La incertidumbre ha marcado los últimos días de Ben Simmons. Los diferentes reportes sobre un posible traspaso a cambio de James Harden se intensificaron recientemente hasta parecer incluso que la operación era un hecho, algo que eventualmente no sucedió, terminando La Barba en Brooklyn Nets en una operación a cuatro bandas. Superado ya ese tramo, el base australiano quiso demostrar su valía en el mejor espacio posible, una cancha de básquet, dejando un partido impecable para liderar Philadelphia 76ers a su segunda victoria consecutiva frente a Miami Heat (125-108).
Simmons completó una actuación clásica dentro de su perfil, pues marcó el tono defensivo del choque desde el arranque, emparejándose con un Tyler Herro al cual ha dejado en estos dos compromisos en 1 de 5 en tiros de campo, al igual que a Andre Iguodala (1 de 4). No así con Duncan Robinson, que sigue intratable y hoy volvió a ser el mejor de los suyos con 22 puntos en 9 de 14 tiros de campo. De este modo, el australiano fue uno de los más destacados en defensa consiguiendo 3 robos y un 101 en rating defensivo.
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Fue una noche para reivindicarse en todos los aspectos, consiguiendo el que es su 30º triple-doble de carrera al firmar 10 puntos (4-8 campo), 10 rebotes y 12 asistencias, con 5 pérdidas en total a lo largo de 34 minutos de juego. De este modo, el australiano se asienta como el tercero que más triples-doble atesora sin haber disputado siquiera 250 partidos de carrera, solo superado por Magic Johnson (40) y Oscar Robertson (80).
El partido del australiano sirvió para volver a poner en valor su importancia dentro del sistema de Sixers como un facilitador para sus compañeros, así como uno de los defensores más determinantes de la NBA actual, capaz de emparejarse con jugadores muy diferentes y de leer líneas de pase para construir el contraataque. Mientras, en el apartado ofensivo, Simmons fue el motor del juego de Philly tanto en llegada como a media cancha, pudiendo encontrar liberados a tiradores gracias a la defensa en zona de Miami o bien tras atacar al aro en división.
Simmons dijo al terminar el partido que todas las noticias alrededor suyo forman parte de lo que es esta liga y que como profesional ha de estar al margen de lo que no suceda en cancha. "Esto es un negocio, cosas como estas suceden", comentó el australiano. "Lo único que puedo controlar es cómo afronto mis entrenamientos, partidos y asuntos diarios, ya que trato de ser un profesional y hacer lo correcto para ayudar a mi equipo".
El paso adelante experimentado por el jugador de 24 años en la toma de decisiones y control del balón es una de las razones por las que los Sixers han comenzado de este modo la temporada, ubicados como el segundo mejor balance del Este (9-4) y con la posibilidad de seguir creciendo.
“Creo que esta noche jugó como tiene que hacerlo cada noche", dijo Doc Rivers. "Me encanta la forma que jugó hoy. Él fue una presencia clave para nosotros [en ambos extremos]. Cuando juega así, nos lleva a un nivel diferente".
"Doc es sincero conmigo. Él mantiene todo claro. Quiere que mejore", contó Simmons sobre su entrenador. "La relación con Doc está creciendo y, hasta ahora, he aprendido mucho, incluido el profesionalismo, cómo me comporto, cómo salgo a jugar, cuánta energía pongo, cómo va a afectar a otros cuando salgo al campo. Trato de salir [centrado], especialmente en defensa, para que mis compañeros mantengan esa energía", aseguró.
La llegada de Rivers a los 76ers ha servido para ver diferentes facetas de Simmons en ataque, pasando de ser únicamente un manejador a alguien capaz de encontrar puntos o generarlos sin él, ya sea desde el dunker spot (línea de fondo) o bien en situaciones de estampida como estas:
"Quiero contribuir en todos los apartados, ya sea con o sin balón", cuenta el base. "Creo que mi IQ es muy alto cuando se trata de hacer jugadas y tomar decisiones. Pero disfruto estando en diferentes posiciones en el campo con o sin balón mientras sigamos ganando".
Lejos de rumores y aspectos del negocio, el jugador de los 76ers quiere seguir creciendo y aportando al equipo en su objetivo de luchar por el campeonato, en la que está siendo una temporada positiva para este. “Vengo aquí y trabajo todos los días. Así que mi trabajo es mejorar y obtener victorias. Todas las demás cosas no las puedo controlar", relató. "Como dije antes, todo lo que puedo controlar es cómo entro con mi forma de pensar, con las prácticas y en la cancha. Y la pasé muy bien esta noche. Estoy bendecido, puedo jugar el juego que amo todos los días al más alto nivel del mundo. Así que están sucediendo cosas mucho peores en el mundo. Estoy en una posición bendecida. Si me dijeras que nunca volvería a jugar, sería una historia diferente".
En los 11 partidos que ha disputado, Simmons está promediando 12,4 puntos, 8,6 rebotes y 7,9 asistencias con un 51% en tiros de campo.
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