Giannis Antetokounmpo, Pascal Siakam, Jayson Tatum, Jimmy Butler, Joel Embiid, Kyrie Irving, Nikola Vucevic, Anthony Davis, Kawhi Leonard, Nikola Jokic, Donovan Mitchell, Shai Gilgeous-Alexander, James Harden, Luka Doncic, Ja Morant... y TJ Warren.
¿Qué tienen en común esos 16 nombres? Son los máximos anotadores de los 16 equipos que hoy en día se estarían clasificando a los Playoffs de la 2019-2020. Lo otro que la mayoría de ellos comparte es el hecho de ser considerados estrellas de la liga. 13 de ellos han sido All-Stars, mientras que se espera ver muy pronto en ese evento a los jóvenes Morant y Gilgeous-Alexander.
Y después tenemos el caso de TJ Warren, quien se despachó con una actuación brillante este sábado en la victoria de Indiana ante Philadelphia, acabando con la mejor marca en puntos de su carrera (53).
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Más allá de su explosión ante los Sixers, lo cierto es que la 2019-2020 del alero ha sido sensacional por donde se la mire. Pero, ¿cómo es que Warren se ha transformado en una pieza tan importante para este Indiana, incluso anotando más (19,2 puntos) que un All-Star como su compañero Domantas Sabonis (18,5), que el refuerzo estrella del mercado del equipo como Malcolm Brogdon (16,3) o que un Victor Oladipo (13,9) que poco a poco va volviendo de su lesión?
Lo primero para destacar de Warren es su eficacia, lo cual lo pone en un club de la más absoluta élite: en la historia de la liga, apenas otros cuatro jugadores han tenido una temporada promediando su nivel de puntos (19,2), triples por partido (1,3) y eficacia de campo (53,5%). Giannis Antetokounmpo lo está logrando en esta campaña, Kevin Durant en la 2016-2017, Karl-Anthony Towns en la 2017-2018 y LeBron James en cuatro ocasiones.
Warren es uno de los curiosos casos de jugadores originalmente complementarios, que técnicamente se han consolidado como la primera opción de sus equipos. De hecho, es el único caso que encontramos alrededor de la liga en esta campaña. Porque lo cierto es que aún cuando lidera a los Pacers en anotación, el alero no deja de ser un definidor, que rara vez tiene la tarea de generar ofensiva por su cuenta.
Entre los 52 jugadores que promedian al menos 20 puntos por cada 36 minutos en la 2019-2020, Warren tiene el tercer porcentaje de uso más bajo: solo un 23%, superado apenas por Jonas Valanciunas (21,4%) y JJ Redick (20,1%).
En la mayoría de los casos, Warren termina, no inicia.
El 61% de sus conversiones de dos llegan con una asistencia previa de un compañero, contrastando por ejemplo con el 43% de Oladipo, el 37% de Jeremy Lamb o el 20% de Brogdon. Incluso ese 61% está mucho más cerca de Sabonis (65%), un pivote conocido por su capacidad para recibir el balón en las caídas del pick and roll.
Si nos vamos al área triple, los números son aún más concretos en torno a Warren: el 92% de sus conversiones son asistidas.
Quedemósnos en el perímetro por un momento. Su perfil tirador es uno de los más particulares y llamativos que podamos tener en la memoria: lanzó un 24% en triples como novato en Phoenix, luego subió a un 40% en su segundo año, después tuvo dos campañas para el olvido con un 27% y un 22%, volvió a subir a un 43% en el torneo anterior y en el actual, está en un más que sólido 38%. Básicamente, el nacido en Durham pasa de una campaña a la otra de ser uno de los peores tripleros de la competencia, a tener un aporte clave con ese lanzamiento.
Por suerte para los Pacers, tal como demostró ante los Sixers, la versión 2019-2020 del Warren tirador es una particularmente eficaz. Y para ello, la selección de disparos ha cumplido un rol fundamental.
Warren es un triplero promedio de frente o a 45 grados del aro: lanza un 36% en esos intentos, apenas por encima del promedio de la liga (35%). Sin embargo, ha encontrado en las esquinas (específicamente en la izquierda), un hogar ideal para sus tiros de tres: desde ese ángulo izquierdo ha convertido 30 de 65 triples, válido para un 46%. Sus 30 anotaciones son la sexta marca más elevada de la actual Fase Regular.
Otra faceta en la que Warren ha encontrado enorme eficacia es en el juego en transición. Los 4,2 puntos que consigue por esa vía son la 21° cifra más alta de la NBA, mientras que su 63% de acierto en esos disparos, es la cuarta marca más elevada entre esos 21 jugadores. Solamente lo superan Zion Williamson, LeBron James y Jaylen Brown.
La capacidad de definición en la pintura de parte de Warren es espectacular y sencillamente no tiene igual entre los perimetrales del certamen: su 73,1% dentro del área restringida es la 8° mejor marca de la NBA, con el detalle de que todos los jugadores que tiene por encima son pivotes. Incluso lanza igual que Giannis (73,1%) y mejor que LeBron (68,6%).
Claro que no todas esas oportunidades de definición llegan en transición: Warren también consigue dobles en la media-cancha, básicamente de tres maneras diferentes. La primera es el juego de pick and roll, el cual representa el 18% de sus posesiones, consiguiendo 0,92 puntos por acción (percentil 69). No es un especialista, pero ocasionalmente puede dar soluciones y aprovechar mismatches.
Las otras dos tienen que ver con su excelente movimiento sin balón, lo cual es algo particularmente destacable en un jugador que también es una amenaza tan grande a la hora de estacionarse en las esquinas. Lo cierto es que Warren consigue 2,2 puntos mediante cortes al aro, con una tremenda eficacia en esas jugadas (1,48 puntos por posesión, percentil 86) y 1,8 unidades lanzando a la salida de una cortina indirecta (1,10 PPP, percentil 80).
La versatilidad de Warren es enorme y se ha beneficiado del excelente juego de pick and roll de los Pacers, ya sea al estar directamente involucrado en esa acción, o a la hora de servir como descarga (cortando al aro o en las esquinas) en la continuidad de esa jugada. No es casualidad que Warren sea el jugador al que más ha asistido en la temporada Brogdon (104, 20 más que a Sabonis), ni que aparezca segundo en la lista de Sabonis (68).
El ex Suns es un anotador diferente a los otros ofensivos más determinantes del torneo. Y con sus primeros Playoffs a la vuelta de la esquina, llegará el tiempo de revalidar esos pergaminos en el escenario más grande. ¿Estará listo para el desafío? Si tomamos lo de este sábado como un ejemplo, la respuesta parece ser claramente afirmativa.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.