En la temporada pasada nueve rookies tuvieron al menos 1.500 minutos en cancha en la NBA: el número más bajo desde la temporada 2014-2015 (también fueron nueve entonces). Un calendario con menos partidos y diferentes circunstancias les dieron menos oportunidades a los jóvenes, que tampoco pudieron tener mucho rodaje en una G League 2021 de curso acotado.
LaMelo Ball, Anthony Edwards y Tyrese Haliburton terminaron llevándose los focos de una camada de novatos que no generó demasiado ruido en el primer año, yendo de menor a mayor luego de, por ejemplo, no haber pasado por la experiencia de una Summer League o un training camp tradicional con sus compañeros.
Así como ellos fueron despegando a partir de la segunda mitad de la temporada, también hubo otros jugadores que dejaron flashes más cortos de lo que podían hacer y que ahora, con la Fase Regular de la temporada 2021-2022 a punto de iniciar, tienen por delante una oportunidad mejor para afirmarse como jugadores NBA: hay casi 500 jugadores con contrato en la liga, pero aproximadamente la mitad disponen de una buena cantidad de minutos en la rotación de sus equipos.
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El alero Jordan Nwora de Milwaukee Bucks es un caso: en la campaña pasada consiguió el anillo de campeón, pero era difícil que se hiciera un lugar en la rotación de un candidato al título. Así promedió apenas 9,1 minutos por encuentro, con 5,7 puntos por partido.
Sin embargo, cuando Mike Budenholzer lo puso en cancha para suplir bajas en tres partidos en los que guardó a sus figuras, Nwora produjo bastante en ataque: 21 puntos y 10 rebotes ante New York Knicks, 34 tantos y 14 rebotes contra Chicago Bulls y 24 puntos y 6 rebotes ante Charlotte Hornets. En la G League jugó un partido solo y también anotó 24 tantos. La capacidad ofensiva que insinuaba desde su aparición en la Universidad de Louisville salió a la luz y tanto en los Juegos Olímpicos, donde fue la gran figura de Nigeria, como en la reciente pretemporada de los Bucks (17,8 puntos de media en 23,7 minutos por partido) o en la Summer League (20,2 puntos de promedio).
Con luz verde para lanzar, Nwora funciona. No puede esperarse que este jugador de 23 años esté cerca de esos números en la Fase Regular de forma consistente, pero sí que pueda hacerse un espacio en la rotación de los Bucks, compitiendo con Rodney Hood por un rol ofensivo desde el banco.
Kenyon Martin Jr., otro jugador seleccionado en la segunda ronda del Draft 2020 (Nwora fue el pick 45, Martin el 52) también tendrá mucha competencia en Houston Rockets en este curso, pero debería tener un buen rodaje por parte del entrenador Stephen Silas. KMJ casi no jugó hasta marzo de 2021, cuando Houston terminó de enfocar su campaña por completo en darle minutos a los jóvenes. De allí en adelante promedió 26,3 minutos por encuentro aportando 10,4 puntos, 5,9 rebotes y 0,9 tapones por partido con un 52,2% en tiros de campo.
La capacidad atlética de este joven de 20 años y 1,98 metros es de alto vuelo incluso para la NBA (realizó 63 mates en 45 partidos) y si sigue continuando la evolución de ese tiro exterior puede transformarse en una opción más que viable para utilizar como alero o ala-pívot, capaz de anotar desde fuera o de jugar en el dunker spot y también de defender fuera y dentro. En los últimos siete partidos de la 2020-2021 fue titular con una cantidad de minutos exagerada (38,5 por partido) y su producción se fue a las nubes: 19,1 puntos, 8,7 rebotes, 3,7 asistencias y 0,9 tapones por encuentro con un 44,4% en triples intentando 6,4 lanzamientos desde el perímetro por partido.
En la Summer League y la preseason KJ no enseñó más en ese rol más protagónico y con las incorporaciones de Usman Garuba, Daniel Theis y Alperen Sengun a Houston parece que tendrá que remar desde el banco de nuevo. Pero ofrece algo distinto, todavía es joven, es entretenido de ver y vale la pena seguirlo.
