En 2008, Boston Celtics sumó el 17° campeonato en la historia de la franquicia, quedando como los más ganadores de la NBA. Canjear por súper estrellas en su mejor momento, como eran Kevin Garnett y Ray Allen, llevó al equipo a la cima, pero era el equipo de Paul Pierce. Él era el capitán, la cara de la franquicia que ayudó a terminar con la mayor sequía de la historia de la organización: 21 años sin un título.
Antes de Pierce, era Larry Bird junto a Robert Parish y Kevin McHale. Antes de eso, era John Havlicek ocupando los zapatos de Bill Russell, quien sucedió por sí mismo a Bob Cousy. Todos los mencionados son (o serán) miembros del Salón de la Fama.
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Pero el hecho de ser la cara de los Celtics ha estado bastante vacante desde que Pierce y Garnett fueran traspasados en 2013. Isaiah Thomas amagó con tomar de manera no oficial la posta hasta que su lesión y posterior canje en 2017 terminaron de manera prematura con toda noción de un legado sostenido como Celtic. Kyrie Irving parecía una apuesta segura hasta que su novela fue cancelada después de una segunda temporada repleta de drama.
Antes de incorporar a Irving, el GM Danny Ainge puso mucho en juego al traspasar a la apenas segunda selección #1 del Draft de la historia de la organización para caer dos puestos. Con aquella tercera selección del 2017, Boston eligió a Jayson Tatum, alero/ala pivote de 18 años que había pasado un año en Duke, y casi de inmediato vio lo alto (o inexistente) que su techo podría ser en el futuro cercano.
Con Irving y Gordon Hayward, sus dos All-Stars, afuera por lesión, el rookie mostró destellos de un jugador que en algún moento podría asumir el rol de cara de la franquicia, ya que lideró a Boston a una inesperada, inspirada y larga carrera en los Playoffs. Tatum se quedó a apenas un partido de las Finales de la NBA, y estuvo a punto de destronar la increíble racha de ocho años de puro dominio de LeBron James en la Conferencia Este.
Una simple (o no tanto) volcada exhibió todo el potencial que tenía rumbo al futuro.
Sin embargo, JT tuvo una meseta en su segunda temporada, que puso en duda ese techo inexistente. El rookie que estaba repleto de habilidades, con un rápido primer paso y una gran capacidad para crearse tiros abiertos cerca del aro o en el perímetro, se había convertido en una máquina de lanzamientos de media distancia contra la marca. Su agresividad para atacar el aro se había transformado en step-backs y fadeaways con la mano del defensor en su cara, haciendo que cayera drásticamente su volumen de tiros libres. Su fluido y elegante juego pasó a ser un producto de lanzamientos forzados dentro de una ofensiva de Boston increíblemente egoísta y de "mi turno, tu turno, etc...".
Claro que después de una de las temporadas más confusas de un equipo NBA en la memoria reciente (algo que está desafiando Philadelphia 76ers en la actualidad), el alero de los Celtics no sólo ha recuperado su camino, sino que está rompiendo récords de velocidad en el camino que se pensaba para él.
En la última offseason, Tatum dejó en claro sus intenciones: quería cambiar y mejorar su selección de tiro. Menos dobles largos o pull-ups de media distancia, mayor búsqueda de llegar hasta el aro y la línea de libres, y pulido de su lanzamiento perimetral.
Desde el vamos, en la temporada 2019-2020 quedó en evidencia que se tomó seriamente ese desafío personal. Según NBA stats, un escaso 16,3% de los intentos al aro de Tatum llegaron desde la media distancia en este curso. Una temporada atrás, el registro era de más de un cuarto (26,6%).
Está tomando mejores lanzamientos y atacando el aro con mayor frecuencia, y como consecuencia está llegando más a la línea. Y si bien sus números de libres y porcentajes de lanzamientos no quedaron exhibidos rápidamente, ha sido deslumbrante la diferencia en este segundo tramo que está teniendo.
*(Puntos, % de campo, % triples e intentos de libres, antes y después de ser elegido All-Star).
Incluso con esos números de la izquierda del gráfico, Tatum fue elegido All-Star, un objetivo personal al comenzar el curso. Y parece que era tal la presión que se puso a sí mismo para lograrlo que, una vez conseguido, se liberó para jugar más cómodo, dando un salto mental en relación a su juego.
Desde que llegáramos a febrero, después de la selección All-Star, Tatum llevó a su juego a un nivel completamente diferente. Está anotando a voluntad, y logra llegar a la línea de libres en el mayor volumen de su corta carrera. También ha crecido en asistencias, rebotes y tapones por partido en relación a su primera mitad de la temporada. "¿Tatum es un All-Star?" ha dejado de ser un tema de debate, y probablemente no lo sea en el futuro inmediato.
En cambio, ha sido reemplazado por otras preguntas: ¿puede Tatum ser el mejor jugador de una serie de Playoffs?, o ¿puede Tatum ganar el MVP algún día?
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La segunda quizás puede ser un poco exagerada, más en base a su sensacional racha de las últimas semanas. Pero si estuvieron mirando, está claro que su comportamiento ha cambiado, su confianza está por las nubes, se mueve con el estilo de una súper estrella. Cuando tiene la pelota en sus manos, parece estar jugando con la actitud de que ningún defensor del planeta puede defenderlo.
