New York Knicks venció a Boston Celtics en una épica batalla con doble prórroga

Juan Estevez

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Si en la previa podíamos imaginar un muy buen partido entre los New York Knicks y los Boston Celtics en el Madison Square Garden, la realidad del partido terminó superando incluso esas altas expectativas. La victoria acabó en manos de los de Thibodeau por 138-134, en un choque repleto de emociones fuertes, que terminó definiéndose en doble tiempo suplementario, para el delirio del eléctrico público local.

Luego de una primera mitad levemente favorable para los Celtics, los Knicks tomaron el control del partido en el tercer cuarto y lo sostuvieron durante buena parte del cuarto. Restando apenas 26 segundos, los dueños de casa se imponían por 112-106 y lucían encaminados a un cierre relativamente tranquilo. Y entonces empezó el show del error: dos pérdidas consecutivas de Kemba Walker le dieron vida a Boston, que se puso uno abajo restando 6 segundos (114-113) gracias a un bombazo de un Jaylen Brown en llamas.

Randle aumentó la diferencia con un par de libres... pero Boston aún tenía una última oportunidad (sin tiempos muertos) y no la desaprovechó.

La bomba de Smart igualó el marcador en 116 y nos fuimos a un primer suplementario donde ambos siguieron intercambiando golpes, sobre todo desde el perímetro. El trámite se mantuvo igualado y precisamos una segunda prórroga, luego de que Jayson Tatum fallara el potencial tiro ganador (muy bien defendido por RJ Barrett).

En el segundo tiempo extra sí encontraríamos la definición: un triple clave de Evan Fournier, acompañado por un doble de Derrick Rose puso a los Knicks arriba por cuatro en los segundos finales. Y esta vez no hubo milagros para los Celtics. Los dos terminaron el encuentro totalmente agotados, pero fue el local quien pudo salir del campo con una sonrisa, observando el 138-134 en su favor.

Randle sigue siendo Randle

Randle

La gran figura del ganador fue un Julius Randle que para despejar cualquier duda, lució tan bien o incluso mejor que en su 2020-2021 de despegue absoluto. El ala pivot dominó en ambos costados del campo y como siempre, fue el motor emocional del equipo. Más allá de los movimientos e incorporaciones, los Knicks siguen jugando a imagen y semejanza del ex Pelicans.

¿Sus números? Nada menos que 35 puntos, 9 asistencias, 8 rebotes y 3 tapones. De todo un poco.

El que también sobresalió en los Knicks fue Evan Fournier, quien tuvo un debut inmejorable en ofensiva, terminando la noche con 32 puntos, 6 rebotes y un 6-13 en triples. Y aún mejor: brilló en los suplementarios, consiguiendo 12 puntos en esos 10 minutos. Todo sirvió para borrar de la memoria de los fanáticos locales su error en el cierre del último cuarto, donde una doble-marca innecesaria sobre Tatum acabó generando un desequilibrio en los Knicks y permitiendo que Smart tome el triple del empate en libertad. Más allá de eso, gran presentación del francés.

Quien estuvo muy lejos de tener una gran presentación fue Kemba Walker. Al contrario, lo suyo fue muy deficiente en varios aspectos. Solo sumó 10 puntos y 3 asistencias en 36 minutos, lanzó un 3-8 de cancha pero sobre todas las cosas, tuvo dos pérdidas no forzadas en los últimos segundos del cuarto período que estuvieron muy cerca de costarle el triunfo a los suyos. Walker terminó el partido en el banco, con Derrick Rose en el campo.

Además de Randle y Fournier, en los Knicks hay que destacar a dos jóvenes. RJ Barrett fue uno de ellos, haciendo un trabajo de obrero muy serio en defensa y arreglándoselas para contribuir en ataque, aún cuando ha pasado a ser una pieza secundaria de la ofensiva. El canadiense finalizó con 19 puntos, 5 rebotes y un 6-11 de cancha en ¡47 minutos!

El otro joven a mencionar fue Obi Toppin, quien tras su poco protagonismo como novato, parece listo para contribuir como miembro de la rotación. Su energía y explosión en transición fue importante para cambir el ritmo del partido en la segunda mitad y terminó con 14 puntos, 5 rebotes y un 6-9 de cancha en 28 minutos.

Un Brown histórico

Brown

Más allá del triunfo de los Knicks, una de las grandes historias de la noche pasó por la producción de Jaylen Brown. El perimetral anotó ¡20 puntos en el primer cuarto! y aunque obviamente fue bajando su nivel de acierto con el correr de los minutos, siguió teniendo una actuación histórica hasta el final: 46 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias, 3 robos y un 8-14 en triples.

¿Por qué histórica? Porque no solo fue su máxima anotación (era 42), sino porque además rompió la marca de más tantos en una noche de apertura para un jugador de Boston: la misma la compartían dos leyendas como Paul Pierce y Bob Cousy, ambos con 35 unidades.

De hecho, sus 46 puntos igualan la décima marca más elevada de todos los tiempos para el primer partido de una temporada, quedando solo atrás de Wilt Chamberlain (56 y 48), Michael Jordan (54 y 50), Elgin Baylor (52), Anthony Davis (50), Kyrie Irving (50), Alex English (47) y Kiki Vandeweghe (47).

Lamentablemente para los Celtics, la tarea de Brown no estuvo acompañada por un Jayson Tatum que tuvo un partido para olvidar rápidamente: sumó 20 puntos, 11 rebotes y 4 asistencias, pero lo hizo con un flojísimo 7-30 de campo. Tampoco le fue mucho mejor a Dennis Schroder en su rol de Sexto Hombre, lanzando un 5-16 de campo.

El que sí aprovechó la oportunidad fue Grant Williams, la sorpresa de la alineación titular de Udoka: 15 puntos, 6-9 de campo y 3-5 en triples para el ala pivot (incluyendo varios importantes en el último cuarto), sacando de la rotación al español Juancho Hernangómez (sin minutos).

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Juan Estevez

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Graduado de DeporTEA en 2011, Juan Estévez se sumó al equipo de NBA Global en 2019, luego de trabajar en otros sitios argentinos ligados al básquet como Pick and Roll y Básquet Plus. Desde 2022 forma parte del staff de Sporting News en español, cubriendo principalmente NBA, fútbol y NFL.