Durante mucho tiempo Draymond Green fue considerado como uno de los mejores jugadores de toda la NBA. Su presencia en el mejor equipo de la década, así como el rol que desempeñaba dentro de aquellos Golden State Warriors le llevaron a convertirse en la pieza angular del sistema de Steve Kerr, jugando un papel clave en las cinco Finales consecutivas y tres campeonatos . Pero tan pronto como las lesiones se cebaron con las figuras más reconocibles de la plantilla y Kevin Durant se mudó al otro extremo del país las dudas con respecto a Dray comenzaron a florecer.
Un rendimiento irregular en ataque en noches en las que apenas producía, errando lanzamientos que antes eran lo habitual en él, poca brillantez en los pases y una cierta desidia en el apartado defensivo hicieron tambalearse a uno de los pilares de la dinastía Warriors, un jugador único en su estilo e irremplazable, pero también diseñado para formar parte de un proyecto ganador. Su renovación en la offseason de 2019 tampoco ayudó en ese sentido porque, aunque merecidos, esos 99 millones de dólares en los siguientes 4 años parecían una suma excesiva para un equipo que, con suerte, entraría en los Playoffs sin mayores aspiraciones.
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Algo comenzó a cambiar en Draymond Green con la vuelta de Stephen Curry. Su estándar ofensivo creció notablemente, uniéndose una vez más con su compañero de faena, pero sobre todo, elevó su nivel defensivo hasta quedarse a las puertas de sus números de carrera con 3,3 en Defensive BPM sin ir más lejos. No obstante, los Warriors todavía estaban lejos de cumplir con su objetivo, el anillo, pero las bases para retornar ya habían sido puestas y Dray estaba listo para dar ese paso al frente.
La temporada 2021-2022 está sirviendo para volver a colocar a Golden State en la posición que merecen , en disposición de acabar liderando la Conferencia Oeste por primera vez desde 2019, con la vuelta de Klay Thompson cada vez más cerca y un Steph a nivel MVP. Pese a todo ello, es la "recuperación" de un Green sobrio, centrado y regular lo que más debería ponerse en valor en el regreso de los Warriors, pues el nativo de Michigan ha sido y es el pegamento del grupo, el engranaje perfecto que siempre ha hecho funcionar la maquinaria orquestada por Steve Kerr.
En ataque ejerce de mariscal y director de juego, ubicándose en la frontal y conectando constantemente con sus compañeros hasta encontrar la grieta en la defensa rival. Mientras que en el otro extremo controla todo lo que el oponente plantea, está atento a cada corte y movimiento, saltando a la ayuda en el momento idóneo para frustrar la ofensiva del otro equipo. Un ejemplo muy visual de esto último lo dio el propio Green recientemente en un especial con Doris Burke para ESPN en donde analizaban detenidamente algunas de sus intervenciones defensivas. El vídeo no tiene desperdicio:
Lo que hizo un equipo de leyenda a los Warriors no fue solamente su vanguardista ataque, sino contar con un sistema defensivo mutable con una de las mentes más privilegiadas en ese sentido de todos los tiempos como es Dray.
Como lector de las acciones sin balón en defensa, Green no tiene rival, sabe anticiparse a la decisión del jugador con balón, organiza de viva voz a sus compañeros y los distribuye del modo más correcto para detener al otro equipo. Por ello, no es casualidad que tras dos años de sequía el ala-pívot esté volviendo a promediar más de 1 robo y más de 1 tapón como hizo de manera ininterrumpida entre 2015 y 2019, al mismo tiempo que está dejando a sus rivales en un 4 3,2% de acierto en tiros de campo , que de mantenerse supondría su mejor registro de carrera, superior a cuando ganó el premio al Mejor defensor (46,1%).
Lo destacable de sus intervenciones defensivas es que están permitiendo a los Warriors correr y anotar en transición, paliando así la falta de lanzamiento exterior que pueden tener en ciertos momentos con según qué alineación. Así, no debería resultar extraño que la segunda mejor ofensiva de Golden State , en la cual no está Curry, tenga a Draymond como eje junto a Poole, Porter Jr, Payton II y Wiggins, produciendo 121,1 de ratio ofensivo y 78,3 de defensivo para un +42,9 de net rating en 32 minutos acumulados, la mejor con un mínimo de 25 minutos en este curso.
Pero claro, su nivel ofensivo tampoco se está quedando atrás, algo que quedó patente en la victoria por 113 a 98 sobre los Sacramento Kings en donde Green firmó su primer triple-doble de la temporada y máxima anotación con 16 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias en 7 de 11 tiros de campo. Durante el duelo ante los californianos Draymond ofreció un partido que ya hemos visto en infinidad de ocasiones. Continuamente en busca de un pase más, moviendo la bola, arrastrando la defensa y "jugando" con la gravedad ofensiva de Steph.
Un buen resumen de lo que fue su partido se dio en estas dos secuencias, primero la búsqueda continua de Curry y a continuación una defensa excelente que le lleva a anotar en transición:
Con Green en cancha el ataque de Golden State se dispara a 111,1 de ratio ofensivo, el cuarto mejor del equipo para un net rating de 10,1, al mismo tiempo que está logrando ser el primer jugador que no es un guard entre los que más puntos producen a través de asistencia (19,1; 10º), en asistencias potenciales (14,4; 8º) y el segundo detrás de Nikola Jokic en asistencias por encuentro (7,3; 11º).
Para desbloquear la mejor versión de los Warriors es preciso que Draymond Green sea regular y produzca al nivel que viene haciéndolo en este curso. Porque sí Stephen Curry es una figura única, capaz de cambiar un partido, pero el engranaje que mantiene unido al grupo es Dray y con él rindiendo así va a ser complicado detener a Golden State en cualquier eliminatoria de Playoffs.
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