Está listo para ser EL hombre en Boston. Y si los argumentos en su contra son que la mayor parte de esta racha ha sido con Kemba Walker lesionado, el propio Kemba ha estado predicando por esta versión de Tatum en toda la temporada. El pasado 22 de diciembre, el ex Charlotte dijo "no han visto nada todavía. Está llegando, y llegará fuerte", después de que anotara su por entonces mejor marca personal, 39 puntos en una victoria ante Charlotte Hornets.
Justo un mes después, cuando a Walker le preguntaron sobre la creciente capacidad de Tatum de quebrar los partidos, nuevamente resaltó el potencial de su compañero: "Trato de animarlo para que haga justamente eso. Tiene que convertirse en ese killer, que realmente lo es".
Tatum no sólo ha sido el cerrador de los Celtics en el último tiempo, sino que lo viene siendo en toda la temporada. Según NBA stats, sus 54 intentos de campo en el clutch lideran a su equipo, superando los 40 de Walker (segundo). ¿La mayor diferencia? Tatum ha sido mucho más efectivo con el partido en juego. Veamos...
Jayson Tatum | Categoría | Kemba Walker |
84 | Puntos | 54 |
53,7% (29-54) | %TC (anotados-intentados) | 37,5% (15-40) |
40,9% (9-22) | %T3 (anotados-intentados) | 42,3% (11-26) |
81,0% (17-21) | %TL (anotados-intentados) | 76,5% (13-17) |
11 | Asistencias | 9 |
5 | Pérdidas | 5 |
Hemos visto a Tatum anotar el primer tiro ganador de su carrera frente a New York Knicks en el inicio de la temporada. Pero además ha convertido una buena cantidad de grandes lanzamientos que han enviado los partidos a suplementario, o simplemente han liquidado a sus rivales.
Y algo que se ha llevado mucha menos atención que su crecimiento en el costado ofensivo ha sido su progreso como defensor. Si bien lo que se puede ver en imágenes no siempre se traslada a estadísticas tangibles en defensa, el ex Duke está promediando 1,3 robos y 0,9 tapones por partido (máximas de su carrera), y ha asumido mayores asignaciones defensivas a medida que avanzó la temporada.
Hace dos semanas lo vimos ir cara a cara contra LeBron James en los dos costados de la cancha, y James no dudó en darle crédito al joven por esa batalla. "Este chico es especial", dijo el Rey después del partido. "Obviamente, esa es la razón por la cual ha tenido su primer All-Star. Ha sido especial en toda la temporada, tanto como lo fue esta noche". Incluso llevó su aprecio un paso más allá, demostrándole a la estrella de los Celtics su cariño en su cuenta de Instagram un rato más tarde, llamándolo "un absoluto problema".
19 años atrás, Paul Pierce se vistió para enfrentar a los Lakers, campeones defensores, en el Staples Center. Era el 13 de marzo de 2001. El por entonces jugador de 23 años necesitó apenas 19 lanzamientos para alcanzar los 42 puntos. Fue la mejor actuación de su carrera en ese momento, el clásico momento "acá estoy yo" que caracteriza a cualquier estrella en potencia.
Rick Fox y Robert Horry, un par de sabios veteranos con su mochila repleta de trucos y tácticas para contrarrestar casi todo, trataron frenarlo pero no tuvieron éxito. Ninguno tuvo una respuesta, al tiempo que el fuego en los ojos de Pierce quemó por todos lados, mientras rompía las redes desde cualquier parte. Su lanzamiento fue una máquina. Su primer paso lució más rápido que nunca. En su tercer año en la liga, estaba claro que estaba dando el salto hacia la elite de la NBA. Este partido contra los Lakers, más allá de la derrota, puede haber sido su fiesta de bienvenida.
El por entonces MVP de las Finales, Shaquille O'Neal, lo notó. Después del partido, corrió a un costado a Steve Bulpett, reportero del Boston Herald. "Anota esto: mi nombre es Shaquille O'Neal y Paul Pierce es la p*** verdad. Puedes citarme en esa frase sin quitar nada. Sabía que podía jugar, pero no que podía jugar así. Paul Pierce es La Verdad (The Truth)".
19 años después, Jayson Tatum llegó al Staples Center para enfrentarse a los Lakers en la escena nacional de Estados Unidos. Los Angeles no eran los campeones defensores, pero sí tenían al mejor jugador del mundo en LeBron James, y un Celtics-Lakers siempre es una historia. Es la mejor rivalidad de todos los tiempos.
Tatum había estado jugando el mejor básquet de su carrera, pero no hay mejor prueba que enfrentarse al Rey. ¿Su respuesta? Una producción explosiva de 41 puntos que mandó un mensaje a la liga. Boston se quedó corto, pero el alero de tercer año jugó lo suficientemente bien para recibir elogios de uno de los mejores de todos los tiempos. LeBron no llegó al nivel de Shaq, ni tampoco llamó específicamente "El Problema" a Tatum. Pero hacerlo en redes sociales en 2020 sería como una versión moderna de aquello, ¿no?
Actualmente, Boston lleva una sequía de 12 años sin campeonatos, la segunda más larga de su historia. Después de seis años de buscar a la nueva cara de la franquicia, la situación va quedando cada vez más clara con el correr de la temporada.
Jayson Tatum, quien este martes cumple 22 años, es la próxima cara de los Boston Celtics.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones..