Las dos primeras victorias de los New York Knicks en esta temporada parecían el preludio de un curso lleno de sorpresas y alegrías para los de Tom Thibodeau impulsados por unos emocionados aficionados. Los cambios en la plantilla con la llegada de Evan Fournier y Kemba Walker así como el progreso de Julius Randle y RJ Barrett como figuras parecían ser todo un éxito. Sin embargo, pronto llegaron las derrotas, y con ellas, las dudas.
Desde aquel arranque los neoyorquinos han sumado tantas victorias como derrotas en los siguientes 6 partidos (3-3), siendo las dos últimas caídas sufridas de manera consecutiva. La última derrota frente a los Pacers fue particularmente preocupante por cómo arrancó el equipo, recibiendo un 36-22 de parcial y firmando un 5 de 24 al triple.
MÁS | El ascenso de los jugadores secundarios en el gran arranque de Golden State Warriors
Ni tan arriba ni tan abajo. Los neoyorquinos todavía están en construcción y será preciso un considerable periodo de adaptación hasta alcanzar definitivamente su punto óptimo de rendimiento. La irregularidad ofensiva está afectando peligrosamente al gran pilar del equipo de Thibodeau como es la defensa, algo que quedó patente durante el último compromiso ante Indiana. Sin
"Nuestra defensa no estuvo ahí", dijo el entrenador de los Knicks. “Tenemos que levantarnos y tener una determinación al respecto. Siempre digo que tienes que ser duro mentalmente cuando te enfrentas a la adversidad, y ahí es donde estamos ahora".
"El ataque estuvo estancado", comentó Randle. "Mejoraremos, lo resolveremos. Creo que también echamos de menos muchos buenos lanzamientos".
"Cuando fallas tiros abiertos en una buena defensa, esta no se desinfla, pero pierdes un poco el ritmo", añadió Fournier. “Las cosas se vuelven un poco más estancadas y predecibles. Cuando estás abierto, en lugar de disparar con confianza, intentas algo diferente. No hicimos jugadas en la recta final''.
Con los Knicks en especial las prisas siempre van de la mano del equipo. Las victorias no son circunstanciales, son más bien una obligación si el grupo va al alza y los de Thibs alcanzaron ese grado tras una motivante campaña 2020-2021. Es por ello que el mal tramo que ahora mismo están atravesando puede resultar tan clave en el desarrollo de la campaña de los neoyorquinos.
Pero no lo tendrán en absoluto fácil pues deberán medirse a los Milwaukee Bucks a domicilio en esta jornada, un reto mayúsculo principalmente por el hecho de que los de Wisconsin no han comenzado de la mejor manera. Los vigentes campeones han iniciado con un balance de 4-4 y, tras superar su racha de 3 derrotas seguidas, finalmente salieron del bache venciendo a los Pistons. Los de Thibs están todavía aclimatándose a su nuevo estatus, así como buscando alternativas para sacar partido a su sistema sin desgastar a sus nombres principales.
Un partido en donde no estará Khris Middleton por encontrarse dentro de los protocolos sanitarios, así como Brook Lopez por dolor en la espalda. Dos bajas que podrían abrir a los neoyorquinos la puerta de la victoria.
Milwaukee no ha sido un lugar especialmente positivo para los Knicks en lo que a victorias se refiere. Echando la vista atrás los neoyorquinos solamente han ganado en 7 de las últimas 23 visitas que desde 2009 han realizado a la ciudad de Wisconsin, ocurriendo una de ellas la pasada temporada.
"Lo más importante es salir con energía", destacó Randle en la previa. “Hemos estado bien fuera de casa en lo que va de año. Solo tenemos que salir con energía, salir con ganas de luchar. Jugar el estilo de los Knicks. Eso es lo que somos. Por lo general, eso nos da una buena oportunidad todas las noches, ya sea en casa o fuera".
El ejemplo de Bucks para luchar por el anillo
Pocos esperaban que la pasada campaña los Knicks pusieran fin a la racha de años consecutivos sin pisar Playoffs, pero finalmente sucedió. Una grata sorpresa con una plantilla muy limitada pero sólida que ha servido como momento fundacional para la nueva gerencia que quiere utilizarlo para relanzar la cadidatura de los neoyorquinos y que vuelva a convertirse en un destino deseable para los agentes libres.
El reto del campeonato todavía queda muy lejos para los de Thibodeau, pero si algo demostraron los Bucks de la temporada anterior es que la defensa puede servir para alcanzar el anillo y esa es precisamente la seña de identidad más reconocible de estos Knicks.
"Me motivó enormemente", comentó Julius Randle sobre ver a los Bucks ganar el curso anterior. “Recuerdo haberlo visto y tener escalofríos. Me da escalofríos en este momento de solo pensar en ello. Porque conozco personalmente la rutina y el esfuerzo y cuánto tiempo se necesita para continuar mejorando, cuánto tiempo realmente se necesita para invertir. Y sé lo especial que es ese momento y lo difícil que es llegar allí".
Pese a lo motivador que pueda resultar, la estrella de los Knicks reconoce que el anillo no se ha convertido todavía en una posibilidad real para el equipo y él mismo.
"Todavía no he llegado a ese punto. Ninguno de nosotros lo ha hecho. Esta liga es muy dura. Y hacerlo de la forma en que lo hicieron orgánicamente fue realmente genial", continuó Randle. "No creo que haya mejor lugar para hacerlo que aquí. Siempre he dicho que no hay mejor lugar que Nueva York. Fue hermoso de ver, simplemente porque lo construyeron desde cero. No formaron un súper equipo. Estos tipos estaban en el barro todos los días. No hay nada de malo en ninguna de las dos formas. Un campeonato es un campeonato. No importa la forma en que lo ganes. Pero ver eso, especialmente de un tipo como Giannis que está allí después de ser drafteado, abriéndose camino hacia el jugador que es y luego ganar un campeonato, eso es especial".
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.