La nueva normativa aplicada para 2022 anunciaba una nueva era para la Fórmula 1, pero resultaba complicado imaginar un horizonte en el que Mercedes no estuviese en la lucha por la victoria. Sin embargo, esa es la realidad con cuatro Grandes Premios disputados. Los resultados hasta el momento no han sido del todo negativos, pero la situación es muy distinta y el circuito de Imola ha evidenciado las carencias de los de Brackley.
El reducido tiempo entre los entrenamientos libres y la clasificación del viernes pusieron en aprietos a Mercedes que no logró dar con la tecla con ninguno de sus dos monoplazas. Los pilotos no estaban cómodos, no conseguían poner los neumáticos en temperatura y la lluvia no ayudó en absoluto. En consecuencia, los germano-británicos terminaron en undécima y decimotercera, la primera vez desde Japón 2012 que quedaban ambos monoplazas fuera de la lucha por la pole.
Este mal resultado despertó el descontento en Lewis Hamilton, a quien pilló la retransmisión televisiva en un acalorado intercambio de pareceres con Toto Wolff. "Son cosas internas que no compartiré. Seguiremos trabajando. Es lo que hay. Simplemente seguiremos trabajando duro, cada fin de semana es un rescate", declaró el siete veces campeón del mundo al respecto.
Si durante toda la era híbrida Mercedes fue la máquina perfectamente engrasada que estableció el estándar de perfección, en este nuevo momento de la Fórmula 1 los de Brackley están perdidos y descolocados. A lo largo de estos cuatro eventos han ido introduciendo cambios y novedades en el W13 sin terminar de atinar, lo cual desmotiva más a un grupo acostumbrado únicamente a ganar.
"No ha sido una gran sesión. Naturalmente, es decepcionante", comentó Hamilton el viernes. "Llegamos aquí con optimismo y todo el mundo está trabajando muy duro en la fábrica, pero las cosas no salen bien. Creo que tuvimos un rendimiento inferior como equipo. Hay cosas que deberíamos haber hecho que hoy no ha sido así".
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Al ver los resultados y el desarrollo de la clasificación lo lógico hubiera sido pensar que Hamilton y Russell lograrían reponerse y remontar. No obstante, el resto de los equipos les pusieron los pies en el suelo en la mejor prueba del mal momento que atraviesa Mercedes. Mientras Ferrari y Red Bull luchaban por la victoria y la remontada, cada dupla de pilotos con su particular objetivo, Hamilton y Russell eran incapaces no solo de avanzar, sino incluso de mantener su posición de salida.
El heptacampeón del mundo perdió una posición, concluyendo la Sprint Race en decimocuarto lugar, mientras que el joven Russell finalizó en el mismo puesto de salida después de que Mick Schumacher le ganase la batalla por el décimo puesto.
"Me siento bien, he aceptado la realidad a la que nos enfrentamos y ahora dedico mis esfuerzos a seguir trabajando para progresar", lamentó Hamilton tras la sesión del sábado. "No estamos luchando por el Campeonato, no tenemos ninguna mejora prevista, hay que luchar con lo que tenemos".
Sin ritmo, sin velocidad en las rectas, lejos de liderar la zona media y con una situación interna que empieza a preocupar se abre un periodo crítico para Mercedes. La suerte les sonrió en Bahrein y Australia por el abandono de los Red Bull, pero Imola parece colocar en el lugar que realmente están los de Brackley.