En muchas ocasiones el Draft de la NBA se concibe como el mejor atajo al éxito por parte de los equipos. Una manera de hacerse con una figura joven y de talento que cambie el destino de una franquicia y sea un fijo en el futuro del proyecto. Esto en muy contadas veces acaba sucediendo, pues los jugadores generacionales son eso mismo y aparecen muy de vez en cuando. Es en este punto donde los departamentos de scouting de los equipos ganan peso, debiendo analizar a cientos de prospectos con el objetivo de conocer todos los puntos, positivos o negativos, de cada aspirante, una tarea más difícil de lo que pueda parecer y que termina marcando la diferencia entre el éxito y el fracaso en el evento.
Normalmente, todos buscan proyectos que sean capaces de brillar en aspectos ofensivos, ya sea por su tamaño y verticalidad, sus habilidades con el balón o bien por su precisión en el lanzamiento exterior, pero aquello que acaba marcando la diferencia es la defensa. Buena cuenta de esto pueden dar los tres últimos campeones de la NBA (Raptors, Lakers y Bucks), conjuntos definidos por su versatilidad defensiva e impacto, logrando edificar buena parte de su éxito en la capacidad para imponerse a los oponentes en una competición tan exigente como son los Playoffs.
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En los últimos años se puede apreciar un cierto cambio a la hora de elegir jugadores en el Draft, más allá del talento ofensivo del prospecto y las necesidades que un equipo pueda tener, se está empezando a valorar cada vez más el impacto defensivo como un aspecto clave para seleccionar jóvenes. Ejemplo de ello fue el pick 4 de los Bulls el pasado curso cuando se hicieron con Patrick Williams, o Mikal Bridges en 2018 en Phoenix Suns. Figuras que se caracterizan no solo porque puedan hacer un buen papel atrás, sino por la versatilidad y las opciones que ofrecen a la hora de ponerlos en cancha, pudiendo emparejarse con rivales muy diferentes y que desempeñan funciones variadas sobre el campo.
La defensa es una de las partes del juego que todavía resulta complicada de valorar. ¿Hasta qué punto el acierto de un jugador depende de la intervención de un oponente en defensa? ¿Cómo medir ese impacto en términos estadísticos? En ese sentido, el ojo humano sigue siendo la mejor herramienta para juzgar la importancia y utilidad de alguien en ese costado del campo.
Rumbo al Draft de 2021 nos encontramos varios jóvenes con un cartel de especialistas defensivos a tener en cuenta, como puedan ser Scottie Barnes por su entrega y físico, Davion Mitchell por su comprensión del juego y actividad de manos, y Usman Garuba, por la versatilidad que ofrece y su capacidad de reacción. En el caso del español y aquello que lo diferencia del resto de aspirantes es que él ya ha competido en el primer nivel del básquet mundial, pues durante la temporada 2020-2021 ha tenido la oportunidad de desempeñar un rol principal en el Real Madrid, disputando la Euroliga y la Liga Endesa, dejando muy buenas sensaciones. Pero no solo eso, sino que el madrileño va a tomar parte en los Juegos Olímpicos, enfrentándose a los mejores jugadores de todo el mundo. Algo que ninguno de los prospectos de este Draft podrán.
Más allá del cartel en lo competitivo que Garuba pueda tener, la realidad es que posee las habilidades suficientes como para poder tener un cierto impacto en la NBA desde el primer día. Se trata de un jugador de 2,03 de estatura que puede combinar tanto la posición de alero como de ala pivote, lo que le permite emparejarse tanto con interiores como exteriores, los cuales han acostumbrado a atacarlo de fuera adentro como en el poste bajo, tratando de hacer valer su experiencia.
El jugador de origen africano posee un tren inferior formidable y muy equilibrado que le permite aguantar las acometidas rivales y reaccionar rápidamente a sus movimientos. A lo largo de toda la campaña 2020-2021, Garuba apenas ha permitido a sus oponentes anotar 0,79 puntos por posesión en acciones de posteo, un dato muy a tener en cuenta en caso de que los rivales decidan llevarlo abajo pensando que pueden tener ventaja al ser un rookie.
