Teniendo en cuenta que enfrentaron a un Utah Jazz con sus cinco titulares y Joe Ingles afuera, no sorprende que los Phoenix Suns hayan conseguido su séptima victoria consecutiva, imponiéndose por 115-109 para ampliar su diferencia como el mejor récord de la competencia. Lo que sí deja el partido como dato, es una nueva muestra de lo infalibles que lucen los de Monty Williams cada vez que tienen que enfrentar un partido cerrado en los minutos de definición.
Y es que con buenas tareas de Jordan Clarkson (22 puntos) y Trent Forrest (17 puntos) eso fue exactamente lo que logró Utah, llegando incluso a estar arriba en el inicio del último cuarto. Pero a la hora de ganar los partidos, ninguno como los Suns. Y específicamente, ninguno como Chris Paul.
NEW SEASON-HIGH. @CP3 IS UP TO 27 POINTS! pic.twitter.com/r4qLjyKEAi
— Phoenix Suns (@Suns) January 25, 2022
Como de costumbre, el base tomó las riendas del encuentro en el momento más caliente y guió a los Suns a la victoria. Los números de CP en el último cuarto lo dicen todo: 15 puntos, 3 asistencias, 3 rebotes, 5-7 de campo, 2-3 en triples, terminando la noche con 27 unidades, 14 asistencias y 9 rebotes.
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Otra clase magistral del maestro, acompañando un partido algo raro de Devin Booker: 33 puntos pero con un 14-35 de campo, con esos 35 lanzamientos siendo su máxima desde la 2016-2017. Además, Cam Johnson colaboró con 20 puntos y un 5-8 de tres, mientras que Bismack Biyombo volvió a destacar con un 16+13.
El encuentro entra dentro de los catalogados como clutch (diferencia de 5 puntos o menos, con 5 minutos o menos por jugar), donde ahora Phoenix tiene una marca extraordinaria de 16 victorias y solo 3 derrotas. Un 84% de triunfos, cuando nadie más pasa del 72%. Todo lo que necesitan hacer los de Arizona es llegar a un final apretado. Y una vez allí, dejar que Paul los guie hasta la línea de llegada.
CP to Biyombo.
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All night long. pic.twitter.com/H4RIZeM014
Claro que lo de un equipo de Chris Paul liderando la liga en esos partidos clutch no es nada nuevo. Históricamente sus conjuntos están entre los mejores de la competencia en ese aspecto y si consideramos las últimas tres campañas (la que jugó en OKC y estas dos con Phoenix), la diferencia que saca en relación a las otras franquicias es sencillamente abismal.
Sumando esos dos certámenes y medio, los conjuntos de Paul registran un 71-30 en partidos clutch, válido para un 70,3% de eficacia. No solo es el mejor porcentaje de triunfo, sino que deja muy atrás a cualquier otro equipo: Philadephia figura segundo con un 62,5% (65-39), Denver tercero con un 60,6% (57-37), Brooklyn cuarto con otro 60,6% (63-41) y los Lakers quintos con un 59,8% (55-37).
Tener a Chris Paul en un final apretado es un arma como ninguna otra en la liga. Con su experiencia, templanza y talento para tomar el balón y generar un buen tiro (suyo o de un compañero) cada vez que se lo propone, el nacido en Winston-Salem le da a sus equipos un diferencial enorme, dentro de una liga como la NBA en la que esos cierres parejos se dan con mucha frecuencia. Incluso cuando como hoy, al rival le faltan todos sus titulares.
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