En una temporada 2019-2020 con expectativas enormes por el poder estelar de muchos equipos, por las grandes parejas que se armaron y por la pelea abierta entre varios candidatos, también hay un puñado de equipos que podrían pasar por debajo del radar sin generar muchos atractivos, al menos sobre el papel. Después de la salida de Kemba Walker, Charlotte Hornets podría haber quedado en ese grupo. Un equipo escaso de talento, sin grandes fichajes ni impacto desde el Draft. Pero la NBA tiene cosas maravillosas. Y, muchas veces, desde el lugar que menos se espera surgen historias que brillan.
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En la primera noche fuerte de la temporada, con 11 partidos, la mirada sobre los rookies apuntaba para el lado de Ja Morant en Memphis, de RJ Barrett en New York, de Rui Hachimura en Washington o de Tyler Herro en Miami, por dar unos nombres. Pero no, ninguno de ellos fue el más destacado. Para encontrar a la gran figura de los debutantes, hay que mirar a North Carolina, a la franquicia que tiene a un tal Michael Jordan como propietario. Sí, desde los Hornets salió el mejor protagonista, que además hizo historia: hablamos de PJ Washington, la nueva ilusión de una organización que necesita tener material para esperanzarse.
El ala-pívot de 21 años se llevó todas las miradas con un estreno para el recuerdo y escribiendo los libros. No, no es exagerado. Es que PJ se convirtió en el debutante con más triples anotados en su primer partido en la NBA: fueron 7 (sobre 11 intentos) en su camino a los 27 puntos para comandar la victoria como local por 126-125 ante Chicago Bulls. También colaboró con 4 rebotes, una asistencia, un robo y un tapón en sus casi 38 minutos en cancha, en donde mostró gran personalidad y determinación más allá de una mano sensacional (y muy buena mecánica). ¿La confianza? Por las nubes y quedó patente en sus tres primeros disparos, todos desde larga distancia y exitosos en apenas 5 minutos.
Welcome to the NBA, @PJWashington!
— Charlotte Hornets (@hornets) October 24, 2019
7️⃣ 3-PT FG (Most by any player in his NBA debut)#AllFly pic.twitter.com/XlcpGGvsBb
"Simplemente estoy entusiasmado por estar ahí fuera, viviendo mi sueño", señaló el producto de la Universidad de Kentucky, que lógicamente no estaba al tanto de la marca histórica. "No lo sabía hasta que me lo dijeron en una entrevista en la cancha. Simplemente estaba tratando de meter lanzamientos y regresar a defender", explicó alguien con una motivación especial...
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¿G-League en el primer año? Para nada...
Después de ser elegido en el 12° lugar del Draft 2019, Mitch Kupchak (GM) señaló que la expectativa era que Washington pasara gran parte de su primera campaña en Greensboro, la filial de la organización en la G-League. Cuatro meses después de aquella idea, viendo lo que pasó en la primera noche del curso, la propuesta suena ilógica.
"Lo escuché y lo usé como motivación", remarcó PJ. "A ver, no es algo malo ir a la G League, tener tiempo de juego y producir. Pero definitivamente quería estar aquí, en la escena principal tratando de mejorar mi juego", agregó el nacido en Louisville, cuyos datos de la noche son fantásticos.
- Sus 7 triples son la mejor marca histórica para un debut NBA. Superó los 5 de Donyell Marshall en 1994.
- Sus 27 puntos son el mejor registro para un debut desde los 29 que anotó Gordan Giricek en 2002. Por citar algunos casos emblemáticos, LeBron James sumó 25 tantos en su primera presentación.
- Su marca es la 11° mejor de la historia para un debut. Sólo lo superan Wilt Chamberlain (43), John Drew (32), Maurice Stokes (32), Isiah Thomas (31), Willie Anderson (30), Allen Iverson (30), Lamar Odom (30), Kareem Abdul-Jabbar (29), Walt Bellamy (29) y el mencionado Giricek (29).
- Es el primer jugador que toma más de 10 intentos de triples (11) en su debut en la NBA.
El trabajo incansable y los elogios de su equipo
Si Washington pudo "evitar" la G-League fue porque su training camp y pretemporada fueron geniales. Y eso que se había perdido la Summer League por una lesión... Más allá de los problemas físicos, llegó a la etapa de preparación, trabajó sin parar y se ganó su puesto. En la pretemporada se había mostrado sólido: 12,2 puntos (62,9% campo y 50% triples), 5,0 rebotes, 1,8 asistencias y 1,0 robos en 25,4 minutos de acción.
Las palabras de su entrenador, James Borrego, explican la confianza que le tienen. "Les avisé que parecía como si hubiera estado en la liga dos años ya. Estuvo fantástico. Es un joven con gran motivación y sólo mejorará después de esto. Su trabajo es seguir creciendo. Se encontrará con diferentes defensas cada noche, pero estoy entusiasmado por lo que vimos hasta ahora en cuanto a su madurez, su confianza y su toma de decisiones", resaltó el coach.
Nicolas Batum, uno de los pocos compañeros con experiencia en el equipo, reconoció que su molde es ideal para la actualidad. "Es moderno, es el ala-pívot del siglo XXI. Puede meter triples y postearse, puede cambiar en defensa, puede tomar a un pívot y a veces a un alero. Esta es una nueva posición, es el nuevo ala-pívot de la NBA", analizó el francés con razón. Los 2,01 metros de Washington parecen cortos para el molde viejo de la posición, pero esa versión de 4 abierto impone condiciones en 2019.
Lo que hoy luce fue un trabajo a conciencia. Su primera temporada en la NCAA con Kentucky había sido interesante y lo podría haber asegurado para el Draft 2018, después de promediar 10,8 puntos y 5,7 rebotes como freshman (27,4 minutos). El tema es que tuvo un pobre porcentaje de 23,8% en triples (menos de 1 intentado por duelo) y decidió trabajarlo. En su segunda campaña, pasó a un 42,3% triples (2,2 intentos), apartado que le permitió subir a 15,1 tantos y 7,5 rebotes (29,3 minutos). Evolución clave para llegar mejor preparado a la NBA.
Una familia de baloncesto
Este deporte le llegó casi por naturaleza, ya que sus padres eran jugadores en Middle Tennessee State. Es más, los dos lo ayudaron a entrenarse mientras crecía. "Mi familia siempre fue de baloncesto. Siempre me empujaron para que trabajara y ser mejor. Las vueltas a casa en el coche no eran diciéndome 'jugaste bien', sino contándome las cosas que había hecho mal. Ellos siempre se preocuparon por ayudarme, sin darme excusas. Trabajamos para llegar a este nivel", recordó en una entrevista con Charlotte Observer.
Además, Washington parece ser alguien que se preocupa y mucho por estudiar el juego. "Cuando defiendo a alguien, me gusta saber cuál es su mejor movimiento, pero también sus debilidades así lo llevo hacia allí. Siempre miré videos, en la universidad y también en el colegio. Quiero tratar de tener una ventaja de la manera que pueda", explicó.
La versión de propietario de Michael Jordan nunca fue la más elogiada. De hecho, haber dejado escapar a Kemba Walker, símbolo de la organización, fue la última gota de un vaso colmado de decisiones cuestionables, en la Agencia Libre y en el Draft. Sin embargo, esta explosión de PJ Washington parece ser una bocanada de aire fresco para una franquicia que necesita talento y destellos positivos para salir adelante en una temporada donde los pronósticos no son los mejores.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.