"Argentinos en Playoffs" es una serie de artículos para recordar grandes postales de nuestros representantes a lo largo de la historia de la postemporada.
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7 de mayo de 2013: El Madison, a los pies de Pablo
- Partido: Juego 2 de las Semifinales del Este
- Resultado: New York Knicks 105 - Indiana Pacers 79
- Estadística de Prigioni: 10 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias y 1 tapón (21 minutos).
El Madison Square Garden es mucho más que un estadio. Es un lugar con historia, con mística. Un espacio icónico que recibió a todo tipo de leyendas. Una parada obligatoria para cualquier turista que pase por una de las ciudades más importantes del mundo como es New York. Nadie puede desconocer el valor de La Mecca. Y ese lugar especial, un día, entonó un "Paaaablo, Paaaablo" que llenó de orgullo a Argentina.
Pablo Prigioni fue el protagonista de un momento mágico para la historia de nuestros jugadores en la postemporada. Fue en aquella temporada 2012-2013 que lo vio llegar a la NBA como el rookie más veterano de la historia, justo en un equipo también icónico como los Knicks.
Cuatro días atrás, el base cordobés había completado la mejor actuación de su carrera en la NBA, con 14 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias para que NYK ganara el Juego 6 en Boston y eliminara a los Celtics, concretando la primera victoria en una serie de postemporada desde el 2000. Y en el Juego 2 ante los Pacers, en Semifinales, volvió a ganarse la admiración del público con otra fantástica tarea.
Pablo se fue hasta los 10 puntos, anotando los dos triples y los dos dobles que intentó. También sumó 4 rebotes, repartió 4 asistencias y metió un tapón en sus 21 minutos en cancha como titular. Y el Garden se enamoró de su conducción y experiencia, y le brindó una ovación para el recuerdo.
Con 32 puntos de Carmelo Anthony, los Knicks ganaron aquel duelo e igualaron una serie que, finalmente, quedaría para los Pacers (por 4-2) de un Paul George que empezaba a hacerse estrella (19,5 puntos, 7 recobres y 5 asistencias de media en la eliminatoria).
Pero claro, lo importante es que, una noche de mayo, el histórico Madison Square Garden se rindió a los pies de un argentino.