La Fórmula 1 ha cambiado mucho en este 2022. No solo competitivamente, los monoplazas son muy distintos, tanto visualmente como por todo lo que les define aerodinámicamente. Una de las principales novedades fue la introducción del efecto suelo, cuya consecuencia directa ha sido el porpoising o rebote.
Pero, ¿qué es el porpoising? ¿Y por qué todo el mundo habla de ello en la F1 este año? Es momento de responder a la pregunta.
¿Qué es el porpoising en la Fórmula 1?
El cambio reglamentario en la Fórmula 1 para 2022 tuvo como consecuencia que la mayor parte de la carga aerodinámica pasara a ser generada por el fondo plano, es decir, el suelo. Todas las estrías, líneas y demás formas que configuran la parte baja del monoplaza es lo que hace que este pueda ir a la máxima velocidad y que, al mismo tiempo, se pegue al suelo.
Sin embargo, esto genera el conocido como porpoising, que no es otra cosa que el rebote constante a altas velocidades del monoplaza.
¿Y a qué se debe el porpoising?
Con las nuevas normas los alerones delanteros van más altos y la mayor parte del peso se encuentra en la zona posterior. De esta manera, al entrar el aire frontalmente a una alta velocidad el monoplaza se pega al asfalto gracias al efecto de succión, sobre todo en la parte frontal. El aire ve incrementada su velocidad en la zona central, pero en un momento dado de ese proceso continuo el equilibrio se rompe y el Fórmula 1 bota.
Esto se produce debido a que los fondos planos no son tan planos como lo eran en el pasado, de tal manera que se generan turbulencias que peguen al monoplaza al asfalto. Esto es lo que se conoce como efectos Venturi y que crean zonas de baja presión en el aire y que rinden mejor cuanto más pegados a la pista van. De ahí que la solución para el porpoising sea elevar de altura los monoplazas a coste de perder prestaciones.
¿Qué ha propuesto la FIA para reducir el porpoising?
Durante toda la temporada el equipo Mercedes ha estado lamentando lo mucho que se han visto perjudicados por el porpoising. Si bien este problema no ha sido exclusivo de los de Brackley, pues Ferrari o McLaren también lo han sufrido, la intensidad de su campaña ha acabado por tener efecto. Sobre todo durante el Gran Premio de Azerbaiyán, en el que Lewis Hamilton se aquejó de los dolores de espalda que el rebote le producían. Un hecho que dio lugar a varias radios en el equipo un tanto sospechosas.
El rebote tiene solución pues "solo" hay que elevar más la altura del monoplaza, pero el coste es considerable para los equipos pues la resistencia aerodinámica es mayor y la velocidad menor. Por otro lado, el porpoising puede producir graves problemas físicos y neorológicos en los pilotos si estos se ven expuestos de una manera continuada.
Con todo esto encima de la mesa, la FIA publicó una serie de medidas antes del Gran Premio de Canadá con el objetivo tanto de minimizar el rebote como de castigar a aquellos que primen el rendimiento antes que la salud de sus pilotos.
De este modo el máximo organismo internacional del motor ha decidido que:
- Habrá un mayor control de planchas, tanto en términos de diseño como del desgaste.
- La definición de una métrica, basada en la aceleración vertical del coche, que dará un límite cuantitativo para un nivel aceptable de oscilaciones verticales.
Además, los monoplazas que incumplan las normas tendrán que elevar 10 milímetros de altura sus monoplazas como castigo.
