Nos acercamos a la reanudación de la temporada 2019-2020 y es tiempo de enfocar en las diferentes preguntas con las que cada equipo llegará a Orlando. Dudas tanto desde lo individual como desde lo colectivo, que las 22 franquicias irán respondiendo en su regreso a la acción.
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Después de analizar a varios de los candidatos del Oeste, llegó el turno de centrarnos en uno de los equipos que pretende sumarse a ese grupo: el Utah Jazz, que con marca de 41-23 retomará la acción ubicado en la cuarta colocación de su Conferencia. ¿Con qué interrogantes encaran el resto de la campaña los de Quin Snyder? Lo repasamos.
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¿Cómo responderán a la baja de Bogdanovic?
Una de las bajas más importantes entre los equipos de punta en Orlando será la de Bojan Bogdanovic en Utah, ausente tras operarse de una lesión en la muñeca izquierda. El croata estaba justificando el enorme contrato que los de Salt Lake City le pusieron a disposición en el pasado verano estadounidense, teniendo la mejor temporada de su carrera: 20,2 puntos, 4,1 rebotes, 2,1 asistencias, 41% en triples y 90% en tiros libres. Era uno de los aleros más eficientes en ataque de toda la NBA y pieza clave para compensar a un equipo sin tanto poder de anotación como los favoritos al título.
Sin Bogdanovic, probablemente el que regrese al quinteto sea Joe Ingles, quien en la 2019-2020 había sido relegado al rol de Sexto Hombre, más allá de titularizar 37 de 64 partidos debido a diferentes lesiones. El australiano le ofrecerá al cuadro inicial mayor generación de juego para sus compañeros (promedia 5,2 asistencias en 29,9 minutos), pero está claro que aunque sostiene los buenos porcentajes en triples (40%), aporta muchísimo menos desequilibrio individual (9,8 puntos).
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El probable cinco titular, con Conley-Mitchell-O'Neale-Ingles-Gobert no ha tenido ni un solo partido desde el arranque, por lo que resulta una verdadera incógnita saber cómo responderá. A su vez, tampoco ha compartido demasiado campo en otros momentos de la Fase Regular, totalizando apenas 28 posesiones (Net Rating de +36, pero la prueba es mínima).
Defensivamente ese quinteto seguramente dará garantías. Los cinco van de dominantes a sólidos en ese costado. El problema estará del otro lado, donde aparecen tres jugadores que no son amenaza en la ofensiva de media-cancha (O'Neale, Ingles y Gobert), además de un Conley que ha tenido una 2019-2020 muy irregular. Más que nunca la responsabilidad de traer puntos recaerá en Donovan Mitchell, quien si bien es capaz de cargar con ese peso, todavía debe dar respuestas en términos de eficiencia a la hora de jugar en Playoffs: en 16 partidos acarrea un 39% de campo y un 29% en triples. Con toda la atención de las defensas contrarias puestas en él, no será tan sencillo subir esos porcentajes.
¿Qué versión veremos de Conley?
El Factor X de la reanudación de Utah tiene que ver con Mike Conley. A diferencia de Bogdanovic, quien ha pagado con creces en su primer año en el equipo, lo del ex Memphis ha ido por un camino muy diferente: lesiones, rendimientos por debajo de lo esperado y una aparente disminución de sus posibilidades físicas en relación a lo que había mostrado en sus mejores tiempos en Memphis.
En teoría, el parate debería haber ayudado al base a ponerse a tono y llegar a Orlando al máximo de sus posibilidades. Pero la duda pasa por saber si todavía tiene adentro a ese jugador capaz de cargar con una ofensiva en Playoffs, tal como supo hacerlo en el 2017 (promedió 24,7 puntos en esa postemporada). Si nos guiamos por los indicios de la 2019-2020, ese Conley puede que ya no exista.
El problema es que tras la lesión de Bogdanovic, Utah ha quedado demasiado dependiente del talento de Mitchell en ataque y necesitará que alguien asuma esa función de segunda cabeza. Y entre los del quinteto inicial, aún con sus inconvenientes, no hay nadie más capacitado para eso que Conley. Que tendrá más tiros y responsabilidades que las que traía hasta ahora, no hay duda alguna. La pregunta es cuán efectivo podrá ser ante esa suba de protagonismo.
Conley promedia 13,8 puntos, 4,3 asistencias y 3,2 rebotes, lanzando un 40% de campo y un 38% en triples. Pero más allá de sus estadísticas básicas, hay un número que salta a la vista y explica su mal año: luego de 10 temporadas consecutivas teniendo un Net Rating positivo (promediando un extraordinario +7,8) en esta campaña ha caído a un -2.3 En otras palabras, Utah ha sido mejor sin él en cancha, un lujo que no pueden darse si quieren hacer ruido en lo que resta de certamen.
¿Sostendrá la banca al quinteto inicial?
Sumado a las limitaciones ofensivas con las que ha quedado el equipo, aparece otra de las grandes incógnitas de cara al regreso: la producción del banco, algo con lo que el Jazz ha penado durante casi toda la 2019-2020 y que toma aún mayor fuerza con la lesión de Bogdanovic, que seguramente sacará a Ingles de la segunda unidad.
La llegada de Jordan Clarkson desde Cleveland había ayudado a resolver uno de los puntos flacos de Utah, al menos hasta cierto punto. Hasta el momento de su arribo, los suplentes de Snyder promediaban apenas 26,9 puntos por partido (29°), con un +/- de 2,4 (25°). ¿Qué pasó desde entonces? Las cifras ofensivas subieron a 35,9 tantos (20°), mientras que el +/- pasó a ser positivo: +1 (6° mejor).
Lo de Clarkson ha sido realmente excepcional a la hora de traer puntos de manera instantánea, promediando 15,6 unidades en 25,3 minutos, con muy buenos porcentajes: 48% de campo, 37% en triples y 78% en libres. Volumen y eficiencia, la combinación perfecta. Y tal como repasábamos en el caso de Mitchell y Conley, será otro de los que seguramente dispondrá de más lanzamientos tras la salida de Bogdanovic.
Pero aún si Clarkson logra mantener esos números y deja en el olvido algunas actuaciones muy pobres en Playoffs (30% de campo en 19 partidos), las preguntas para el Jazz se mantienen. ¿Alcanza con jugadores como Emmanuel Mudiay, Georges Niang y Tony Bradley para sostener la tarea de los iniciales? No solamente ninguno pasa de los 15 minutos de promedio en la campaña, sino que además entre ellos totalizan 57 minutos en Playoffs, con 55 viniendo de la mano de Niang.
El Jazz seguramente tendrá una de las rotaciones más cortas en Orlando y veremos qué papel juega factor del calendario acelerado en ese contexto.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
