En los Playoffs de la NBA, cada noche presenta una historia distinta y se puede pasar de héroe a villano o viceversa en un segundo. Trae Young está jugando la primera postemporada de su carrera, pero está realizando un curso acelerado en ella. El base de Atlanta Hawks saboreó la gloria el miércoles pasado con una histórica actuación en la victoria de los suyos en Milwaukee ante los Bucks por 116-113 para dos días después vivir el sinsabor de la derrota en un partido que acabó por 125-91 a favor del conjunto local pero que llegó a tener a Milwaukee con 41 puntos de ventaja.
Young pasó de anotar 48 puntos y repartir 11 asistencias con un 50% de acierto en tiros de campo a acabar con solamente 15 tantos, 3 asistencias, un 1-8 en triples y 9 pérdidas de balón. En el escenario donde los ajustes defensivos son una constante Milwaukee hizo los correctos para detenerlo, aplicando presión sobre él, cediéndole más triples y menos flotadoras o posibilidades de alley-oops y aprovechando los contraataques generados por los robos para lograr un parcial de 20-0 en el segundo cuarto que empezó a aclarar que equipo sería el ganador del segundo encuentro.
Ante este panorama el joven Young, poseedor de una influencia sobre su equipo poco común para un jugador de 22 años, acepta su responsabilidad en la derrota y ya se mentaliza en revertir el trabajo a partir del próximo domingo, cuando la serie llegue a Atlanta. "La responsabilidad cae sobre mí. Tengo que ser mejor a la hora de cuidar el balón y hacer un mejor trabajo para generar al menos un tiro sin perder tanto la pelota. Tengo que hacerlo mejor y lo haré mejor la próxima vez", expresó la estrella de los Hawks.
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Hasta este viernes Young había anotado al menos 20 puntos en cada uno de sus trece partidos de Playoffs: Milwaukee le rompíó esa racha con la estrategia de cederle el triple a un jugador que por sexta ocasión en esta postemporada quedó por debajo del 30% de acierto en triples (lanzó 1-8). El base había brillado el miércoles encestando ocho flotadoras y esta vez quedó en tres, con apenas dos en toda la primera mitad. No se trató de falta de efectividad, sino de intentos: solamente realizó cuatro en toda la noche.
Young no sintió que los Bucks hayan hecho algo demasiado diferente, sino que atribuyó el mérito rival al crecimiento de una intensidad que no pudieron igualar y también a unos árbitros que estuvieron más laxos con las faltas.
"No hicieron nada demasiado diferente. Simplemente jugaron más agresivo y Scott (Foster) se los permitió. Tengo que ser mejor y poder responder mejor", expuso Young, que solamente recibió una falta en todo el partido y en la rueda de prensa fue reiterativo con el tema: "Fueron más agresivos. No cambiaron demasiado de su esquema. Pusieron más atención en las caídas y el perímetro estuvo más abierto, tengo que realizar mejores lecturas. Tomo la responsabilidad total de lo que pasó esta noche. Tengo que ser mejor con el balón y lo seré. Ellos subieron su esfuerzo físico y tenemos que hacer lo mismo".
Igualmente esto no se trata de algo nuevo para el armador de Atlanta más allá de su poca experiencia: "Cada serie ha sido física. Los Knicks y los SIxers son dos de las tres mejores defensas de la NBA. Los Sixers tienen a tres jugadores All-Defense en su equipo. Ya he visto a defensores ser físicos durante todos los Playoffs y no es nada nuevo".
"Cada derrota es una experiencia de la que aprender. Una oportunidad para aprender. Puedo aprender mucho de esta noche. Como ser mejor cuidando el balón. Sé que si conseguimos un tiro, tenemos jugadores que pueden encestarlos", remarcó Trae tras otra actuación preocupante de los Hawks con el triple: lanzaron 9-36 (solamente Bogdan Bogdanovic y De'Andre Hunter encestaron más de uno) después de haber quedado en 8-32 en el primer partido.
En cuanto a las pérdidas de balón Young igualó la peor marca de la historia de los Hawks en postemporada, las 9 de Mookie Blaylock en el segundo partido de la Primera Ronda de 1993 entre Atlanta y Chicago Bulls, posterior campeón. A su vez Trae es recién el tercer jugador en la historia de los Playoffs en cometer 9 pérdidas en un partido en el que jugó menos de 30 minutos (disputó 28): Quinn Buckner (10 pérdidas) en 1978 y Michael Cooper (9) en 1985 fueron los antecedentes.
5 de las pérdidas de Young llegaron en el fatídico segundo cuarto, siendo tres generadas por robos de Brook Lopez, dos de ellos al intentar Young atacar la pintura y otro con lo que hubiera sido un alley-oop para John Collins. Solamente en tres partidos de Fase Regular había cometido tantas pérdidas: todos ellos datan de antes de marzo de 2020.
Hasta ahora el oriundo de Lubbock, Texas y formado en Oklahoma ha sabido recuperarse de sus partidos un poco más flojos de los Playoffs: luego de anotar 21 puntos en 16 intentos al aro en el segundo partido contra Philadephia encestó 28 tantos con un 52,9% de acierto al encuentro siguiente y tras haber lanzado 5-23 de campo en el séptimo partido contra Philadelphia se destapó con el histórico 48-11 contra Milwaukee para abrir la serie. Ahora la oportunidad de la revancha llegará en el primer partido de la fase previa a las Finales de la NBA que se disputará en Atlanta desde el 14 de abril de 1970, cuando por ejemplo en la NBA solamente jugaban 14 franquicias.
"Será emocionante regresar a casa. Queríamos llevarnos uno como visitantes y lo hicimos. Ahora ir a casa, jugar frente a nuestros fanáticos en las Finales de la Conferencia Este, será algo ruidoso, habrá mucha gente allí, va a ser divertido. Estoy esperando por salir allí, divertirme y jugar frente a todos los fanáticos de Atlanta. (...) Tenemos que encontrar una forma de seguir peleando. Hemos estado peleando en todas las series y esta noche no fue nuestra noche. A veces es así. Tenemos que encontrar una forma de volver arriba y lo lograremos", dijo el base al cierre de su rueda de prensa con la mentalidad puesta en conseguir el 2-1 el próximo domingo por la noche.
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