La temporada 2021 de Carlos Sainz no pudo ser mejor. Un estreno soñado para cualquier piloto de Ferrari, más dadas las circunstancias. El español se adaptó en un tiempo récord al monoplaza y acabó por aventajar a su compañero Charles Leclerc en un Mundial de pilotos donde concluyó quinto. Con un notable cambio en la normativa y la Scuderia al alza, todo hacía indicar que el madrileño podría competir cara a cara por el campeonato en 2022.
Tres carreras después de iniciar la temporada la realidad es otra muy distinta para Sainz. Mientras su compañero ha sido uno con el monoplaza al haber logrado 71 de 78 puntos posibles y haber liderado el 86,7% de las vueltas totales, el español ha tenido problemas para igualar el ritmo del monegasco. En clasificación la diferencia ha ido agrandándose y ha sido de +0.129, +0.177 y +1.540. Por otro lado, en carrera esto se ha incrementado, siendo incapaz de seguir el ritmo ni de poder batirle la posición en las salidas.
Desde un punto de vista resultadista el balance de Sainz no ha sido excesivamente negativo, sobre todo al dejar de lado lo ocurrido en Australia donde una cadena de mala suerte le forzó a una posición incómoda e incrementó las posibilidades de un fallo. Dos podios y un abandono que le hacen ser tercero en el Mundial a unos puntos del segundo puesto.
No obstante y tras un 2021 que puso el listón muy alto, el madrileño se encuentra en una situación nada favorable y cómoda. Y es que si hay algo que todos los pilotos quieren evita en la Fórmula 1 es verse vencidos a las primeras de cambio por sus compañeros de equipo, pues eso puede marcar la tendencia para el resto de la temporada. Algo que es más relevante tratándose de Ferrari.
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Leclerc ha comenzado el curso de la mejor manera posible y demostrando porqué fue ascendido con tanta velocidad a la escudería italiana. El monegasco se ha adaptado a la perfección a las singularidades del F1-75, sacándole toda la velocidad posible y sin cometer error alguno. En una temporada de 23 carreras todo puede ocurrir, pero de mantener esta dinámica la posición de Sainz en el equipo de Maranello pasaría de una igualdad relativa con su compañero a un rol de posible escudero.
¿Qué podría significar esto? Por un lado que el primer piloto y la prioridad de Ferrari en cuanto a mejores estrategias fuese Leclerc, más si el monegasco mantiene sus opciones de ser campeón. Por otro, Sainz podría ver condicionadas sus carreras para favorecer el resultado de su compañero, bien alargando su parada o fijando su objetivo en un rival para que Leclerc pudiera recortar tiempo o ampliarlo. Este rol estaría muy lejos del plan de temporada que el español habría visualizado para un año tan importante para su carrera, pero en sus manos está cambiar la dinámica y devolver la posición de igualdad al tablero de Ferrari.
Las próximas tres citas del calendario deberían dar un respiro a Sainz pues la F1 visitará el circuito de Imola, el novedoso trazado de Miami y finalmente el de Barcelona-Catalunya. Tres pistas, a cada cual más distinta, y donde el español tiene la meta y el objetivo no solo de batir a Leclerc sino de dar un golpe encima de la mesa.
El piloto madrileño se juega mucho en las próximas semanas, más con la renovación para 2023 en el aire.