En una noche de marzo, muchos fans de la NBA recuperaron la sonrisa por ver nuevamente en una cancha a uno de esos jugadores diferentes, de los que se disfruta verlo moverse y deslumbrar con su calidad absoluta. Poco más de cuatro meses después de aquella fractura en la mano izquierda que interrumpió su inicio de temporada en el cuarto partido, Stephen Curry está de regreso. Sonríe Golden State Warriors, más allá de lo que terminó siendo derrota por 121-113 ante Toronto Raptors. Es que, en definitiva, el resultado es una anécdota dentro de la vuelta de un jugador diferente a todos.
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El conjunto de Steve Kerr está en el fondo del Oeste, en una temporada completamente atípica para lo que venía siendo su lustro de dominio casi absoluto. Pero el retorno del dos veces MVP es motivo suficiente para mirar con expectativas este tramo final de la fase regular. "Me sentí genial. Había un montón de energía por ver lo que podía pasar esta noche. Fue un lindo momento sentir el nivel de entusiasmo que había en el estadio". remarcó Steph en conferencia de prensa tras su vuelta.
Lo mejor es que más allá de lo numérico, que por supuesto fue destacado a partir de sus 23 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias (aunque con 3-12 en triples), el base se mostró con confianza desde lo físico, un foco claro a seguir tras una larga inactividad. "Realmente llegué al partido tratando de no pensar si tenía que hacer este o aquel pase. Si tenía que hacer cosas, tenían que ser sin dudar. Fue una buena sensación ese primer pase (para Wiggins), sintiendo mi mano como debería estar y dando una asistencia correcta. Me hizo sonreír un poco", explicó.
El tres veces campeón contó que las sensaciones eran diferentes y no estaban relacionadas a los nervios. "Estaba más ansioso que otra cosa, porque pensé que iba a jugar el domingo pasado y había preparado mi mente para eso. Después tuve que ir a Santa Cruz (a entrenarse con la filial de G-League) y empecé a seguir el reloj para que llegara esta noche. Así que fue más que nada ansiedad. Pero fue raro, todo pareció pasar muy rápido", explicó con detalles cuál fue la parte más difícil.
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"Lo malo fue trabajar sobre esos tramos cortos de acción, porque me estaba sintiendo mejor de lo esperado. Sentí que podría haber jugado más minutos, pero tenía que seguir el plan en este primer partido. Esa fue la parte más dura, porque es difícil entrar en ritmo. Creo que tuve que salir dos veces después de anotar disparos. Ese fue el ajuste más difícil", dijo tras jugar 27 minutos por la restricción impuesta por Steve Kerr, que se mostró más que feliz por su vuelta.
"Creo que lució genial, se movió muy bien. No eran las circunstancias ideales, porque lo metíamos y sacábamos de la rotación para mantener sus minutos bajos y sus tramos cortos. No está acostumbrado a eso, pero obviamente que nos dio un gran extra. Cambia todo por completo cuando está en la cancha", destacó su entrenador.
Uno de los mejores jugadores de la última década está de vuelta haciendo lo que más disfruta, está "en su lugar feliz", como describió. El sábado, nuevamente en el Chase Center, será la segunda función desde su regreso frente a Philadelphia 76ers.
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