El aparente gran momento que vivían los Philadelphia 76ers tras recuperar a buena parte de sus efectivos tras superar el protocolo sanitario de la NBA se vino abajo contra Memphis Grizzlies. Los de Doc Rivers fueron incapaces de imponerse a los de Taylor Jenkins pese a las diferencias en el roster cayendo por 106 a 104 tras una infructuosa remontada. La baja de Joel Embiid por gestión de cargas acabó pesando en exceso a unos Sixers que recordaron por momentos al equipo del pasado curso.
Philadelphia se dejó llevar desde el arranque, sin conseguir imponerse y crecer desde atrás como venía siendo habitual, pese al gran trabajo que realizaron tanto Dwight Howard como Matisse Thybulle, eventualmente sin recompensa. La ausencia del pivote camerunés se tradujo en un agujero defensivo en la zona de los Sixers pues concedieron a sus rivales un total de 56 puntos en la pintura en un 50% de acierto en la zona restringida.
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Esa falta de consistencia en el apartado defensivo se contagió al ataque a media cancha donde la sola presencia de Shake Milton con 28 puntos en 10 de 18 intentos no fue suficiente para salvar al conjunto de Doc Rivers. Con un 7 de 25 en triples y un justo 50% de acierto en lanzamientos de 2 (30/59) los Sixers dejaron que Memphis llegase a liderar el choque por 14 de diferencia, forzando a una remontada incompleta en el último asalto.
Los últimos dos minutos del partido fueron una sucesión de errores y falta de entendimiento que allanó el camino para que los Grizzlies sumasen su cuarta victoria consecutiva. Con 105 a 102 favorable a los locales, Philly sumó 2 pérdidas prácticamente seguidas en 5 posesiones ofensivas que dinamitaron cualquier posibilidad de sellar el triunfo.
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"¿Sabes que? No dejaré que nuestros chicos usen excusas. Tenemos que alejarnos de eso", dijo un decepcionado Doc Rivers tras la derrota en la que no contó con Embiid ni Seth Curry. "Supéralo y gana el partido. Hay que encontrar una manera de ganar el encuentro. Este era un partido que se podía ganar... Este partido deberíamos haberlo ganado y esa es la mentalidad que tenemos que tener".
Una derrota que se fraguó alrededor de las pérdidas de balón que alcanzaron su máximo de temporada con un total de 23, de las cuales 7 surgieron de las manos de un desconocido Ben Simmons (11 puntos, 16 rebotes, 9 asistencias) y otras 5 entre Shake Milton y Tobias Harris respectivamente. De hecho, el equipo no alcanzaba guarismos negativos semejantes desde el 9 de enero de 2019 ante Washington Wizards donde concedieron 24.
“Fue un partido de baloncesto muy indisciplinado y descuidado. Perdimos el balón en la recta final en las dos últimas posesiones”, dijo Doc Rivers. “Una derrota decepcionante para mí. Partido muy ganable, y simplemente no lo logramos". Estas 23 pérdidas permitieron a Grizzlies anotar 17 puntos tras balón perdido, números que colocaron a Philadelphia en una situación en la que difícilmente podrían haber ganado.
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"Si juegas de esa manera, mereces perder", sentenció Rivers. “Yo diría que de las 22, 15 no fueron forzadas. Simplemente por descuido. De atacar al aro, realizar pases cruzados o pases al poste que resultaron en pérdidas de balón".
"Demasiadas. Si no hubiésemos tenido esas pérdidas de balón, era una victoria para nosotros", dijo Ben Simmons. “Al final del día, nos necesitamos el uno al otro. Cuando estamos juntos, los cinco titulares, nos complementamos”, dijo Tobias Harris.
Con esta derrota los 76ers caen del podio de la Conferencia Este con un balance de 9-5 antes de enfrentarse en back-to-back a Oklahoma City Thunder.
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