Las prisas nunca son buenas compañeras, más cuando lo que se trata de construir es un grupo humano, uno cuya meta no puede ser más alta y ambiciosa. Los Angeles Lakers arrancaron esta temporada 2021-2022 con el objetivo de luchar por el anillo, de ser en definitiva contenders, pero esa categoría no se la puede adjudicar uno mismo, más bien tienen que refrendarla unos resultados y los de los californianos no fueron excesivamente positivos. Todas las alarmas se encendieron cuando en los primeros compases del curso las derrotas superaban a las victorias en el balance general, y no solo eso, sino que aquellos triunfos que se lograban sucedían bajo condiciones que no dejaban en muy buen lugar a los campeones de 2020.
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Un giro de 180 grados a la plantilla y la presencia únicamente de 3 jugadores del róster del pasado curso eran los condicionantes con los que los Lakers debían jugar en su proceso de asentamiento. Un complicado inicio en lo que a juntar todas las piezas y darles sentido a lo que pronto debieron sumar diferentes ausencias, sobre todo de nombres relevantes, como fue el de LeBron James, así como Talen Horton-Tucker, Trevor Ariza, Wayne Ellington o Kendrick Nunn. Así, todo el peso recayó sobre Anthony Davis y Russell Westbrook. El primero estuvo lidiando con problemas de consistencia en su lanzamiento en suspensión y el segundo tratando de encontrar y descubrir cuál era su rol y aquello que el cuerpo técnico le demandaba.
Las semanas fueron pasando y los resultados seguían siendo irregulares, no obstante, las sensaciones iban mejorando, especialmente entre AD y Russ que parecían estar comenzando a tejer una relación positiva sobre la cancha que pronto se convirtió en uno de los pilares del ataque de los Lakers. Mientras, LeBron fue entrando y saliendo de la rotación, conjugando diferentes problemas físicos con su sonada baja por la entrada en el protocolo de salud y seguridad de la liga.
En líneas generales, los angelinos han ido dando pasos hacia adelante conforme los partidos han ido pasando, avances que no necesariamente tenían que verse traducidos en victorias, pero que empezaba a delinear de lo que podría ser capaz el Big Three en especial.
En los primeros 12 partidos de temporada el trío de estrellas apenas había compartido pista un total de 113 minutos en 6 encuentros, dejando un net rating igual a 0 en ese lapso. Es decir, ni positivo ni negativo, simplemente mediocre. Las noches negativas en las que uno de los tres o bien los tres no daban signos de congeniar superaban a aquellas veladas en las que todo salía rodado, como el importante triunfo ante los Rockets del 3 de noviembre. Como siempre, el tiempo ha sido el mejor aliado en una situación como esta y poco a poco ha ido dando resultados, en los siguientes 6 duelos que compartieron de un total de 11 los números cayeron a -1,1.
Sin embargo, en los últimos 4 partidos la tendencia es al alza, coincidiendo curiosamente con el mejor tramo de temporada de los de Frank Vogel. En ese breve espacio de tiempo los angelinos han vencido a Pistons, Kings y Celtics por un margen de 10,0 puntos en donde el Big Three ha sido el mejor trío que haya acumulado más de 40 minutos con 114,4 de ratio ofensivo y 99,2 de defensivo para un +15,2 de ratio neto.
Especialmente notable fue la reciente victoria de los angelinos sobre Boston, a quienes doblegaron por 117 a 102 de manera contundente e imponiendo su estilo. En resumidas cuentas, dejando claro cuál era su identidad: concentración ofensiva en la pintura, defensa y hambre por correr y abrir la cancha. LeBron James, Russell Westbrook y Anthony Davis fueron los verdaderos artífices de la victoria, combinándose para 71 puntos en 29 de 48 en tiros de campo (60,4%), acumulando 19 de las 25 asistencias del equipo y pasando en pista juntos buena parte del choque.
Cada uno de los tres integrantes cumplieron con su función y cometido de la mejor manera posible. LeBron James hizo especialmente daño sobre la defensa de los Celtics al atacar el aro una y otra vez, logrando 16 de sus 30 tantos en la zona restringida con gran pericia. La estrella parece estar en una forma espléndida y, al mismo tiempo, demuestra tener la determinación de hacer funcionar al equipo con él como eje. Sin ir más lejos, por cuarta ocasión en los últimos cinco encuentros que el alero ha jugado este ha superado la treintena en anotación (39 vs. Pacers, 30 vs. Kings, 33 vs. Pistons y 30 vs. Celtics). "Estoy más joven que nunca", bromeó James tras la victoria.
Por otra parte, lo más destacable del rendimiento del Big Three fue la confirmación de que Westbrook y Davis cada vez se entienden mejor sobre la cancha. Aunque ya venían siendo una de las parejas que más conectaban entre sí de toda la liga, en este último compromiso frente a Boston sus acciones juntos fueron precisas, intuitivas y, sobre todo, hicieron daño en la defensa rival para edificar la victoria angelina. De las 11 asistencias de Russ, 5 tuvieron como destino AD y de las 3 del interior 1 fue a parar a las manos del base. Con este último partido, la unión de Russ y Davis se convierte en la segunda pareja que en más ocasiones se ha relacionado para una asistencia y canasta entre ambos con un total de 69 acciones culminadas, solo por detrás de Trae Young y John Collins, quienes suman 77 según PBP Stats.
"Hoy fue uno de los mejores 48 minutos de partido que hemos tenido hasta el momento", reconoció LeBron James, a quien no le faltó en absoluto razón pues la conjunción de todas las piezas fue la clave para que los Lakers controlasen de principio a fin el encuentro. "Me gustó cómo competimos hoy en ambos extremos del campo, con mucha intensidad".
"El juego siempre te dirá qué debes hacer", reflexionaba Russell Westbrook, autor de 24 puntos y 11 asistencias con un 56% de acierto. "Tenemos un equipo único como todos sabéis. Tenemos gente que puede tomar responsabilidades en el partido en cualquier momento".
Poco a poco los Lakers van tomando forma y descubriendo qué equipo quieren ser y están en disposición de ser. Encontrar el equilibrio entre todas las partes con una plantilla tan veterana no es en absoluto fácil, y está requiriendo más tiempo del que cualquier aficionado habría podido esperar simplemente viendo los nombres que componen el plantel. El potencial de los californianos sigue siendo todavía una incógnita, más con todo lo que resta de campaña, pero partidos como este frente a los Celtics dejan claro que es esta la verdadera imagen del Big Three y no aquella que se vio en los primeros compases del curso.
Con la concentración ofensiva en la producción en la pintura, la depuración del espaciado ofensivo a media pista y unos roles más marcados en cuanto a ejecución, los californianos están en disposición de alzar el vuelo definitivamente y volverse a meter de lleno en la pugna por posiciones relevantes en el Oeste.
"Si tienes tipos como Russ, LeBron y AD sabes que las opciones de atacar van a estar ahí y, con suerte, podremos tener alineaciones con Davis al 5 como hoy, lo que nos permitirá atacar la pintura y añadir algo de tiro exterior eventualmente", comentó Frank Vogel.
Poco a poco, esa es la única guía de viaje de estos Lakers y su particular Big Three, el cual vivió su mejor noche hasta el momento en esta temporada y que ahora dispondrá de un calendario favorable para poder hacer de este gran lapso una tendencia perdurable.
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