En los márgenes de los traspasos de grandes dimensiones se encuentran los verdaderos jugadores que decantarán si una operación es exitosa o no para cualquiera de las partes. Nombres que, por desconocidos o bien por ser simples añadiduras para hacer cuadrar la ingeniería salarial, apenas debieran tener relevancia acaban convirtiéndose en el tiempo en ejes centrales de sus nuevos destinos. Cuando los Minnesota Timberwolves movilizaron todo su roster para hacerse con Rudy Gobert pocos pensaban que Utah Jazz tardaría tan poco en dar con el sustituto del francés. O al menos con alguien extremadamente parecido pero muchísimo más joven. Ese hombre era Walker Kessler.
Irónicamente, su futuro parecía necesariamente atornillado al de Utah Jazz pues en 2019 la elección que le llevaría a la NBA fue traspasada de Salt Lake City a los Grizzlies en la operación por Mike Conley. El destino quiso que años después Memphis moviese ese pick para conseguir a Jack LaRavia y de Minnesota volviese al estado de Utah.
Y es que Kessler parece haber nacido para jugar en esta organización. Un tipo sobrio, sereno, de perfil bajo y que se une a una estirpe de hombres altos que ha definido la historia de la franquicia. De Mark Eaton a Rudy Gobert pasando por Greg Ostertag hasta llegar a la actualidad. A todos estos hubo un aspecto del juego que les marcó y definió en sus trayectorias como fue la defensa y, en concreto, los tapones.
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Walker Kessler es el heredero perfecto de esta tradición y ha demostrado que merece un hueco en la reconstrucción de Utah Jazz en un tiempo récord. A sus 21 años se ha ganado un puesto fijo en la rotación de Will Hardy, ejerciendo como interior suplente y dando minutos de una calidad mayúscula dadas sus limitaciones y condiciones. Con 2,16 de estatura, no es sencillo a día de hoy mantenerse mucho tiempo sobre la cancha si uno no cuenta con una movilidad lateral lo suficientemente adaptada a la realidad de la competición. El interior se desplaza bien, sin grandes alardes y todavía sufriendo ante oponentes de menor tamaño, pero realizando un trabajo digno en ese sentido.
Su verdadero impacto sucede cuando el oponente se adentra en la pintura y trata de ir contra el aro, ahí es donde se aprecia todo el potencial de Kessler como futuro candidato al Jugador defensivo del año.
En la victoria de Utah Jazz por 112 a 108 el joven rookie se fue hasta los 7 tapones en menos de 27 minutos como titular, añadiendo 13 puntos, 9 rebotes, 2 robos y 5 de 6 en tiros de campo. Su actuación defensiva fue sublime, lo que incluyó una intervención salvadora en la jugada decisiva, evitando que Markelle Fultz anotase al condicionar su lanzamiento gracias a sus más de 2,31 de envergadura.
these are Blocker Kessler's thoughts,,, 🗯#TakeNote | @Walkerkessler13 pic.twitter.com/knJLWVtNbn
— Utah Jazz (@utahjazz) January 14, 2023
Para poner en contexto lo inusual de la demostración de Kessler hay que remontarse a 2018 para dar con otro novato capaz de firmar 7 tapones, siendo Jaren Jackson Jr el último, y a 1984 para dar con el último en jugar para Utah Jazz (Thurl Bailey). Sin ir más lejos, desde 2019 tan solo Joel Embiid, Anthony Davis y Kevin Durant han tenido un partido con más de 10 puntos, 9 rebotes y 7 tapas.
La brillantez de Kessler para interceptar y condicionar los lanzamientos rivales cerca del aro le convierte en un jugador de otra época, una en la que los gigantes dominaban el juego y todo se definía a escasos centímetros del aro. Tal es el impacto del novato que desde 2002 no se veía en Salt Lake City a un debutante capaz de sumar 80 tapones en una temporada, siendo Andrei Kirilenko el último. ¿La diferencia? El ruso lo hizo en 82 partidos, Walker Kessler solo lleva media campaña.
Pese a todas sus limitaciones el jugador de Utah Jazz consigue mantenerse en cancha y aportar en defensa. Entre los novatos es el interior que menor porcentaje de acierto permite a sus oponentes en la pintura con un 61,2% de precisión mientras se ubica en sexta posición en la general de la NBA en tapones por encuentro (2,0).
Su vocación defensiva le ha hecho pasar por malos momentos en el breve tiempo que lleva en la liga, lo cual se ha traducido en ser "víctima" de pósters de figuras como Zion Williamson, pero de lo cual ha aprendido para conseguir hacer valer su tamaño.
Puede que Utah Jazz haya perdido a Rudy Gobert, pero a cambio ha ganado a un Walker Kessler cuyo techo está por descubrir.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.