En junio de 2021 se cumplen dos años de la última vez que vimos en una cancha a uno de esos matadores silenciosos en la NBA: Klay Thompson. Si existiera el cartel de estrellas por debajo del radar (un concepto quizás injusto por tratarse de, justamente, estrellas), el escolta de Golden State Warriors se llevaría todos los honores. Una pieza central de la dinastía que construyó el conjunto de Steve Kerr en el último lustro, que de cierta manera empezó a tomarse una pausa aquel 13 de junio de 2019, cuando Toronto Raptors estampó el 4-2 en las Finales que, como si fuera poco, fue durante la noche de la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla izquierda de Klay. Cosas del destino, una noche en donde estaba en funciones la mejor versión de Thompson: "Game 6 Klay".
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Si tuviéramos que buscar el nacimiento de este personaje por demás letal y valioso para los Warriors, habría que viajar cinco años atrás en el tiempo, a la noche del 28 de mayo de 2016. Primero, un poco de contexto. Golden State había completado la fase regular nada más y nada menos que con el mejor récord de la historia de la competición, un 73-9 que quebró la marca de los Chicago Bulls de Michael Jordan en la 1995-1996. Tras despachar a Houston y Portland por 4-1, las Finales de la Conferencia Oeste ponían adelante a Oklahoma City Thunder, con Kevin Durant y Russell Westbrook como principales amenazas, más un conjunto en un punto de rendimiento colectivo altísimo, que tenía a Steven Adams, Serge Ibaka y Andre Roberson como complementos perfectos para establecer las bases de una estructura que parecía tener todo lo necesario para detener a los que lucían imparables.
Tal es así que OKC se puso 3-1, robando el primero en la Bahía y aplastando en los Games 3 y 4, ganados por 28 y 24 puntos de diferencia, respectivamente. Lo de Klay, hasta ahí, venía bastante por debajo de lo habitual en aquella postemporada: 27,2 puntos y 47,5% en triples sobre 9,9 intentos en las dos primeras rondas, contra 21 tantos y 32,4% triples sobre 8,5 intentos en los primeros cuatro encuentros de la serie ante los Thunder. Con 27 del escolta en el G5, Golden State salvó la primera ocasión de eliminación en casa. Aunque el viaje a Oklahoma City lucía un peligro por lo que había pasado unos días antes.
Lo concreto es que en ese G6 OKC hizo casi todo bien, defendiendo y anulando el circuito de los de Kerr desde su sólido bloque colectivo y manteniéndose en casi todo el partido en ventaja (cerca de 38 minutos con el control del marcador). Tal es así que entró al último cuarto con una ventaja de ocho puntos. Es más, a poco más de 5 minutos del cierre, el marcador lo tenía 96-89 a favor. Pero lo único que no pudo hacer Oklahoma City fue contener al asesino silencioso de los Warriors.
Thompson fue casi el principal argumento ofensivo de Golden State para sostener no sólo en el partido, sino ese último cuarto. Ese desventaja de 7 a poco más de 5 minutos no fue mayor porque Klay apareció con 11 puntos. Y ahí llegó un click: triplazo lejano de frente al aro para descontar a 4, mejor defensiva general, Steph Curry sumándose a la fiesta para igualar en 99-99 a 2:48 del cierre, y nuevo triple de Klay a1:35 para romper la igualdad, tomar la delantera y ya no mirar hacia atrás.
Si parece que el último cuarto de Klay fue maravilloso, es porque realmente lo fue: 19 puntos, 2 rebotes y un tapón, con un casi perfecto 5-6 triples. Él sólo metió más puntos con todo OKC en ese parcial que terminó 33-18 en favor de Golden State, pero no fue una cosa del último cuarto nada más: Thompson cerró con 41 puntos (su máxima en Playoffs), 4 rebotes y un bestial 11-18 triples, concretando la mayor cifra de conversiones a distancia de la historia de la postemporada. Los Warriors terminaron ganando 108-101, forzando un 7° partido donde darían la cara (96-88) para acceder a sus segundas Finales consecutivas gracias a una remontada espectacular (que después sufrirían en su contra contra Cleveland).
