a Brooklyn Nets y, por qué no, por ese sensacional peinado afro digno de otra época. Pero detrás de ello hay un pívot que tiene la oportunidad de convertirse en una de las mejores anclas defensivas de la competición.
Allen ya era útil para un equipo con aspiraciones altas como los Nets, así que eso refuerza su valor en cualquier tipo de contexto. Con su llegada a Cleveland se transformó en la referencia absoluta de la organización para la posición de pívot, y su renovación en esta Agencia Libre (100 millones por 5 años) refuerza el concepto. Defensivamente es de élite, por su timing para tapones, inteligencia para lecturas y agilidad para moverse ante jugadores más rápidos, mientras que ofensivamente está tratando de convertirse en algo más que un finalizador.
En los Cavs promedió 13,2 puntos (60,9% campo), 9,9 rebotes, 1,7 asistencias y 1,4 tapones en 30,3 minutos (40 de sus 51 partidos como titular). Habrá que ver cómo usa Bickerstaff el grupo de interiores que tiene en su poder (Mobley, Markkanen y el enigma de Kevin Love), pero Allen -de 23 años- debería ser una referencia absoluta de una reconstrucción que va por un salto.
Keldon Johnson (San Antonio Spurs)
Hablando de equipos en reconstrucción, llegamos a los Spurs, que encontraron en Johnson a uno de los mejores valores jóvenes para encaminar su futuro. Un alero de 21 años un tanto bajo (1,96) pero con gran poder atlético y energía, enormes instintos para el rebote y la capacidad de impactar en ambos costados del campo. Por algo terminó ganándose su lugar entre los 12 de Estados Unidos que ganaron el oro en Tokio 2020, una experiencia que lo puede llegar a potenciar por completo.
En la 2020-2021, su primera campaña con un papel estable y siendo titular, promedió 12,8 puntos (47,9% campo), 6,0 rebotes y 1,8 asistencias en 28,5 minutos. La salida de los veteranos, principalmente DeMar DeRozan, abrirá más opciones y responsabilidades ofensivas, y él puede ser uno de los llamados a dar un paso al frente. Detalle a seguir: un mejorable papel para el triple después de su 33,1% de acierto en 2,6 intentos en el curso pasado.
Isaiah Stewart (Detroit Pistons)
Si los de Michigan se desprendieron de Mason Plumlee después de un más que sólido año como pívot titular fue porque Stewart pedía pista como el jugador del futuro de la organización en ese puesto. Un 5 bajo (2,03 metros) pero con un motor de energía inagotable que a muchos les hizo recordar a Ben Wallace, histórico de la organización. De los mejores rookies de la temporada pasada (#16 del Draft 2020), promediando 7,9 puntos (55,3% campo), 6,7 rebotes y 1,3 tapones en 21,4 minutos.
Si proyectamos sus registros cada 36 minutos, hablaríamos de medias de 13,3 tantos, 11,2 rebotes y 2,1 tapones. ¿Imposibles? Para nada. De hecho, en sus 14 presentaciones como titular promedió 12,7 tantos, 9,4 rebotes y 2,1 tapones en 29,2 minutos. Stewart puede ser una bestia en los aledaños al tablero y en Detroit lo saben. Por algo han preparado el terreno para darle la titularidad a los 20 años y acompañar al más que interesante núcleo joven al que se sumó Cade Cunningham, #1 del reciente Draft.
Mención de honor: Daniel Gafford (Washington Wizards)
Una operación que ya de por sí pasó por debajo del radar sobre el deadline pasado, pero que a los Wizards les dejó la mejor pieza de ese traspaso a tres bandas con Chicago y Boston. El pívot pasó de olvidado en los Bulls a ser, básicamente, el mejor de un puesto con enormes carencias en el DC (Alex Len y Robin Lopez eran los que estaban). Gafford se mostró como un finalizador potente y seguro, y sobre todo como un excelente protector de aro, con gran timing para los tapones (dejó algunos para los highlights). Tan bueno fue lo suyo que no se entiende que Scott Brooks no le haya dado más minutos. De hecho, en Fase Regular ni siquiera fue titular, pero promedió 10,1 puntos (68,1% campo), 5,6 rebotes y 1,8 tapones en 17,8 minutos.
En los Playoffs ante los 76ers cerró desde el inicio en los últimos dos encuentros, y se fue de la eliminatoria con medias de 11,8 tantos (84,6% campo), 5,8 rebotes, 1,0 robo y 2,0 tapones en 23,4 minutos, totalmente destacable considerando la oposición (Joel Embiid).
Próximo a cumplir 23 años, se ganó un lugar importante en la consideración. ¿Por qué queda como mención de honor? Por la incertidumbre que será el reparto de minutos en el DC, con la recuperación de Thomas Bryant (comenzó la 2020-2021 como titular hasta su lesión) y la llegada de Montrezl Harrell desde los Lakers. Pero Gafford pide pista por completo.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.