En la era de los equipos que apuntan al poder de las estrellas para ser protagonistas, Miami Heat toma un camino diferente. La época del Big 3 de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh quedó en el pasado, pero se mantiene algo que estuvo ahí y viene de antes: la cultura de la organización en base a carácter, competitividad, esfuerzo, determinación y trabajo (mucho)... Son valores que van más allá de los nombres, y el que llega los adopta por completo, desde el más veterano a los más jóvenes y, quizás, desconocidos. Este grupo, quizás, es el que está llevando a los de Erik Spoelstra a dar el salto. Y entre los nombres se encuentra Duncan Robinson, un tirador que pocos tenían en el radar pero está brillando.
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El Heat tiene a Jimmy Butler como el gran referente y estrella que llegó en la Agencia Libre, pero el resto de sus pilares en esta espectacular campaña que lo tiene en el podio de la Conferencia Este (18-6) llegan por el espectacular trabajo de scouting, desarrollo y evolución que realiza la franquicia. Bam Adebayo (14° del Draft 2017), con 22 años, se está transformando en estrella en su tercera temporada. Tyler Herro (13° del Draft 2019) es uno de los mejores rookies actuales. Kendrick Nunn es un novato que no fue elegido en 2018 pero se ganó su chance casi de la nada y hoy luce. Y el mencionado Robinson es otra pieza que, en su segunda campaña, está explotando pese a no haber salido del Draft y a una historia con una evolución notable y bastante única.
Ya llegaremos a esa parte, pero se puede empezar con lo que vemos de este 2-3 de 25 años que está apenas arriba de los 2 metros y que hace la diferencia con un arma indispensable en la NBA actual: el triple. En la noche del martes fue el tope: 34 puntos en la victoria frente a Atlanta, con un bestial 10-14 a distancia. Así, igualó el récord de franquicia de más triples en un partido (lo tenía Mario Chalmers, con 10 en 2013 vs. Sacramento. Es uno de los cinco jugadores en la temporada con doble dígito de triples en un partido (Devonte' Graham, Buddy Hield, James Harden y Zach LaVine, los otros), y el 29° en toda la historia de la NBA. ¿Nada mal, no? Además, es el 11° con más triples anotados en la temporada (75), con el agregado de tener el 2° mejor porcentaje de acierto (44,9%) de esos 11 (sólo lo supera Davis Bertans con 46,5%).
Duncan Robinson put up a career high 34 points and tied a @MiamiHEAT franchise-record with 10 👌's in a game!
— Miami HEAT (@MiamiHEAT) December 11, 2019
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El contexto con algunos problemas físicos (Dragic, Winslow y Waiters, principalmente) le abrieron lugar en la rotación de Spoelstra. Y no dejó pasar la chance. En 24 partidos (19 como titular) está promediando 11,8 puntos y 3,0 rebotes, con un genial 44,9% triples (en 7,0 intentos por partido). Quizás esos números dicen poco (o no son espectaculares), pero vamos con un juego para potenciar el gran valor complementario que ya tiene... De los números que aparecen abajo (proyectados cada 36 minutos), ¿a qué jugador seleccionarían?
Ya llegaremos a la respuesta... Pero hay una parte curiosa de lo logrado ante los Hawks. "Cuando fue a la G-League en la temporada pasada, una de las metas que le puse era que anotara 10 triples en un partido. Tenía que intentarlo, sin importar si tenía que tomar 30 tiros. Tenía le bendición de los entrenadores para hacerlo. Terminó haciéndolo dos veces. Y ahora lo repitió en la NBA. Y lo necesitamos en situaciones de clutch. Muchos de ellos tuvieron una enorme dificultad. Fueron tiros desafiados para los cuales necesitás trabajar muchísimo. Y él lo hace, es incansable", contó Spoelstra.
En ese partido ante Atlanta, Robinson y Nunn (36) se combinaron para 70 puntos, la mayor cifra de la historia para una pareja de compañeros que no fueron elegidos en el Draft. "Creo en mí mismo. Cuando ves cómo se nota tu trabajo duro, ayuda a tu confianza. El staff del equipo realmente me empujó y alentó durante este año y medio. Puse muchísimo esfuerzo para mi crecimiento", resaltó Robinson.
