Hablar de Minnesota Timberwolves y de una buena defensa es algo que no se ha escuchado en casi una década alrededor de la NBA. La franquicia de Minneapolis lleva varias temporadas consecutivas rankeada en el fondo de la tabla en esa área, al punto de que aún en el único año en el que llegaron a Playoffs desde el 2004 (la campaña 2017-2018), lo hicieron con el rating 27° en ese costado del campo. La 2020-2021 tampoco fue la excepción: 115 puntos permitidos por 100 posesiones y lugar 28° en la competencia.
La última vez que siquiera llegaron al Top 10 en cuanto a rating fue en la 2005-2006, todavía con Kevin Garnett en el plantel: finalizaron justamente 10° en una Fase Regular que los vio con marca de 33-49. Nada particularmente memorable, claro.
La sensación en vísperas de la 2021-2022 es que para ver a Timberwolves otra vez en ese Top 10 habrá que seguir esperando. Sin embargo, sus movimientos de pretemporada, algunas decisiones tácticas de Chris Finch y sobre todo, lo mostrado hasta ahora en sus dos partidos de pretemporada mandan señales optimistas a sus seguidores. Por primera vez en mucho tiempo, Minnesota está decidido a al menos intentar fortalecerse en el campo propio.
El primer paso en ese sentido pasa por la rotación y el encaje de piezas: está claro que una media-cancha titular con D'Angelo Russell y Malik Beasley no será jamás sinónimo de un equipo defensivo fuerte. Y menos aún sin un pivot protector del aro como manta de seguridad (Karl-Anthony Towns no lo es). Es por eso que la decisión de Finch de traer a Beasley como sexto hombre desde la segunda unidad parece tener mucho más sentido. ¿Su reemplazo? En el primer partido (New Orleans) fue un especialista defensivo como Josh Okogie, mientras que en el segundo subió la alineación con Jaden McDaniels (otro buen defensor) como tres y Jarred Vanderbilt (también fuerte en ese aspecto) como cuatro. La búsqueda es clara.
El siguiente paso clave para favorecer esa mejoría pasa por un nombre propio: Anthony Edwards. Al alero de segundo año se lo está viendo bastante más enfocado en lo defensivo y si bien siempre tuvo la capacidad atlética como para impactar como playmaker sobre la bola, su lectura y concentración (sobre todo marcando fuera de la bola) está en un nivel superior a su campaña de novato. Si Ant logra transformarse en un defensor por encima de la media sería un avance fundamental para el equipo. Y herramientas para lograrlo sabemos que no le faltan.
Anthony Edwards got UP for this block 🖐✈️
— Yahoo Sports NBA (@YahooSportsNBA) October 5, 2021
(via @Timberwolves)pic.twitter.com/u2DNEzzfnh
La tercera pata de este progreso está vinculado a sus movimientos en el mercado y al fortalecimiento de la segunda unidad. No hace falta marcar lo que aporta Patrick Beverley en este aspecto, pero también ayuda la incorporación del versátil Taurean Prince y la intensidad para la presión del argentino Leandro Bolmaro, capaz de tomar al manejador rival de aro a aro. Incluso otro rookie como McKinley Wright puede dar respuestas importantes, saliendo de la NCAA como un experto en el uno contra uno, tal como ya demostró en el cierre del partido ante los Pelicans. Finch tiene variantes a su disposición.
El déficit más claro en defensa sigue siendo el tema protección del aro. Y sin ella, es difícil dominar en este costado de la cancha. Como marcamos, Towns no destaca como taponador y tampoco lo hace su principal relevo, Naz Reid. Aunque el que sí podría terminar con un rol superior al esperado gracias a esa virtud es el ex Atlanta Nathan Knight, quien lleva 4 tapones totales en minutos limitados frente a New Orleans y Denver. Aún así, no hablamos de un especialista. Sin dudas falta un refuerzo.
Los Timberwolves todavía tienen mucho camino por recorrer en todo sentido y tendrán una nueva prueba este lunes, enfrentando a los LA Clippers (4:30h, NBA League Pass). Más allá de las buenas sensaciones con las que finalizaron la 2020-2021 (y que están potenciando en esta pretemporada) hablamos de un equipo que tuvo récord de 23-49 y que no realizó incorporaciones estelares como para imaginar un salto de calidad demasiado pronunciado. Pero de nuevo, para una franquicia que solamente se ha clasificado a Playoffs en una ocasión desde el 2004, todo paso adelante es bienvenido. Especialmente si llega en el que históricamente viene siendo su punto más flaco.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.