La Conferencia Este parece estar entrando en un fantástico punto competitivo, no sólo por los equipos de arriba, con un lote de hasta cuatro candidatos que incluye al campeón Milwaukee Bucks y al probable favorito de todos, Brooklyn Nets, sino también por lo mejorada que parece la clase media de la región. Serán varios los equipos que se anotarán en la pelea real por entrar a puestos de Playoffs, por lo que la expectativa rumbo a la 2021-2022 está en pleno aumento. Entre tantos nombres, hay uno que asoma quizás un poco en silencio pero con fuerza: Charlotte Hornets.
Después de algunos años opacos entre el cierre y el inicio de la era Kemba Walker, la 2020-2021 marcó un punto de inicio en una suerte de reconstrucción competitiva. ¿La clave? Haber conseguido a LaMelo Ball como el N°3 del Draft 2020. El base generó un impacto positivo en todo sentido: se adueñó del equipo poco a poco con su juego, mostrando condiciones de líder y jugador importante, y sobre todo volvió a despertar el interés en una franquicia que suele estar lejos de los primeros planos. Claro, el menor de los hermanos es una máquina de highlights con su conducción repleta de lujos.
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Pero no fue sólo Ball el impulsor de la mejora, sino también alguien inesperado: Gordon Hayward. Su fichaje en la Agencia Libre 2020 fue visto para la mayoría como un lastre de contrato (120 millones por cuatro años), sobre todo por salir de un paso por Boston impactado por los problemas físicos. Sin embargo, su producción fue fantástica, promediando 19,6 puntos, 5,9 rebotes y 4,1 asistencias, mostrando algunos destellos de la estrella que supo ser en Utah Jazz antes de su grave lesión.
La mejorada versión de Terry Rozier, la confianza y química de varios jóvenes bien llevados por James Borrego... Fueron varios los factores que se combinaron para que el equipo rindiera rápidamente por encima de las expectativas, incluso ubicándose entre los 5 mejores del Este en algunos tramos del curso. El final de la campaña, en el 10° lugar (33-39) y cayendo en el Play-in ante Indiana, terminó dejando una sensación amarga, pero con un condicionante no menor: las lesiones. LaMelo se perdió un tramo de 21 partidos por una fractura en una muñeca, y el mismo coincidió en parte con otro problema de Hayward, quien se perdió los últimos 25 partidos (contando el Play-in). Hasta Malik Monk, quien venía funcionando como anotador desde el banco, sufrió para mantenerse sano sobre la parte final del curso.
Ahora bien, para dar el siguiente salto y apostar decididamente a la postemporada, los Hornets no sólo necesitaban contar con la salud de sus estrellas. Como la mayoría de los equipos, había algunos ajustes y necesidades a resolver (al cabo, fueron el 23° equipo en eficiencia ofensiva y el 16° en defensiva), y esta offseason era el momento para atacarlas. ¿Cómo se movió Charlotte?
Plumlee, Oubre Jr., Smith ¿y Markkanen?
Si había una posición a ajustar en los Hornets era la de un pívot. Con Cody Zeller y Bismack Biyombo libres, el plantel sí o sí necesitaba una referencia allí (tampoco es que los que salieron lo habían sido en el pasado). Se mencionó el interés por una opción más que interesante como Richaun Holmes (quien terminó renovando en Sacramento), pero antes de la apertura de la Agencia Libre llegó una movida para suplir la carencia: un traspaso en la noche del Draft para hacerse con Mason Plumlee.
No será alguien diferencial, pero sí consistente, y es justo lo que necesitan los Hornets (para protagonismo están otros). No es que Plumlee lo haya hecho mal en Detroit en la 2020-2021, sino todo lo contrario. Tuvo la temporada más sólida de su carrera, desde lo numérico y las sensaciones, con promedios de 10,4 puntos (61,4% campo), 9,3 rebotes y 3,6 asistencias en 26,8 minutos. El punto de su salida fue abrirle paso al joven Isaiah Stewart en la reconstrucción en Michigan.
Buen defensor y protector de aro, gran finalizador tras cortinas, inteligente y preciso para pasar el balón. A los 31 años, es una garantía en el puesto y representa un upgrade en cuanto a lo que había. ¿Diferencial? Probablemente no, pero el equipo usa bastante formaciones con pívots bajos apostando al small-ball, así que tampoco necesita una estrella allí. De todas maneras, para complementar aparece uno de los aciertos de la organización en el Draft: Kai Jones (19°), un pívot súper atlético que puede lucirse jugando con los grandes pasadores del equipo.
Por el mínimo apareció un nombre que luce como secundario pero que también ofrece seguridad: Ish Smith. Será como tercer base, pero si hay problemas de lesiones o lo que fuere, ha demostrado en el pasado su capacidad para cumplir como reemplazo con solidez.
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Luego llega una de las movidas que empiezan a generar algunas dudas: Kelly Oubre Jr. Los Hornets le dieron un vínculo por 2 años y 26 millones, y el jugador tendrá una nueva oportunidad después de un gris paso por Golden State Warriors. De menor a mayor, pero lejos de lo que se esperaba. Es un jugador con muchas cualidades atléticas, pero inconsistente, irregular y con importantes lagunas de concentración. En San Francisco, simplemente, no encajó jamás en la estructura colectiva de Steve Kerr.
¿Por qué genera dudas? Porque quizás no era una necesidad de este plantel. Proyectando una formación lógica en base a la 2020-2021, el quinteto inicial debería ser LaMelo Ball, Terry Rozier, Gordon Hayward, PJ Washington y Mason Plumlee. Oubre Jr. debería funcionar desde atrás, "pisándose" si se quiere con un Miles Bridges que lo hizo bien en el curso pasado. Es cierto que también ambos pueden funcionar como 4 bajos en small-ball, pero también están los hermanos Cody y Caleb Martin, más un Jalen McDaniels que mostró destellos en la 2020-2021. Además, ¿cómo reaccionará a jugar desde el banco sabiendo que su salida de los Warriors fue, en parte, porque quería ser titular y allí no lo iba a poder ser?
Las mismas dudas (aunque no por una cuestión de titularidad o no) genera, quizás, Lauri Markkanen, quien fue mencionado como posible refuerzo de los Hornets en las últimas horas. Juan Estévez analizó su posible encaje en esta estructura. Ofensivamente sería muy interesante. ¿Defensivamente? Ahí crecen las dudas, por supuesto. Pero más que nada parece el mismo molde jugador que PJ Washington.
Además, vale mencionar la selección en el 11° del Draft de James Bouknight, uno de los mejores anotadores perimetrales que había en esta camada que ilusiona para juntar con LaMelo (entendiendo que debería crecer en algunos aspectos del juego sin balón), y que sería importante para compensar dos bajas valiosas a la hora de la anotación complementaria como fueron Devonte' Graham y Malik Monk, quienes salieron en la Agencia Libre.
¿Cómo quedaría un potencial plantel?
- Bases y escoltas: LaMelo Ball, Terry Rozier, Ish Smith, James Bouknight
- Aleros: Gordon Hayward, Miles Bridges, Kelly Oubre Jr., Cody Martin, Caleb Martin
- Interiores: PJ Washington, Mason Plumlee, Kai Jones, Jalen McDaniels, Vernon Carey Jr., Nich Richards
Sobre la mesa, un escenario interesante, con algunos aspectos mejorados del último plantel y otros con algunas dudas, pero sabiendo que aún puede haber más movidas. ¿Alcanzará para meterse en la pelea en los Playoffs? Charlotte tiene una buena base sobre la cual ilusionarse.
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