El debut oficial de Zion Williamson no podría llegar en un mejor contexto para sus New Orleans Pelicans. Este miércoles, cuando el explosivo ala pivote salga a la cancha enfrentando a los San Antonio Spurs, lo hará para un equipo que ha ganado 10 de sus últimos 14 partidos y que con ese empuje, se ha metido de lleno en la lucha por la postemporada. Hoy, apenas tres partidos y medio lo separan del octavo puesto del Oeste, propiedad de los Memphis Grizzlies. Y si Zion tiene el impacto esperado por muchos, quién sabe hasta dónde pueden escalar los suyos.
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En la previa de la campaña, la expectativa en torno a este equipo de New Orleans era realmente alta. No solo por la presencia de Williamson, sino por haber conformado un plantel con un interesante mix entre jóvenes de gran potencial (Ingram, Lonzo, Hayes, Alexander-Walker) y veteranos muy rendidores (Redick, Holiday, Favors). La sensación era que si todo iba bien, los Playoffs estaban lejos de ser una utopía.
Sin embargo, entre la lesión de Zion y unos primeros meses para el olvido, aquel objetivo pareció desvanecerse. Los Pelicans comenzaron la campaña con marca de 7-23 y antes de enfrentar a los Trail Blazers el pasado 23 de diciembre, registraban el tercer peor porcentaje de victoria de toda la competencia. Apenas los Hawks y los Warriors, ambos con registro de 6-24, tenían un balance más negativo. La temporada parecía haberse frustrado, antes de llegar si quiera a la mitad de la Fase Regular.
Y entonces, llegó aquel duelo ante Portland. New Orleans se impuso por 102-94 como visitante, dominando a los de Stotts en la segunda mitad (48-38) y si bien en el momento parecía una victoria más, ante unos Blazers sumamente irregulares, terminó tratándose de un antes y después para la 2019-2020 de NOLA.
Un triunfo bisagra
Contando el choque en el Moda Center, los dirigidos por Gentry han ganado 10 de sus últimos 14 partidos, dando un giro de 180 grados a su realidad: del tercer peor porcentaje de triunfo, al tercero mejor, solo superado por el 13-2 de Milwaukee y el 12-2 de Utah. Para poner en contexto, su 10-4 es idéntico al que tienen desde aquella fecha los Lakers y superior al de los Clippers (9-4).
¿Qué fue lo que cambió? Más allá de que existió una leve mejoría defensiva (siguen estando entre los peores de la liga en ese aspecto), la transformación pasó por el costado ofensivo. Hasta el 23 de diciembre, los Pelicans tenían el noveno ataque menos eficaz del torneo, anotando 106,8 puntos por 100 posesiones. ¿Desde entonces? El octavo mejor, con un rating ofensivo de 114,7 unidades.
Poniendo la lupa sobre los números ofensivos, notamos la principal mejoría en el lanzamiento perimetral. Desde fines de diciembre a la fecha, los Pelicans son el equipo que más triples anota (15,1), el cuarto que más intenta (38,9) y el tercer mejor porcentaje (38,7%). Una ecuación perfecta, sobre todo si tenemos en cuenta el agregado de Zion: con semejante grupo de tiradores a su alrededor, las posibilidades que se abren para Williamson son gigantescas.
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Con el enorme salto de calidad que han dado como tripleros Brandon Ingram y Lonzo Ball, especialistas como JJ Redick, E'Twaun Moore y Nicolo Melli, más un Jrue Holiday con la mano caliente desde aquel duelo ante Portland (3 conversiones por juego, 39% de acierto), New Orleans se ha consolidado como la principal amenaza perimetral de toda la NBA. Y con esa distinción como bandera, están logrando anotar consistentemente por encima de los 120 puntos. No van a ganar gracias a su trabajo en el campo propio, pero no son muchos los equipos capaces de sostener un golpe a golpe cuando tienen una noche encendida. Su récord reciente, así lo confirma.
Lonzo is already up to 1️⃣0️⃣ points and a couple of treys with 3:48 remaining in Q1 🔥 pic.twitter.com/7AXHfqDp2k
— New Orleans Pelicans (@PelicansNBA) January 18, 2020
Con todo esto en mente, queda claro que Zion entra a un escenario perfecto, por contexto y características propias. Sin la presión de ser un salvador o de promediar 30 puntos por partido y con un grupo a su alrededor que parece perfecto para su estilo de juego. Si las piezas encajan, cuidado, porque lo de New Orleans en esta temporada podría terminar yendo mucho más allá de un par de semanas de buenos resultados.
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