Los Angels Lakers 2020 son un caso particular, especialmente si los analizamos en el costado ofensivo. Más allá de la importancia que pueden haber tenido algunos jugadores complementarios en diferentes roles, lo cierto es que la anotación del equipo en los Playoffs estuvo mayormente absorbida por sus dos súperestrellas: Anthony Davis promedió 27,7 puntos y LeBron James 27,6. ¿El tercero? Kentavious Caldwell-Pope con 10,7 unidades.
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Encontrar ejemplos similares en la historia de los campeones NBA no es para nada sencillo. A punto tal, que en 73 años de historia, estos Lakers son apenas el cuarto equipo en coronarse sin que un tercer jugador llegue al menos a sumar 11 puntos por partido en postemporada. ¿Cuáles son los otros cuatro casos? Los recordamos a continuación.
Los Angeles Lakers 2002
Los Lakers habían encontrado algunas buenas terceras opciones para acompañar a Shaq y Kobe durante los primeros dos títulos de su three-peat de comienzos de los 2000. En el primero de ellos tuvieron al veterano Glen Rice promediando 12,4 puntos, mientras que al año siguiente encontraron a Derek Fisher con una media de 13,4 unidades. Sin embargo, la historia cambiaría en el 2002.
Shaquille O'Neal hizo lo suyo, promediando 28,5 puntos en la postemporada y Kobe Bryant no se quedó atrás con 26,6. Sin embargo, al igual que este año, el resto del plantel se quedó por abajo de los 11 tantos. El tercer máximo anotador fue nuevamente Fisher, pero con apenas 10,2 puntos por partido y lanzando un 35,7% de campo en esos Playoffs. Números que por ejemplo se parecen a los de Danny Green este año: 8 puntos, 34,7% de cancha.
Aún sin esa tercera figura ofensiva, Los Angeles ganó tres de sus cuatro series con enorme facilidad, incluyendo un 4-0 en las Finales ante los Nets (solo sufrieron en la definición del Oeste con un 4-3 ante Sacramento).
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Las similitudes con este equipo de los Lakers son enormes y probablemente se trata de los dos casos más claros de equipos campeones, empujados por una dupla de súperestrellas, rodeados por jugadores de rol veteranos. En ese caso, con nombres como Mitch Ritchmond Brian Shaw, Rick Fox, Robert Horry y Lindsey Hunter, todos por encima de los 31 años.
La diferencia con este conjunto angelino es que aquel de Phil Jackson no era dominante en defensa, ni mucho menos. De hecho, terminaron con el séptimo rating defensivo entre 16 equipos de Playoffs. Claro que liderados por dos bestias como Shaq y Kobe, y a pesar de la poca compañía a su alrededor, lograron tener el segundo mejor ataque de esa postemporada, abriéndoles la puerta para conseguir el triplete.
Chicago Bulls 1996 y 1997
El segundo ejemplo que encontramos es el de los Chicago Bulls del segundo three-peat, empezando por lo hecho en la 1995-1996, año en el que los dirigidos por Phil Jackson ganaron nada menos que 72 partidos de Fase Regular (segunda cifra más alta de la historia). Y es que si bien aquel equipo tuvo a tres jugadores (Jordan, Pippen y Kukoc) por encima de los 13 puntos durante la etapa inicial, una vez que comenzaron los Playoffs, la repartición de tantos se centró muchísimo más en MJ y Scottie.
Michael Jordan promedió 30,7 puntos durante la postemporada, mientras que Scottie Pippen lo siguió con 16,9 unidades. ¿El tercero? Toni Kukoc con 10,8 tantos, saliendo mayormente como suplente. Nadie más alcanzó el doble dígito, con Ron Harper quedando cuarto con 8,8 puntos por partido. Poco le importó esto a un conjunto que venció sin demasiados problemas a Miami, New York, Orlando y Seattle, teniendo el mejor rating defensivo de la postemporada.
