Utah Jazz fue la sorpresa de la pasada temporada, pero no consiguió prolongar el éxito durante todo el curso. La determinación de Danny Ainge por acaparar rondas de Draft e iniciar una reconstrucción forzó al equipo de Salt Lake City a experimentar un paso atrás en lo competitivo. Una regresión que parecía seguir la misma línea en esta 2023-2024. Sin embargo, desde finales de año los de Will Hardy parece que se han reencontrado con su mejor versión, coindiciendo además con el paso adelante de Lauri Markkanen.
Con la victoria por 132 a 116 sobre los Milwaukee Bucks, Utah consiguió su 8º triunfo en los últimos 10 partidos. Por el camino han pasado por encima de equipos como Miami Heat, Dallas Mavericks y Philadelphia 76ers, siendo sus dos únicos reveses las visitas a New Orleans y Boston.
Antes de este cambio de tendencia, los de Salt Lake City estaban más cerca de ser penúltimos (3 partidos) que de entrar en puestos de Play-In (4). Ahora la realidad es bien distinta. Con un balance de 18-20, rozando el 50% de triunfos, este joven equipo tiene a medio encuentro la zona de pelea por los Playoffs. De seguir esta tendencia, Utah podría ser un factor muy a tener en cuenta para el resto de la Fase Regular para Lakers, Suns, Warriors y Rockets.
En esta mejoría, Markkanen ha sido una figura providencial. El finlandés venía teniendo un curso algo discreto, bajando sus promedios respecto a la campaña pasada y sin poder dar el salto al siguiente escalón. En este breve lapso de tiempo, el jugador viene promediando 24,0 puntos, 8,8 rebotes y un excelente 39,5% en triples. Todo ello consiguiendo 4 actuaciones de 9 posibles por encima de los 30 tantos cuando en el global de la temporada solo había logrado 2.
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Utah no ha tenido fácil llegar hasta enero con opciones de ser competitivos. El equipo ha sido tremendamente irregular, ha lucido como descompensado y carente de organización. Pese a esto, la apuesta por jugadores como Kris Dunn como base, el encaje de John Collins al lado de Markkanen y la adaptación del novato Keyonte George está terminando por dar sus frutos. El ecosistema ofensivo configurado por Will Hardy ha acabado por funcionar, logrando un ratio ofensivo de 119,1 en los últimos 10 encuentros que les coloca como el 11º mejor ataque de la NBA.
“Creo que es una excelente manera de generar confianza. Es una excelente manera de entender que cuando jugamos en equipo, nadie tiene que hacerlo solo y que somos capaces de vencer a buenos equipos como visitantes”, dijo Hardy tras ganar este lunes a los Bucks. “A principios de año, había dos interrogantes: ¿Podemos ser un buen equipo? Y dos ¿podemos ganar fuera de casa? Vencer a dos buenos equipos como visitantes y el éxito que hemos tenido últimamente, no sólo estos dos, sino las últimas tres semanas, es muy importante para la confianza del grupo”.
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El problema para Utah es que cuesta pensar que puedan mantener este gran momento durante mucho tiempo más. El calendario no les dará un respiro de aquí a abril. De hecho, tienen el tercer panorama más complicado de la liga, solo superado por Suns y Blazers.
Si quieren seguir en la pelea por el Play-In o, al menos, demostrar a la gerencia de aquí al trade deadline, que pueden competir con lo que tienen, deberán mantenerse a este nivel en la próxima semana. Por delante, duelos ante Nuggets, Lakers, Warriors y Thunder que servirán como termómetro de Utah Jazz.
