Gustavo Kuerten es uno de los mitos del deporte sudamericano: el brasileño, campeón de Roland Garros en tres oportunidades, fue número uno del ranking ATP durante 43 semanas entre fines de 2000 y fines de 2001. Nacido en Florianópois hace 42 años, el carismático tenista se retiró en 2008 tras su última experiencia en el Grand Slam parisino. Fue el segundo y último sudamericano en alcanzar la cima del escalafón, igualando la hazaña que el chileno Marcelo Ríos consumó en marzo de 1998.
Alejado de la práctica de deporte profesional, Kuerten dedica sus días a disfrutar de la vida. Su periplo lo llevó al Amway Center para disfrutar junto a su familia del triunfo de Orlando Magic por 105 a 103 frente a Boston Celtics. En un cruce de cierre agónico y emocionante, Kuerten se tomó unos minutos para charlar con NBA.com: "Vinimos con la familia para disfrutar un poquito. Vinimos por primera vez, es una experiencia distinta, todo es muy agradable. Hay muchas cosas buenas para hacer. Estamos hace un mes acá y por suerte pudimos venir a ver un partido porque a mi hija le gusta mucho el básquet, mi papá jugaba desde chico y me encanta. Hay atracciones, uno no necesita tener un equipo para hinchar", reflexionó el brasileño.
Su pasión por el básquet fue heredada: "Mi papá jugaba a nivel amateur, participaba de los juegos de la provincia, que eran competitivos. Su vida deportiva fue en básquet. Después aprendió a jugar al tenis con mi mamá, ya superados los treinta años, pero empezó por el básquet. Las imágenes que tengo de él en el deporte fueron siempre en el básquet, así que venir acá es algo muy especial para mí".
Con los antecedentes de su padre, Guga podría no haber sido tenista: "De chico fui un poquito a básquet pero creo que elegí bien la pelota más chica".
El espectáculo que brinda la NBA obnubiló a Kuerten: "Va más allá del deporte en sí. La atmósfera, el ambiente. Hay buenos sitios, buena comida. Es la capacidad que el deporte tiene para conmover a las personas".
Brasil fue una cuna de grandes basquetbolistas: Oscar Schmidt y Hortencia Marcari son dos de sus leyendas. "Son dos mitos inigualables. Fueron importantes para demostrar que Brasil podía ser exitosa más allá del fútbol. Me ayudaron a creer en mis ilusiones. De afuera, a mi hermano le gustaba mucho Jordan. A mi Magic Johnson, me encanta la NBA desde hace tiempo. Olajuwon, Malone, Ewing, Kobe y ahora LeBron. Soy fanático, los admiro mucho, tienen una gran capacidad de conmover a las personas".
Para los sudamericanos llegar a la NBA representa un logro que inspira al resto de los países. Manu Ginóbili es el mejor ejemplo y Kuerten lo resalta: "Manu es fantástico. Estuve cerca de su familia cuando fui a la Argentina en una entrega de premio a fin de año. Su mamá dijo unas palabras muy lindas. Ese título de en los Juegos Olímpicos fue espectacular. Estas relaciones entre Brasil y Argentina son muy positivas. Creo que es mucho más fácil de creer en cosas que ambos hacen. Admiro mucho a los argentinos, sobrevivimos juntos al circuito de tenis. Manu fue campeón con Tiago Splitter. Jugó en un nivel espectacular hasta los 40 años en playoffs. Además del atleta, es una persona que parece ser muy especial".
Kuerten, un ídolo del tenis, es uno de los millones que disfrutan del mejor básquet del mundo.