La historia de la NBA no se entiende sin New York Knicks, una franquicia icónica si las hay desde todo punto de vista, con un aura de mística especial que rodea el hecho de estar en una ciudad como New York y en un estadio legendario como el Madison Square Garden. Hablamos de una organización que, quizás, hoy en día se encuentra acumulando una frustración atrás de otra, pero que tuvo sus años de gloria. Por eso es que este miércoles 8 de mayo nos remontamos a 1970 para recordar el primer título de los Knicks, superando en siete encuentros a Los Angeles Lakers después de un épico 113-99 en el Juego 7 en el Garden.
Relevancia histórica
Finales, Juego 7. La mejor combinación que se puede esperar para definir un campeonato. El momento donde nacen las leyendas. Y vaya que en aquella noche nació (o se inmortalizó) la leyenda de Willis Reed, en la liga y sobre todo para los Knicks. La mayoría daba por descartada su presencia para la definición por una lesión que lo tenía a maltraer y que había sufrido en el Juego 5 (no estuvo en el 6°). Hasta el último segundo hubo incertidumbre, aunque nadie podía imaginarlo en cancha...
De repente, Reed saltó al campo de juego para la entrada en calor y el Madison se vino abajo. Su figura fue más que todo. Los jugadores de los Lakers, atónitos, no supieron cómo reaccionar. Mucho menos cuando, al comenzar el encuentro, un Reed rengueando y con muchos síntomas de dolor anotaría los dos primeros (y finalmente) únicos lanzamientos. Esos 4 puntos valieron como 1.000. Faltaba todo el encuentro, pero ahí quedó sellada la victoria de New York.
Porque ver a su símbolo haciendo un esfuerzo titánico para estar en cancha fue una ola de energía que contagió a sus compañeros y terminó hundiendo a los de California. Un monumental Walt Frazier hizo el resto, con 36 puntos, 19 asistencias y 7 rebotes que, junto a los 18 tantos y 17 recobres de Dave DeBusschere, coronaron el 113-99 que llenó de gloria a la Gran Manzana.
El protagonista
Reed fue, sin dudas, el motor de unos Knicks para la historia. El interno se llevó el MVP de aquellas Finales, en donde promedió 23 puntos, 10,5 rebotes y 2,8 asistencias. Pero tenía compañía estelar, claro. Frazier, quien explotó en el J7, terminó con medias de 17,6 tantos y 10,4 asistencias en la definición.
Dave DeBusschere (19 y 12,6 tableros) y Dick Barnett (18,6) también fueron determinantes para el equipo comandado por Red Holzman, que en las rondas previas había dejado en el camino a Baltimore Bullets y Milwaukee Bucks. Sería el inicio de la época más gloriosa de la franquicia, con dos títulos (el segundo, en 1973) y otra final en cuatro años.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.