¿Cuántos equipos serían capaces de mantener un récord positivo en el momento que perdiesen a su mejor jugador? ¿Y cuántos estarían en disposición de hacerlo consiguiendo 10 victorias en 12 partidos? ¿Y si ese conjunto no tuviese ni un solo All-Star en toda la plantilla? Todas estas características definen lo logrado por los Memphis Grizzlies desde el pasado 26 de noviembre, momento en el que Ja Morant cayó lesionado de manera indefinida, dejando a los suyos sin su figura de referencia en medio de un arranque magnífico.
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Pero ni por esas los de Taylor Jenkins se han venido abajo y han perdido el fantástico ritmo que llevaban hasta ese momento. Más bien lo contrario ya que los Grizzlies han sido el mejor equipo de la NBA desde ese momento, cayendo en tan solo 2 noches y llegando a encadenar una racha de 5 triunfos seguidos.
¿Cuáles han sido las claves que han hecho de Memphis un equipo en tan buena forma con un condicionante como este? Echemos un vistazo:
Una defensa de élite
Desde la llegada de Taylor Jenkins lo que mejor ha definido al equipo ha sido su carácter defensivo, edificando su identidad alrededor de una sólida defensa que les permitiese correr y abrir espacios posteriormente en ataque. Como en todos los arranques, los Grizzlies tuvieron ciertos problemas para encontrar el mejor modo de llevar a cabo sus estrategias, pero conforme fueron entonándose las dudas desaparecieron hasta culminar en este lapso de 12 encuentros.
La principal característica del gran momento de Memphis sin Morant ha sido su defensa, la cual ha sido la mejor de toda la NBA desde el 28 de noviembre, firmando un ratio defensivo de 98,1. Esto, junto a su ratio ofensivo de 114,6 (6º), genera un net rating de 16,5, el más alto de la competición.
La clave de esta defensa de élite reside en el correcto desempeño de las alas y, en concreto, de los triples del oponente, dejando a sus rivales en un pobre 31,7% desde la larga distancia (4º mejor), dejándoles lanzar solamente 33,9 tiros desde esas latitudes (10º). Pero claro, no todo se queda en el desacierto del oponente en triples, sino que en líneas generales han estado condicionando de un modo inmejorable al equipo de turno de cara al aro, permitiendo un 41,4% de acierto.
Por otro lado, Memphis concedió muy pocas segundas oportunidades al rival (9,2 rebotes ofensivos) que se convirtieron en 10,5 puntos únicamente en este lapso de 12 partidos.
Dillon Brooks como salvador
Puede que en los Grizzlies no haya otro All-Star sobre el que depositar la responsabilidad de cargar con el peso ofensivo que Morant portaba, pero sí está uno de los aleros más productivos de toda la liga. Dillon Brooks tardó en debutar en esta temporada y la espera está mereciendo la pena ya que el canadiense viene rindiendo magníficamente y siendo el guía de Memphis.
Con su habitual estilo abrasador y su mejorable selección de tiro, el alero se ha establecido como el líder ofensivo de los Grizzlies, hasta el punto de ser el máximo anotador con una media de 20,5 puntos, aunque con un 43,6% en tiros de campo y 33,3% en triples.
Brooks juega un baloncesto ganador, y hay días en los que esto significa unos porcentajes más bajos pero una victoria en el bolsillo o dar un paso adelante en el clutch para vencer. Esto mismo sucedió en el triunfo contra los Rockets en el que el canadiense fue autor de 8 puntos en el último cuarto, el mejor de los Grizzlies. O los 14 tantos que logró en el primer cuarto ante los Heat, sumando solamente 7 más en el resto del duelo pero siendo suficiente para neutralizar a Miami.
El mejor ejemplo del rol adquirido en este lapso sucedió en la derrota frente a los Blazers, en la que Brooks se fue hasta los 37 puntos, siendo el único referente de los de Tennessee en una desacertada noche de cara al aro del equipo.
Desmond Bane, el factor X
Desde la Summer League el escolta de 23 años ya venía avisando de que este podía ser su año. Con una notable evolución física y técnica, Bane ha dado un salto de gigante desde la lesión de Ja Morant, asentándose como el tercer máximo anotador del equipo.
Algo que ha supuesto que en 6 de los 12 encuentros que ha disputado sin la estrella haya superado la barrera de los 20 puntos, estableciendo su tope en la victoria contra los Mavs con 29 tantos en 12 de 20 tiros a canasta. De este modo, el nativo de Indiana ha promediado 17,5 puntos, 5,0 rebotes y 2,7 asistencias desde que la estrella del equipo cayese lesionada.
Está siendo tan singular la temporada de Desmond Bane que es junto a Bojan Bogdanovic el único jugador en lo que llevamos de curso capaz de promediar más de un 50% en tiros de 2, 40% en tiros de 3 y 90% en triples. De mantenerse en este ritmo se convertiría en el jugador más joven en conseguir esto desde Kevin Durant (24).
Un calendario asequible
Todos los partidos importan y todos los equipos se enfrentan al mismo calendario de 82 partidos. Pero la distribución de esos encuentros afecta muchísimo al resultado final. Los Grizzlies han tenido uno de los panoramas más asequibles de toda la liga en este tramo en el que han conseguido 10 victorias. Estos triunfos se han distribuido de la siguiente forma.
Cuatro victorias han sucedido contra equipos por debajo del 50% de victorias en el momento en el que se midieron (Raptors, Thunder, Rockets y Blazers); otros dos triunfos ante rivales justo en el 50% (Lakers y Mavs); y lo más importante, tres victorias contra oponentes por encima del 50% (76ers, Heat y Hornets).
Por otro lado, las dos únicas derrotas en este tiempo (Mavs y Blazers) han sido por menos de 8 puntos de diferencia y en la primera noche de un back-to-back.
Será ahora cuando empiece el verdadero tramo complejo para Memphis que se medirá a Warriors, Suns y Lakers antes de que acabe el año y con la incógnita de cuándo volverá Morant.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.