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Siguiendo sobre esa versatilidad, una de las claves a nivel defensivo en la NBA actual es la capacidad que un jugador tiene para cambiar, para el switching. Es decir, cómo este se desenvuelve en situaciones en las que su emparejamiento puede variar de un momento a otro y cómo lo resuelve si se da un mismatch. Aquí Garuba ha demostrado en su periplo en el Madrid que es un defensor excelente en el uno contra uno, aplicándole a la acción de aclarado mucha actividad de pies, sin permitir al oponente discernir cuál es la dirección adecuada y reaccionando en el momento justo para puntear el tiro. Veamos algunos ejemplos:
En esta ocasión acaba emparejado con Shane Larkin, ex NBA y uno de los mejores manejadores de Europa. El base de Efes trata de atacar haciendo un cambio de mano previo al cambio de ritmo, pero Garuba lo anticipa, aplicando su gran envergadura para tocar el balón, robarlo y salir al contraataque.
En ese mismo partido la situación se repite, esta vez ante Vasilije Micic, otro manejador de élite y con experiencia de sobra en el profesionalismo. El serbio deja madurar más la acción de aclarado antes de revelar sus intenciones. De poco le sirve pues el madrileño hace un esfuerzo defensivo idéntico para que Deck se haga finalmente con la bola y salga en transición rápida:
Por último, en ese mismo partido, tiene una jugada semejante en donde se empareja con un exterior rápido y que trata de tomar ventaja del cambio para un aclarado. En lugar de atacarlo, Simon Krunoslav se gana el espacio suficiente para armar el tiro, pero Garuba se recupera tras el crossover del serbio y es capaz de puntear y condicionar el lanzamiento.
Pero lo que hace especial a Garuba no es únicamente su capacidad defensiva en acciones individuales (0,32 puntos por posesión en aclarado), sino cómo se desenvuelve en general en todo tipo de situaciones. Ya sea en salidas de bloqueos indirectos, lectura de ayudas o incluso en el bloqueo directo. Aunque la defensa siempre tiene un alto componente colectivo en su éxito o fracaso, es posible asegurar que buena parte del mérito en sus estadísticas defensivas tiene que ver con sus habilidades:
- Defensa bloqueo directo: 0,94 puntos por posesión
- Defensa Pick&Roll: 1,02 puntos por posesión
- Defensa recepción y división: 0,86 puntos por posesión
- Defensa catch&shoot: 1,32 puntos por posesión
Lo que probablemente más tenga que hacer frente cuando de el salto a la NBA serán acciones en las que su oponente recibe en semiventaja y ataca directamente al aro. Ahí es donde Garuba deberá tener la habilidad suficiente para cambiar la orientación de sus pies, leer dónde está la ayuda más cercana y tratar de aguantar el impacto del manejador sin cometer falta. Una buena prueba de fuego fue el amistoso contra Estados Unidos, donde el madrileño se emparejó durante buena parte del duelo ante Jerami Grant y Kevin Durant, dos aleros de enorme talento para el ataque, brazos largos y que sacan mucha ventaja de acciones sin balón.
Ante Grant realizó una buena tarea defensiva, aprovechándose de sus limitaciones para el lanzamiento en suspensión y forzándolo al error en jugadas como esta:
Una acción donde termina siendo doblemente protagonista, ya que con él arranca el contraataque y más tarde acaba encontrando a Álex Abrines abierto en la esquina, a quien le entrega el pase de anotación.
Contra Durant lo tuvo más complicado como es lógico, debiendo modificar su posición defensiva para reaccionar a las salidas de indirectos de KD, donde el de los Nets sacó bastante ventaja. No obstante, Garuba dejó flashes en jugadas concretas, pudiendo recuperar tras haberlo perseguido y llegar nuevamente para puntearlo.
Es importante matizar que hay unas diferencias notables entre el básquet FIBA y el que se da en la NBA, comenzando por el campo, el cual es más grande en la liga norteamericana, dificultando las ayudas desde las esquinas y favoreciendo a los atacantes. Por otro lado, no existe en Europa la regla de los 3 segundos defensivos que impide ocupar la zona durante ese tiempo, haciendo que el oponente no pueda proteger tan fácilmente la pintura.
Estos aspectos tendrán mucho peso en la decisión final sobre el jugador español, pero en definitiva Usman Garuba es un seguro en cuanto a proyección defensiva, pudiendo impactar desde el inicio puesto que aptitudes, inteligencia y entrega no le faltan. Aspectos que le harán muy valioso entre los equipos de Lotería.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.