RJ Hampton es otro "sophomore" de condiciones atléticas extraordinarias que la temporada pasada parecía muy falto de madurez cada vez que ingresaba a la cancha: así le costó hacerse un espacio en Denver Nuggets y la franquicia que lo eligió 24 en el Draft 2020 se lo terminó dando a Orlando en el traspaso por Aaron Gordon. La llegada a la franquicia de Florida lo liberó a Hampton: pasó a ser el sexto hombre del equipo actuando como un escolta de mayores responsabilidades en ataque, pudiendo aprender a equivocarse. Terminó siendo el mejor rookie del Este en el mes de mayo, en el que promedió 16 puntos, 7,1 rebotes y 5,6 asistencias con un 45,7% de acierto en tiros de campo.
Su velocidad está ahí: el tiro a pie firme y la lectura de juego debe pulirlas bastante. Pero Orlando continúa en etapa de reconstrucción y tiene que seguir confiando en un chico que cumplirá 21 años en febrero de 2022. Ese rol de microondas desde el banco le sienta bien de momento en un equipo que está lleno de bases jóvenes y que tiene que ir pensando en cuáles mantener con la cabeza en el futuro y cuáles canjear mientras sigan teniendo valor. Mientras tanto, que no sorprenda ver a RJ teniendo partidos de 15 puntos, 3 asistencias y 5 rebotes en un Orlando que no parece listo para competir.
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Precious Achiuwa de pronto parece que iniciará la temporada como titular en Toronto Raptors por la lesión de Pascal Siakam: algo distinto a lo que vivió como novato en Miami Heat donde solamente fue parte del quinteto inicial en cuatro partidos de la 2020-2021 con números interesantes (14,3 puntos y 11,3 rebotes además de un 58% en tiros de campo). La gran parte del año la pasó en el banco: en los otros 57 partidos que jugó promedió 10,6 minutos aportando 4,3 puntos y 2,9 rebotes.
El ala-pívot nigeriano de 22 años en la pretemporada con Toronto (12,4 puntos y 8,6 rebotes por partido) ya no se vio limitado como en Miami, donde se encargaba de poner cortinas y meterse en la lucha física debajo del aro. Ahora decide con el balón y puede atacar en transición o hasta animarse a intentar triples (aunque con poco éxito, 2-9 desde fuera en los partidos de preparación, intentó apenas uno en toda la 2020-2021). Será uno de los nombres principales de los Raptors, pudiendo hasta compartir cancha con Siakam cuando Pascal regrese. Y teniendo en cuenta el historial de Toronto con el desarrollo de los jugadores jóvenes, se puede esperar que sea una de las revelaciones del Este en esta campaña.
Como otra revelación del Este puede surgir Isaiah Stewart, el pívot al que Detroit Pistons eligió decimosexto en el Draft 2020 en aquel momento de la offseason en el que en Michigan parecían querer hacerse con todos los interiores posibles. Así Stewart, de 19 años al ser drafteado, empezó como una carta desde el banco en un equipo en el que no encajaba del todo. Pero con la maduración llegó parte de su despegue y en los últimos dos meses y medio terminó promediando 10,2 puntos, 7,4 rebotes y 1,5 tapones en 24,1 minutos por partido, con promedio de casi doble-doble (12,7 puntos y 9,4 rebotes) en los 14 encuentros en los que fue titular.
Terminó siendo el único jugador de estos cinco que estuvo en uno de los quintetos All-Rookie al terminar una temporada en la que fue cambiando su juego con el paso de los meses: de ser un jugador netamente interior en la etapa universitaria pasó a jugar un poco más de frente al aro, llegando incluso a intentar cuatro triples por partido en mayo sin mucho éxito (22,2% de acierto).
No es que Stewart vaya a convertirse en un pívot tirador, pero si una muestra de como Detroit quiere trabajar por completo a un jugador menos pulido que Achiuwa, pero con esa misma energía. Además, con Cade Cunningham como base debería tener oportunidades más fáciles para sumar puntos fáciles cerca del aro. Ahora con menos competencia en el plantel y más tiempo en cancha, que no sorprenda verlo promediar un doble-doble con 20 años.
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