"Numeros que hablan" es nuestra sección en la que combinamos una estadística destacada con la explicación de lo que realmente pasa en la cancha. ¿Nuestro objetivo? Responder preguntas clave, descubrir verdades ocultas y abrir el telón sobre por qué algunos números importan más que otros.
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En esta oportunidad, ponemos la mirada en Aaron Gordon, el gran fichaje de Denver Nuggets sobre la fecha límite de traspasos.
6,0
De acuerdo a NBA Stats, esa es la cantidad de puntos en acciones de corte hacia el aro que está promediando Aaron Gordon en los cuatro partidos desde su llegada a los Nuggets. ¿Por qué es llamativo es importante? Porque, entre otras cuestiones, nos permite empezar a ver lo bueno que está siendo su encaje en los de Colorado.
Si bien la muestra es pequeña (apenas cuatro partidos), se puede decir que esa media de puntos tras corte sería la más alta de toda la NBA, superando los 4,9 y 4,6 que registran Zion Williamson y Bam Adebayo. El ex de Orlando está usando este tipo de acciones como nadie (3,8 posesiones por partido) y lo hace de manera abslutamente eficaz (78,6 de porcentaje de campo efectivo), ubicándose en el percentil 92,6 de la liga, dejando en claro su excelencia en la materia a partir de su 1,60 puntos por posesión.
Ahora bien, ¿por qué esto ilustra su encaje? Porque cuando juegas alrededor de un tal Nikola Jokic, camino a ser el mejor pívot pasador de todos los tiempos, esta cualidad para cortar es indispensable. No importa el contexto, el lugar del campo o el momento. El serbio siempre tendrá la capacidad de encontrarte si sabés moverte a su alrededor. Y Gordon parece ideal para ello.
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Vamos con un ejemplo bien gráfico de su último encuentro, curiosamente el mejor de ellos y, para nada casual, ante su ex equipo, Orlando. El alero sumó 24 puntos, 10-13 campo (1-1 triple), 3-5 libres, 7 rebotes, 2 asistencias y 2 tapones en 35 minutos. Y esta secuencia en pleno clutch es todo lo que necesita Denver de él para dar un salto en la elite del Oeste. Primero, con algo tan simple como genial: pase de entrada al poste a Jokic, que entra en su zona matadora por la cantidad de recursos y acciones que puede hacer, tanto para anotar como para generar. Un micro segundo de Chuma Okeke desatendiendo a Gordon alcanza para que éste corte por el medio de la pintura, reciba el pase del pívot y defina con un mate de espaldas. De nuevo: simple, pero letal.
Claro que esta secuencia no termina allí: en la posesión siguiente, Gordon ofreció su otra parte del aporte, el defensivo: después del pick and roll entre Ross y Carter Jr., ayudó desde el lado débil con una rotación perfecta y frenó por completo al pívot rival, con un salto espectacular que impidió su lanzamiento.
Pasar, moverse y estar siempre alerta del pase de regreso. Cuando girás alrededor de Jokic, no queda otra receta para emplear. Gordon parece entenderlo muy bien.
De verdad, muy bien lo entiende.
Vamos a una mirada más profunda de su entendimiento en el sistema y, sobre todo, con Jokic: de sus 25 conversiones de campo con la camiseta de Denver, 11 han sido tras asistencias del serbio, de quien recibe el 43,1% de sus pases. Y aquí podemos empezar a ver un cambio esencial al llegar a Denver: el 80% de sus anotaciones con los Nuggets han sido asistidas, una cifra claramente superior al 52,3% de conversiones tras pase que registraba con Orlando en la primera parte de la temporada.
Si eso parece un cambio en su realidad, miremos las siguientes diferencias entre su versión de Orlando en esta temporada con la que está desarrollando en los Nuggets, según los datos avanzados de Stats NBA.
- Toques por partido: 63,9 en Orlando / 33,0 en Denver
- Segundos por toque: 4,13 en Orlando / 1,98 en Denver
- Dribles por toque: 3,45 en Orlando / 1,13 en Denver
- Puntos por toque: 0,228 en Orlando / 0,432 en Denver
- Tiempo de posesión: 4,4 en Denver / 1,1 en Denver
La muestra en los Nuggets, más allá de ser pequeña, es muy clara a la hora de marcar el molde de jugador que era en Florida con el que es ahora en Colorado, un cambio rotundo que sería complejo para muchos, pero no para alguien que ha llegado sin el deseo de sostener algún cartel de protagonismo, sino de adaptarse a lo que pedía el equipo. No sólo que se ha adaptado casi a la perfección (en los dos costados), sino que ha generado un claro salto de calidad en su nueva casa.
Es cierto que jugar aldededor de mejores jugadores hace todo mucho más fácil. Ni hablar si uno de esos jugadores es un candidato a MVP con una capadidad de pase descomunal. Pero no es para cualquiera aceptar y ejecutar al máximo nivel posible un rol tan diferente al que venías acostumbrado. Pero Aaron Gordon lo está haciendo, explotando su inteligencia para moverse para sacarle todo el jugo a la visión y gravedad que genera un compañero top. El principal reflejo, sin dudas, es ese número...
6,0
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
