La temporada de Los Angeles Lakers empieza a tomar un camino no muy positivo. Las expectativas de campeonato de los californianos contrastan con la realidad material del equipo, inmerso en una dinámica irregular de la que no han dado muestras de poder salir todavía. Derrotas tras disfrutar de márgenes amplios en el marcador, noches en las que ninguno de los principales jugadores está entonado y otras en las que directamente nada sale bien.
Lo ocurrido en la noche del 26 al 27 de noviembre en el Staples Center fue un capítulo más de una historia que parece ser la tendencia a esperar de los californianos pues tras disponer de 13 puntos en el tiempo reglamentario y de 7 en la primera prórroga, cayendo finalmente por 141 a 137 ante los Sacramento Kings. Unos Kings que se presentaron en Los Ángeles sin tres de sus titulares como eran Richaun Holmes, Harrison Barnes y Mo Harkless y donde tuvieron que dar un paso al frente Marvin Bagley y Alex Len, completando grandes actuaciones.
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Un partido para el olvido por cómo se gestionó el ataque de los angelinos, excesivamente dependiente de lo que LeBron James pudiese producir, asumiendo este sus habituales tiros y jugadas al poste que, en esta ocasión, no entraron. Esta dinámica por la que la estrella asumió el 39,4% del uso ofensivo de los Lakers en las 3 prórrogas hizo que en defensa el equipo no estuviese centrado y conectado, permitiendo canastas sencillas o bien dando pie a emparejamientos poco propicios. Un aspecto que aprovecharon tanto De'Aaron Fox como Buddy Hield para dar alas a los Kings, quienes sumaron su segunda victoria consecutiva y que habían ganado 2 encuentros en los 10 últimos partidos antes de este.
Con esta derrota, los de Frank Vogel se colocan nuevamente con balance negativo de 10-11 y habiendo perdido 6 de sus últimos 10 compromisos. Una situación que a estas alturas a nadie debería sorprender, pues los Lakers son el 9º peor ataque (105,6) y la 11ª peor defensa (108,8) pese a contar con una plantilla larga, profunda y con 3 nombres que deberían ser suficientes para imponerse en la mayor parte de las noches.
Asumiendo que el objetivo de los californianos es, como poco, competir por conseguir el anillo, la reacción en las próximas semanas debería ser ejemplar. Atendiendo a la historia de los Lakers, tan solo en una ocasión lograron llegar a las Finales tras haber comenzado con un balance semejante.
Ocurrió en el curso 1957-1958 cuando arrancaron 9-12 y terminando la campaña con balance negativo (33-39), siendo esta la primera temporada de Elgin Baylor como profesional. Sin embargo, a su favor jugaba el hecho de que la NBA solo contaba con 8 equipos y la División Oeste no tenía a los mejores contendientes. Tras vencer a Pistons y Hawks, los de Minneapolis fueron barridos por Boston Celtics en 4 partidos.
Mientras, en los últimos 21 años han acudido a 8 Finales, ganando 6 de ellas y empezando siempre la temporada de un modo correcto. Sin ir más lejos, el "peor" récord tras 21 partidos fue en la 2000-2001 donde comenzaron 14-7. ¿Qué pasó en la 2019-2020? Que iniciaron 18-3 de manera contundente.
Volviendo al partido ante los Kings, los angelinos no gestionaron del modo adecuado la tensión ni los momentos del encuentro, especialmente en las prórrogas donde desaprovecharon oportunidades para cerrar la victoria en ambos extremos del campo. LeBron James terminó con 30 puntos, 11 asistencias y 7 rebotes, pero sumó 7 pérdidas y una serie de 2 de 13 desde el triple.
"Creo que jugué un partido horrible individualmente, y me mantengo en un estándar más alto que eso. Tengo que hacerlo mejor para este equipo, especialmente cuando estamos pasando por lo que estamos pasando en la cancha", reconoció James sobre su actuación.
Por otro lado, Anthony Davis aportó a ratos, teniendo un encuentro discreto durante la mayor parte del duelo y apareciendo en la segunda prórroga con gran maestría bajo los aros. No obstante, el mejor del Big Three fue sorprendentemente Russell Westbrook, quien parece cada vez más habituado a su rol, y no perdió un solo balón en las prórrogas además de tener una serie de 4 de 5 en tiros de campo, terminando con 29 puntos el partido.
Los problemas de los Lakers ya han sido expuestos noche tras noche a lo largo de las últimas semanas, pero lo preocupante es que parezcan estar en el mismo punto que en la noche de apertura. El sentido de urgencia no se aprecia y la determinación que en el pasado demostraron tener los angelinos se desvanece conforme el duelo avanza.
Como viene siendo habitual, los protagonistas del equipo apelaron a la cautela en el proceso de crecimiento del grupo.
"Tienes que mantenerte firme durante todo el proceso y entender que podemos mejorar con nuestras derrotas y que podemos mejorar con nuestras victorias", contó LeBron. "A nosotros, obviamente, no nos gustaría estar por debajo del 50% de victorias con un cuarto de temporada consumida. Pero sabemos que tenemos más espacio para mejorar, tenemos mucho más espacio para mejorar".
“Una cosa por la que vivo es nunca, nunca, nunca entrar en pánico”, inició Westbrook. “Hay que estar el uno con el otro, nunca separarse en momentos como este, independientemente de lo que la gente pueda pensar fuera de nuestro vestuario sobre que deberíamos jugar de esta o tal manera. Es un año largo. Tenemos que tener un sentido de urgencia de cuidar las victorias en casa y ganar los partidos que se supone que debemos ganar".
"Vamos 10-11, quiero decir, podríamos tener una racha ganadora de 10 partidos, una racha ganadora de 12, ahora la narrativa es diferente", continuó Davis. "Si conseguimos una racha ganadora de 10 encuentros estaremos 20-11. Ahora callaremos a todos. Pero depende de nosotros. Tendremos que hacerlo. Sabíamos al comienzo de la temporada que nadie nos iba a dar nada. Nadie iba a sentir lástima por nosotros. Nadie se iba a sentir mal por nosotros".
El problema de todas estas palabras expresadas por las estrellas de los Lakers es que resulta muy complicado pensar en un horizonte en el que verdaderamente puedan encadenar más de 3 partidos seguidos venciendo. Con la irregularidad como bandera, la unión del vestuario es lo único que puede ayudar a los californianos a salir definitivamente de esta situación. Para ello deberán superar en los próximos días a Pistons, Kings, Clippers, Celtics y Grizzlies, los cuales no se lo pondrán en absoluto fácil.
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