Pasó el NBA Draft 2022 y en el caso de New Orleans Pelicans, el evento dejó tres selecciones. La franquicia de Louisiana drafteó a Dyson Daniels (8°), EJ Liddell (41°) y Karlo Matkovic (52°).
¿Cómo juegan, cuáles son las virtudes, defectos, características y estadísticas de estos nuevos jugadores de New Orleans? Un profundo repaso, a continuación.
¿Cómo juega Dyson Daniels?
Se trata de un 1-2 de enorme estatura (2,02 metros) y solo 19 años, que promedió 11,3 puntos, 6,2 rebotes, 4,4 asistencias, 1,9 robos, 0,7 tapones y un 45% de campo en 31,2 minutos en la G League.
El principal atractivo de Daniels pasa por su combinación de altura y visión pasadora. Todavía no tiene el manejo de balón para ser un base a tiempo completo, pero lo que sí tiene es una creatividad y lectura excelente para su edad. La estatura le permite ver por encima de los defensores y es un jugador sumamente desprendido, que siempre busca involucrar a sus compañeros. Sus 4,4 asistencias por partido son algo engañosas, teniendo en cuenta que compartía campo con varios otros manejadores de balón en el Ignite (Scoot Henderson, Jaden Hardy, Pooh Jeter).
Especialmente peligroso y certero a campo abierto. Sea trasladando el balón hasta la mitad contraria o bajando un rebote defensivo e inmediatamente realizando un pase largo para algún compañero abierto.
Como anotador, lo mejor de Daniels está vinculado a su habilidad para atacar el aro. Buen definidor (incluso con contacto) y maneja a la perfección la flotadora. Excelente toque cerca de la pintura.
Fuera de eso, Daniels no es actualmente un anotador peligroso y no se proyecta como tal en la NBA. Su manejo de balón está lejos de ser el más seguro y deja muchas dudas como tirador: solo un 25% en triples en la G League y su floja mecánica de disparo no ilusiona demasiado.
Defensivamente, lo del australiano es muy interesante. Debe mejorar algunos fundamentos de postura y atención lógicos para la edad, pero tiene todo para ser un jugador determinante y muy versátil en el campo propio. Capaz de marcar múltiples posiciones y hace jugadas sobre la bola, con buenos números en rebotes, tapones y robos.
¿Cómo juega EJ Liddell?
Lejos de ser ese diamante en bruto que es Branham, Liddell también puede terminar siendo un rendidor jugador NBA. En su caso se trata de un cuatro bajo pero muy fuerte, de 2,01 metros y 21 años de edad. Jugó tres años en Ohio State, explotando en la 2021-2022 con 19,4 puntos, 7,9 rebotes, 2,6 tapones y un 37% en triples en 33,2 minutos.
Lo primero que destaca de Liddell es su mejoradísimo tiro exterior. Además de ese mencionado 37% de tres, lanzó un 41% en disparos en catch and shoot, anotó un 77% de sus libres y se mostró como uno de los interiores más peligrosos entre los candidatos al Draft a la hora de anotar desde acciones de pick and pop. Tiene alcance NBA en su rango.
Claro que a eso Liddell también le agregó su potencia y habilidad para postearse. El 32% de sus acciones fueron de poste bajo y convirtió un excelente 51% de ellas. Aprovechó al máximo su fortaleza y toque para dominar a los interiores NCAA en esas jugadas, especialmente con un disparo en media-vuelta.
Obviamente queda el interrogante de cuánto podrá trasladar esa parte de su juego a la NBA, como un interior de apenas por encima de los 2 metros. Es probable que su función terminó decantándose al perímetro.
Liddell no ofrece demasiado en términos de playmaking. Es un pasador correcto pero no por encima del promedio, mientras que no atacó demasiado desde el drible ni fue nada eficiente cuando lo hizo (39% de acierto en penetraciones). Sus porcentajes en acciones de mera definición no fueron los mejores y sumó poco en transición.
Aunque en ataque la proyección de Liddell es algo limitada, su potencial defensivo es más interesante. La altura es un problema, pero compensa en parte con brazos largos, gran potencia física, energía y buena capacidad atlética.
Promedió 2,7 tapones cada 36 minutos, pero con un detalle todavía más meritorio: pasó muchas posesiones marcando en el perímetro, donde dar un tapón es bastante menos probable. De hecho, el 68% de sus posesiones defensivas fueron en acciones perimetrales, muy por encima del 58% que promediaron los otros interiores del Draft 2022. Puede dar respuestas positivas en los cambios tras las cortinas.
Aún así, su falta de estatura lo volvió susceptible a ser dominado por rivales más grandes cerca del aro: permitió un elevado 42% de campo en acciones de poste bajo (39% es el promedio para los interiores del Draft).
¿Cómo juega Karlo Matkovic?
Karlo Matkovic es un interior de 2,08 metros y 21 años, nacido en Bosnia pero que representa a Croacia. Actualmente es compañero de Jovic en el Mega Bemax serbio y sumando las diferentes competencias, en la 2021-2022 promedió 11,6 puntos, 6,2 rebotes, 1,2 tapones y un 61% de campo en 22,1 minutos.
Matkovic tiene un perfil muy claro, como un cinco atlético, defensivo, definidor y de trabajo sucio. En ataque, lo suyo llega alrededor del aro, sea con caídas en el pick and roll, tomando rebotes de ataque (lo hace a un ritmo sensacional) o saliendo en transición. Definidor explosivo, capaz de terminar con mucha potencia en la pintura.
Fuera de su habilidad para definir, poner cortinas fuertes y cargar al rebote, Matkovic no aporta mucho en ataque, careciendo de creación con la bola (desde el drible o poste bajo) y lanzamiento exterior: no anotó ningún triple en la temporada pasada, aunque en recientes pruebas con los equipos NBA demostró cierto potencial como triplero. Claro que se trataron de pruebas sin un contexto de partido competitivo, por lo que tendrá que demostrar que también puede encestar en los encuentros. Por ahora no lo ha hecho. El croata tampoco aporta mucho como pasador y suma más pérdidas de las que debería por su rol.
Defensivamente lo de Matkovic es interesante. No solo tiene altura y buena capacidad atlética, sino que además es físico y juega con mucha energía. Propone contacto constantemente, tuvo buenos números en tapones (2 cada 36 minutos), aceptables como rebotero en el aro propio y hasta mostró cierta habilidad para salir de la pintura y moverse en el perímetro (al menos en una liga de segundo orden como la serbia). Igualemente, todavía tiene mucho por madurar y consolidar, especialmente en cuanto a la lectura: promedió 5 faltas cada 36 minutos, si bien en parte ese era su rol en su equipo.