Los ciclos de vida de un equipo son lo más complicado de adivinar en la NBA. ¿Cuánto tiempo aguantará un grupo sin necesidad de hacer cambios significativos? Cuando sobreviene una crisis, ¿es el final o solo un bache en el camino? Estas y más preguntas rondan la mente de los General Managers y entrenadores de toda la liga, los cuales andan detrás de una respuesta que a veces no quieren saber. En ese punto se encuentran los Phoenix Suns, quienes en justo un mes han pasado de liderar la Conferencia Oeste a caer a la zona de Play-In. Un desplome que se ha traducido en poseer un balance en el umbral del 50% de victorias, con un juego pobre y sin el brillo que les convirtió en uno de los mejores equipos.
El pasado curso los Suns parecían imbatibles. Un conjunto que iba en velocidad de crucero consiguiendo un 78% de victorias, que incluyó 18 de manera consecutivas, pero que extrañamente tuvo un cortocircuito en los Playoffs. Aquel inesperado fracaso lo cambió todo. Empezaron a aparecer los primeros signos de que no era oro todo lo que relucía con lo ocurrido con Deandre Ayton. Seguidamente, los problemas con Jae Crowder. Meses después, la caída en términos deportivos del grupo.
Los equipos pasan por diferentes fases a lo largo de la temporada, momentos altos y otros que no lo son tantos. Navegar con destreza en todos estos tramos es lo que distingue un buen conjunto de otro mediocre. Durante el periodo de dos campañas previas a este, Phoenix no es que no tuviera contratiempos, pero apenas fueron de una intensidad notable. En 2021 eran un grupo en ascenso que se quedó a 2 victorias del anillo y al curso siguiente subieron el listón hasta rozar la perfección.
Pero tras los Playoffs algo se rompió y ahora se están empezando a ver las razones.
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Una defensa en horas bajas
Una de las claves del éxito de Phoenix Suns en las dos Fases Regulares previas fue su equilibrio entre ataque y defensa. Eran un buen equipo porque funcionaban bien en ambos extremos, no dejándose llevar ante malos parciales y siguiendo al pie de la letra el sistema. En ese contexto figuras como Cam Johnson y Jae Crowder daban sentido a un planteamiento donde Mikal Bridges era la estrella.
La ruptura de ese equilibrio está haciendo que los de Monty Williams se caigan como un castillo de naipes.
En estos 10 últimos partidos los Suns han sido la 9ª peor defensa, registrando un ratio defensivo de 116. Un dato que les coloca en el mismo rango que Hawks, Timberwolves o Kings.
Aunque han sido uno de los conjuntos que menos triples han permitido a sus oponentes, el gran problema ha estado por debajo del arco. Algo que se traduce en un porcentaje de acierto del 55% en tiros de dos, incluyendo un 67,4% en la pintura (aro y zona restringida).
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La baja de Booker ha dinamitado el ataque
Sin un Devin Booker en quien confiar la mayor parte del volumen ofensivo, Phoenix ha echado en falta otra figura de referencia en ataque. El escolta cayó lesionado el 25 de diciembre por un problema en la ingle, aunque ya se había perdido los tres partidos previos por la misma dolencia.
Sin él en la alineación los Suns han perdido 8 de sus 10 compromisos en toda la temporada, lo que se ha traducido en que el ratio ofensivo del equipo pase de 121,1 a 109,5. Esa diferencia de 11,6 puntos suele ser habitual cuando se trata de estrellas de su calibre, pero lo preocupante es la falta de alternativa en un conjunto cuyo sistema parecía ser capaz de soportar todo.
Y no solo eso, sino que la falta de iniciativa desde la banda a la hora de cambiar los focos explica en gran medida esta situación. A pesar de la ausencia de Booker, Ayton solo ha lanzado 0,9 tiros de campo más que Landry Shamet en estos 10 últimos comprimisos. Entre ambos, una diferencia abismal de acierto: 38,5% por 56,9% del interior.
El peso del tiempo en Chris Paul
A sus 37 años cualquier otro firmaría estar al nivel de Chris Paul llegado este punto de su trayectoria. El veterano base está dejando buenos números, alargando una sombra que le colocará cuando se retire como uno de los mejores de todos los tiempos. Pero nadie puede doblegar a Cronos y los Suns lo están sufriendo.
Su velocidad de juego es ligeramente más lenta. Su velocidad ofensiva ha bajado, algo que se ha trasladado también a la defensa. Sus divisiones han pasado de 11,9 a 9,3 y su acierto ha descendido del 58% al 46,9%. Todo ello mientras su principal arma de creación, el bloqueo directo, ha visto como se convertía en una losa, pasando de ocupar el percentil 83 al 59.
Si a esto se le suma que CP3 se ha visto obligado recientemente a asumir una mayor carga en ausencia de Devin Booker y Cameron Johnson, además de que se perdió 14 partidos seguidos por una lesión en el pulgar de la mano derecha la cosa no mejora.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.