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Algo muy similar ocurrió en la temporada siguiente. Kukoc volvió a tener una media de 13,2 puntos durante la Fase Regular, apreciendo como la clara tercera opción ofensiva del equipo, pero el croata bajó sus números una vez que comenzaron los Playoffs. Allí Jordan lideró con 31,1, Pippen lo siguió con 19,2 y nadie más pasó de los 7,9, cifra a la que llegó justamente Kukoc. Una dependencia absoluta de dos hombres, como nunca más se vio ni se había visto en la historia de la NBA.
De hecho, esos Bulls tuvieron sus claros problemas ofensivos, ligados a la falta de variantes: su ataque terminó rankeado 7° entre los 16 equipos de Playoffs, pero pudieron compensarlo con el segundo mejor rating defensivo de esa instancia. Eso y por el hecho de tener a Jordan, claro.
El tercer campeonato al hilo de Chicago por fin vio a Kukoc mantener sus números en Playoffs. El croata promedió 13,1 puntos en la postemporada de 1998 y como símbolo de su aporte quedaron los últimos dos partidos de las Finales ganadas ante Utah: anotó 30 puntos en el Juego 5 y fue el segundo máximo anotador del equipo en el decisivo Juego 6 con 15 tantos.
Philadelphia Warriors 1947
El último de nuestros ejemplos es curiosamente el primer campeón que tuvo la liga, allá por el año 1947 y aún bajo el nombre de Basketball Association of America. Hablamos de los Philadelphia Warriors, quienes no solo tuvieron a un tercer jugador superando los 10 puntos, sino que su segundo máximo anotador (Angelo Musi) apenas llegó a los 11,7.
Claro que todo quedaba compensado por la presencia del jugador más dominante de aquellos primeros años de BAA: Joe Fulks, un ala pivote oriundo de Kentucky que fue el goleador de las primeras dos ediciones del certamen: 23,2 puntos en la 1946-1947 y 22,1 en la 1947-1948. Su promedió subió a 26 tantos en la 1948-1949, pero para ese entonces, George Mikan (28,3) ya había dicho presente en la competencia.
En los Playoffs de 1947, Fulks lideró a los Warriors con una media de 22,2 tantos. ¿El segundo máximo anotador de esa postemporada entre todos los equipos que participaron? Chick Halbert de Chicago con 14,1. Así de marcada era la diferencia entre Fulks y el resto.
Philadelphia tuvo marca de 35-25 en la Fase Regular, terminando segundos en la División Este. En los cuartos de final vencieron a los Bombers por 2-1, en las semis a los Knicks por 2-0 y en las Finales a los mencionados Chicago Stags de Halbert por 4-1. Lo de Fulks en esa definición fue inmenso: 26,2 puntos de media, mientras que el segundo anotador de los Warriors fue George Senesky con 11,4.
Aún sin segundas o terceras opciones dominantes, los Warriors tuvieron el promedio de anotación más alto de los Playoffs (75,3 puntos), demostrando que al menos en ese año, alcanzaba con tener al mejor jugador de la liga para coronarse campeón.
Aunque no a ese extremo, la tendencia se mantendría en los dos años siguientes, con unos Baltimore Bullets que se consagraron en 1948 teniendo a Connie Simmons como el único en pasar de los 11 tantos (Paul Hoffman promedió 11,7 y Kleggie Hermsen 11) y unos Minneapolis Lakers que hicieron algo similar en 1949 con George Mikan promediando 30,3 unidades y nadie más pasando de las 13 (Jim Pollard 13 y Herm Schaefer 12,4).
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Claro que la historia cambió una vez que para la cuarta edición del torneo llegó la fusión entre la BAA y la NBL, formando así la actual NBA y aumentando exponencialmente el nivel de talento en cada plantel. Comenzaba así la era del primer Big 3, con unos Lakers que ganarían cuatro de las primeras cinco temporadas con tres futuros miembros del Salón de la Fama como Mikan, Pollard y Vern Mikkelsen a la cabeza. Los tiempos de los llaneros solitarios habían quedado en el pasado.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.