Hay muy pocas dudas al respecto del talento de Jayson Tatum para este deporte. Sus exhibiciones en los momentos cruciales de los partidos han hecho de él una de las principales estrellas jóvenes de la actual NBA. Prácticamente desde sus primeros pasos dejó claro de que era alguien especial. Un jugador con ese toque diferencial para cambiar el sino de un encuentro a base de recursos y precisión.
Los Playoffs han sido el momento donde mejor y más evidente se ha hecho lo que le hace distinto al resto. El póster sobre LeBron James en su año de novato, la serie ante los Raptors en 2020 o sus 50 puntos sobre los Nets el pasado curso. No obstante, algo está sucediendo en la temporada 2021-2022 que no nos está permitiendo ver la versión más dominante o la que cabría esperar de Tatum. Una circunstancia que se está materializando en el instante más crucial de todo encuentro: el clutch.
En sus primeras cuatro temporadas sus porcentajes de acierto en los cierres habían sido los siguientes:
- 2017-2018: 58,8% en tiros de campo y 60% en triples
- 2018-2019: 47,2% en tiros de campo y 16,7% en triples
- 2019-2020: 50% en tiros de campo y 35,7% en triples
- 2020-2021: 45% en tiros de campo y 34,8% en triples
En esta campaña 2021-2022, en cambio, el rendimiento de Tatum en los momentos calientes del partido se ha desplomado hasta el punto de estar lanzando al 35,1% en tiros de campo y al 10,5% en triples en una media de 4,8 minutos.
Solo Domantas Sabonis (21), Seth Curry (22) y Russell Westbrook (23) han jugado más partidos que el alero verde en toda la liga en este tipo de situaciones, con la diferencia de que todos ellos han superado el 50% de efectividad o han estado cerca, teniendo Russ un 48,9%. De hecho, Tatum es el segundo jugador de la NBA con más minutos disputados en el clutch (97), únicamente superado por el base de los Lakers (110).
Llegados prácticamente al ecuador del curso resulta preocupante el rendimiento de la estrella de los Celtics en el clutch, el cual es el segundo que más ha lanzado a canasta (57 tiros) y el tercero que peor porcentaje de cara al aro tiene entre aquellos con un mínimo de 35 intentos. Solo Stephen Curry (34,1%) y Terry Rozier (34,3%) están por debajo suyo, aunque con un volumen de intentos considerablemente menor.
La reciente derrota de Boston tras ir ganando por 25 puntos ante los Knicks no fue responsabilidad única de Tatum en absoluto, el cual firmó 7 puntos con un 50% de efectividad y 3 de 3 desde el libre en el clutch. Algo que sí puede achacarse a los de Ime Udoka, que tienen el segundo peor balance en este tipo de situaciones de toda la competición, ostentando un 30,4% con una marca de 7-16. No obstante, sí que es cierto que la tónica habitual de lo que llevamos de curso ha sido ver a Tatum rendir muy lejos de lo que suele ser habitual en él en estos momentos.
Decisiones incorrectas, tiros forzados o simplemente errores no inducidos han definido su aportación con el partido en el alambre, dejando en muchas ocasiones el destino de los Celtics sellado.
Sin ir más lejos, en el partido previo ante los Spurs, en el cual los verdes cayeron por 2 puntos de diferencia, el jugador de 23 años abusaba del bote hasta el punto de que Derrick White, 10 centímetros más bajo que él, lograba anularle y acabar robándole la bola. Una secuencia en la que tenía opción de haber finalizado cerca del aro, pero prefirió intentar lanzar desde la media distancia en suspensión.
Aunque más sangrante fue su toma de decisiones en el cierre en el día de Navidad contra los Bucks. Habiendo hecho lo más complicado como es dejar atrás a Khris Middleton, Tatum se encaminó al aro con la intención de finalizar una acción que les habría puesto a -1 o bien forzado un 2+1. Sin embargo, entregó la bola a Robert Williams III, dándole tiempo suficiente a Antetokounmpo para recuperarse de la ayuda y colocarle un tapón decisivo:
En instantes como este de los encuentros todos los equipos saben perfectamente lo que el oponente va a hacer. Es uno de los puntos más estudiados del juego, el cual se simplifica en la mayor parte de los casos para poner el balón en manos de la figura más apta para decidir el destino del duelo. La línea entre el acierto y el fallo es todavía más fina en estos momentos de lo que ya es de normal, y los rivales suelen poner todo lo que tienen al alcance de su mano a nivel defensivo para evitar que el otro anote.
Los Celtics no están haciendo nada que les diferencie, ni para bien ni para mal, respecto a otros equipos de la NBA en el clutch. El desacierto forma parte del juego y la principal tarea que los verdes tienen por delante para evitar seguir sumando derrotas apretadas es ser más consistentes a la hora de asentar el partido en los 36 minutos precedentes. No hay mejor receta para ganar.
En el caso concreto de Tatum, Udoka está poniéndole en disposiciones tácticas en las que debería poder ser capaz de marcar la diferencia. La más habitual sería la siguiente, en la que el alero sale de un bloqueo para recibir en uno de los codos y, desde ahí, bien lanzar al recibir o tener una situación de aclarado con un espaciado concreto:
Una decisión inteligente por parte del técnico, pudiendo seleccionar cómo distribuye a los otros cuatro jugadores sobre la cancha, calculando tanto el balance defensivo como el rebote ofensivo y las opciones de tiro tras pase si así lo decidiese Tatum. El problema en la mayor parte de los casos ha residido en que la estrella de 23 años no ha tomado las mejores decisiones, realizando excesivos botes sin un cambio de ritmo notable que le haya permitido zafarse de su rival.
La clave en el clutch a la hora de ser la figura de referencia es saber controlar el tiempo de ejecución. Eso significa modular la velocidad de bote, los cambios de ritmo y el espacio que uno puede generarse para el lanzamiento en suspensión. Sin la unión de estas tres cosas el azar juega un papel demasiado importante en un momento tan crucial.
Es cuestión de tiempo que Tatum eleve sus porcentajes a guarismos más habituales en él, pero para ello es preciso que aprenda de sus errores, especialmente en las derrotas, pues solo así crecerá individualmente. Y con él, los Celtics.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.