Ese fue el segundo partido de Klay Thompson enfrentando eliminación en un Game 6. El primero de ellos fue en el último año antes del inicio de la era Steve Kerr, en la primera ronda del 2014 ante los Clippers. Sumó apenas 9 puntos en lo que fue triunfo de los Warriors (aunque terminarían cayendo en el 7°). Aún no era el Klay que después fue estrella, claro. Ni tampoco era el "Game 6 Klay" que nació en 2016 y tuvo un par de capítulos más después de ese inicial.
Tonight’s #NBATogetherLive Classic Game will feature @warriors / @okcthunder Game 6 of the Western Conference Finals (5/28/2016)!
— NBA (@NBA) May 28, 2020
We’re streaming it live & watching together here on @NBA at 8:00pm/et. pic.twitter.com/abio71rgud
2018 vs. Houston Rockets
Los mejores Rockets de la era D'Antoni se habían puesto 3-2 en las Finales de Conferencia, aunque con el caro precio de perder a Chris Paul en el G5. De todas maneras, Golden State debía comenzar la remontada para volver a las Finales y tener una ocasión de repetir el título del 2017. Ya estaba Kevin Durant en el equipo, y Steph Curry seguía siendo el de siempre. Pero "Game 6 Klay" se robó la noche.
Máximo anotador del partido con 35 puntos, más 6 rebotes, 2 asistencias y 4 robos, en otra noche magnífica con su triple: 9-14 a distancia, con 4-5 en un tercer cuarto (33-16) que empezó a liquidar lo que sería una paliza por 115-86 para forzar el séptimo encuentro donde los Warriors tomarían por asalto el Toyota Center para avanzar a la gran definición, encaminándose a su tercer título en cuatro años.
Una temporada después, en 2019, el escolta volvió a golpear a Houston en el Game 6, aunque esta vez no fue para mantener con vida una serie sino para liquidarla: 27 tantos en el 118-113 (show de Curry con 33 unidades) en la casa de los Rockets para definir por 4-2 unas Semifinales del Oeste que se habían vuelto cuesta arriba por la lesión de Kevin Durant.
2019 vs. Toronto Raptors
La más dolorosa de todas estas apariciones en sextos partidos enfrentando eliminación y más allá del resultado, pero que igualmente sirve para valorizar al "Game 6 Klay". El 13 de junio pasado, los Warriors recibían a Toronto Raptors en el Game 6 de las Finales, después de rescatar el G5 de Canadá (106-105) pese al impacto de perder a Durant en la misma noche en que había regresado. En ese G5, Thompson apareció con 26 puntos y 7-13 triples, y de su explosión dependían muchas de las opciones para que su equipo pudiera seguir con vida.
El Oracle Arena estaba ante su última noche recibiendo a los Warriors (antes de la mudanza al Chase Center), y Klay estaba dando la cara ante la posible eliminación hasta esa acción a poco más de 2:20 para el final del tercer cuarto que paralizó los corazones en Oakland. El escolta caía con muchísimo dolor en la rodilla izquierda tras recibir una falta de Danny Green en su intento de machacar. Volvería unos minutos después para lanzar los dos tiros libres (y meterlos), generando una explosión como pocas en ese estadio que sabía de grandes ovaciones. Hasta regresó a su propio lado del campo con la intención de seguir jugando, pero era su final: había metido esos lanzamientos desde la línea con los ligamentos de su rodilla rotos.
Cerró aquella noche con 30 puntos (4-6 en tiros de dos, 4-6 triples, 10-10 libres), 5 rebotes y 2 asistencias en 32 minutos. En ese tiempo logró el mejor +/- de su equipo (+5). Con esos dos libres del final dejó a Golden State con cinco de ventaja (85-80), pero la historia es conocida: Toronto terminó explotando las bajas de los Warriors para imponerse por 114-110 y concretar el 4-2 que le dio el primer título de su historia.
Fue el último capítulo de "Game 6 Klay", ese héroe de los Warriors cuando tuvieron que enfrentar eliminación. ¿Lo volveremos a ver? Su regreso, sin dudas, será una de las historias de la temporada 2020-2021.
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