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Es una de las tantas historias que se destacan de este gran momento de los Heat. Y volviendo a la pregunta de arriba, ¿es el jugador que elegiste? En los números, la comparación era con el Klay Thompson de segundo año. Un interesante paralelismo que está lejos de decir que será el próximo Klay, pero que sirve para medir lo bien que lo está haciendo este jugador que, hasta hace unas semanas, era un completo desconocido que fue explotando paso a paso.
Su evolución, etapa por etapa desde lo más bajo
El camino de Robinson hasta la NBA no fue el más común. De hecho, fue bastante raro y único. El nacido en York (Maine) dio sus primeros pasos colegiales en la Phillips Exeter Academy antes de empezar su camino universitario en la Williams College, que milita en la División III de la NCAA. Generalmente, los jugadores de allí no suelen captar la atención grande. Sin embargo, su nivel como jugador de primer año levantó las miradas: 17,1 puntos (45,3% triples), 6,5 rebotes, 1,8 asistencias, 1,1 robos y 1,2 tapones en 34,7 minutos, siendo clave para el subcampeonato nacional de su equipo.
Según varios informes y búsqueda de información en la materia, sólo un jugador en la historia del baloncesto universitario de Estados Unidos saltó de un equipo de División III a otro de División I con una beca completa. Robinson fue ese nombre después de su campaña de novato en Williams College. Lo recibió Michigan, y tras una temporada parado por las reglas de transferencia, debutó en la 2015-2016 con sólidos promedios de 11,1 tantos y 3,5 rebotes en 28,9 minutos. No se perdió ni un partido en tres campañas con los Wolverines, donde totalizó 1.072 puntos y 237 triples anotados, 4° mejor de todos los tiempos de esa Universidad. En 2018 fue el Mejor Sexto Hombre de la Conferencia Big Ten, aunque sus dos últimas campañas fueron a la baja en relación a la de estreno: 7,6 puntos en 20,1 minutos en la 2016-2017, 9,2 en 25,8 en la 2017-2018.
Jugador con sus 4 campañas en la NCAA, sin números deslumbrantes y con algunos problemas en defensa... Ese combo no suele ser el mejor como prospecto. Robinson no terminó de captar la atención de las franquicias NBA en el Draft 2018, y se fue del mismo sin ser elegido. Aunque claro, lejos de perder confianza, empezó su camino hacia la mejor liga del mundo aprovechando cada una de sus oportunidades. Rápidamente firmó un contrato para la Summer League 2018 con Miami Heat: en 7 partidos, promedió 12,1 puntos, 2,6 rebotes y 1,4 asistencias con un genial 55,3% triples (en 5,4 intentos), producción que le sirvió para ganarse un contrato two-way con la organización de Florida.
El 24 de octubre de 2018 fue el gran día: debutó en la NBA durante la cómoda victoria de los Heat ante New York Knicks. Fueron tres puntos (un triple, por supuesto), 4 rebotes y un robo en 10 minutos. Apenas el inicio del camino. El perimetral disputó un total de 161 minutos a lo largo de 15 partidos con los de Spoelstra en aquella 2018-2019, producción casi testimonial. Su campaña, de todas maneras, estuvo marcada por su desarrollo en la G-League, cada año más asentada como una plataforma de impulso.
Disputó 33 encuentros con los Sioux Falls Skyforce, con medias de 21,3 puntos (48,3% triples, 9,8 intentos), 4,3 rebotes y 3,0 asistencias en 36,9 minutos, que le valieron su lugar en el Mejor Quinteto de rookies de la G-League y en el tercer Mejor Quinteto de toda la temporada. Suficiente muestra para el que Heat transformara su contrato en uno multianual en el cierre del curso (parcialmente garantizado).
Paso a paso fue creciendo hasta que se abrió un lugar en esta versión 2019-2020 de los Heat. Lejos de dejarla pasar, la tomó por completo y, hoy por hoy, es una pieza de mucho valor en un equipo protagonista de la NBA. Desde la División III hasta la mejor liga del mundo, un ascenso progresivo y con un denominador común: su trabajo incansable confiando en su capacidad.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.