No venía siendo muy inusual que los New York Knicks arrancasen la temporada con una victoria en los primeros tres partidos, de hecho desde 2017 había sucedido en dos ocasiones. Sin embargo la lectura que podía realizarse en base al resultado no tenía porqué ser positiva pues las expectativas tras la off season con los neoyorquinos siempre son altas. Todo lo contrario que en este arranque de la 2020-2021 donde los movimientos en los Knicks no han sucedido en la cancha sino en los despachos, con la llegada de Leon Rose al mando de las operaciones y de Tom Thibodeau al banquillo con el objetivo de (esta vez sí) construir un proyecto ganador y de Playoffs.
Objetivamente Nueva York cuenta con el arsenal perfecto para acometer esta empresa, con veteranos de calibre como Julius Randle o Alec Burks así como un interesante elenco de jóvenes como RJ Barrett, Mitchell Robinson y el recién llegado Obi Toppin. Una enumeración de activos que no siempre ha significado resultados positivos para los intereses de los Knicks, más bien todo lo contrario, llegando a un punto muerto en el desarrollo de su proyecto, hasta entrar en una continua reconstrucción en la que llevan inmersos más de un lustro.
MÁS | La noche NBA: una jornada de domingo repleta de sorpresas
Tres partidos han bastado para ver que verdaderamente algo ha cambiado en los Knicks con los diferentes acontecimientos que se han sucedido a lo largo de los últimos meses. Primero sucedió en el estreno contra los Indiana Pacers donde el equipo ofreció una sorprendente imagen, muy compacta y competitiva, poniendo en problemas a sus rivales durante buena parte del choque pese a la derrota final. Mismo guion el que se dio al siguiente choque contra Philadelphia 76ers a los que mantuvieron el pulso durante 24 minutos antes de que estos subiesen una marcha sin dar opción a réplica a los jugadores de Thibs.
Pocos esperaban que el primer triunfo de la temporada regular sucediese contra los todopoderosos Milwaukee Bucks que venían de arrasar a los Golden State Warriors sin dar visos de fragilidad o de bajar el ritmo, pero en la noche del domingo los Knicks dieron la sorpresa consiguiendo un triunfo de enorme mérito y totalmente merecido, imponiéndose por 130 a 110 en un desierto Madison Square Garden.
La temporada 2020-2021 está aquí, el NBA League Pass es tu lugar para mirar la acción, y ahora lo puedes hacer gratis por aquí. 7 días de prueba sin cargo. Partidos en vivo y on demand. La oportunidad de mirar todo en tu dispositivo favorito.
La unión del asombroso acierto de Elfrid Payton, autor de 27 puntos con un 75% de acierto así como de 7 asistencias, con el siempre constante nivel mostrado por Randle que acabó como el más prolífico del equipo gracias a sus 29 tantos acompañado de 13 rebotes y 7 asistencias hicieron posible tumbar al principal contendiente del Este y minimizar el impacto de un Giannis Antetokounmpo que no pudo hacer más (máximo anotador, reboteador y asistente de Bucks).
"La magia está en el trabajo", dijo Tom Thibodeau al acabar el encuentro contra los Bucks. "Mejoras gradualmente. Mientras trabajemos, mejoraremos".
MÁS | Unos Brooklyn Nets sin sentido de urgencia pierden por primera vez: "Tenemos que mejorar"
El mantra del trabajo duro es la base para la construcción de una identidad común en estos nuevos Knicks que verdaderamente parecen tener una meta clara y definida. La defensa siempre ha sido la seña más reconocible en Thibodeau, lo cual nunca es garantía de que sea posible reproducirlo allá donde vaya. Sin embargo, en el corto periodo de fase regular que llevamos sí que se puede apreciar un cambio de paradigma defensivo en los Knicks bajo su mando. La organización del balance, centrado en frenar cualquier tipo de canasta sencilla castigó a unos Bucks dependientes del MVP griego, por otro lado la responsabilidad individual en los marcajes para evitar una sobre-rotación defensiva es otro de los puntos de mayor mejoría en el equipo de Manhattan.
Aunque la tendencia sea positiva, los números no engañan y en esta reducida muestra de 3 partidos los Knicks siguen ocupando las últimas posiciones en las métricas defensivas, siendo el equipo que más puntos en la pintura concede, el quinto que más en transición y el segundo que más tras rebote ofensivo, siendo en general la 10ª peor defensa en términos de eficiencia.
RJ Barrett, la esperanza
Después de completar un primer año como profesional lejos de las expectativas puestas en el canadiense, fruto de un contexto poco favorable, de un ecosistema en pista que asfixiaba sus virtudes y del siempre difícil escenario que es Nueva York, Barrett parece haber encontrado bajo el ala de Thibodeau el espacio perfecto para crecer.
En estos tres partidos ha sido uno de los que mejor ha rendido de todo el equipo y una de las sorpresas más gratas de lo que llevamos de curso, promediando 17 puntos con 7 rebotes y 4 asistencias acompañándolo de un 42% en tiros de campo. La mejoría en el caso de Barrett está ahí, siendo más agresivo al atacar al aro y sin miedo al error desde la larga distancia como refleja su 23% desde el triple.
Tras sufrir la férrea defensa de Ben Simmons en el segundo choque ante los Bucks gozó de mayor espacio y comodidad, produciendo 17 puntos en 7 de 17 tiros de campo siendo clave en el triunfo. "Le pedí solo agresividad", dijo Thibodeau. "Cuando no anotas tiros, no puedes dejar que eso afecte a otras partes de tu juego. Tuvo un gran primer partido. Cuando tienes uno como ese, vas a llamar la atención. Tienes que leer el juego y cómo te están jugando. Tienes que usar su agresividad en la forma en que se cierran para beneficio de nuestro equipo. Lo está haciendo con impulsos penetrantes y presión sobre la defensa y obligando a las defensas a colapsar".
Let's go. pic.twitter.com/5CNhxM06Kx
— NEW YORK KNICKS (@nyknicks) December 28, 2020
"Siempre quieres volver a la cancha lo antes posible", dijo Barrett sobre el partido ante Bucks. "Definitivamente estaba emocionado de que tuviéramos esta oportunidad hoy. Fue un gran regreso. Es un equipo duro y salimos y jugamos bien, y un par de muchachos tuvieron grandes partidos para nosotros, jugamos muy bien como unidad. Es una gran señal para nosotros.
"El mejor consejo fue que tenía otro partido mañana", comentó el canadiense. “No soy la única persona que tuvo una mala noche. Estoy muy contento con el resultado".
Buena parte del futuro a corto y largo plazo de los Knicks pasa por la evolución y desarrollo de Barrett hasta convertirse en uno de los jugadores con mayor impacto de su generación.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.