En la NBA las cosas cambian muy rápido. Un equipo puede estar acostumbrado a ocupar la primera posición sin oposición alguna a caer en desgracia en poco más de una semana. Eso mismo parece estar sucediéndole a los Phoenix Suns. El conjunto que ha dominado la Fase Regular en las dos últimas temporadas se encuentra atravesando un periodo preocupante en este reciente tramo de curso. Por quinto partido consecutivo los de Arizona cayeron, siendo derrotados por Houston Rockets (último clasificado del Oeste) con un resultado de 111 a 97.
Los diferentes problemas físicos de sus dos estrellas, Chris Paul y Devin Booker, unida a las bajas de secundarios importantes como Cam Johnson y Jae Crowder han dado lugar a un escenario complicado para Phoenix. El que parecía ser el equipo imbatible, ejemplo de la constancia y de la regularidad ha dejado en evidencia sus grietas, las mismas que les hicieron fracasar en los últimos Playoffs.
Tan inusual resulta esta racha de cinco derrotas seguidas de los Suns que desde que llegase Monty Williams al cargo tan solo es la segunda ocasión en donde caen en cinco duelos o más de manera continuada, siendo el único precedente los 8 encuentros sin conocer el triunfo en diciembre de 2019, todavía sin Chris Paul.
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Lo preocupante del momento por el que están pasando los de Arizona es que el grupo parece haberse roto. O, al menos, que ciertos jugadores están en puntos diferentes o con motivaciones distintas. Ante los Rockets se quedaron en un 15 de 51 en triples (25,5% de acierto), la segunda peor cifra de precisión en un partido de esta temporada en toda la NBA para un mínimo de 50 lanzamientos. Todo ello con dos figuras clave como Mikal Bridges y Deandre Ayton rindiendo muy por debajo de lo esperado de la mano de un 16,7% y 20% en tiros de campo respectivamente.
Las mencionadas bajas de larga duración y la intermitencia de sus dos piezas fundamentales son clave para entender el momento que viven los Suns, pero lo relevante es la tendencia. Antes de la actual racha negativa el rendimiento en eficiencia ofensiva y defensiva era impecable, con un +8,4 de net rating, el quinto mejor. El problema es que desde entonces han bajado a los infiernos de la NBA, cayendo a plomo hasta la última posición con -14,9.
A un día de que se abra oficiosamente el periodo de traspasos y con varios nombres encima de la mesa que podrían salir del equipo, los Suns se encuentran en una posición incómoda. La inversión realizada en nombres como Chris Paul o Deandre Ayton no está dando sus frutos, la segunda unidad sufre por las ausencias y la falta de cohesión de las piezas es alarmante.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.