Pat Riley, el hombre detrás del eterno proyecto de éxito de Miami Heat

Sergio Rabinal

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Riles ha edificado en Miami su particular proyecto ganador.

En 1987 la Junta de Gobernadores de la NBA aprobó la expansión de la propia liga con la entrada paulatina de cuatro equipos con sede en Charlotte, Minnesota, Orlando y Miami. De entre todos estos la última franquicia ha ganado por sí sola más partidos de Playoffs (149) que los otros tres combinados en toda su historia (114). Y si esto se extiende a las dos últimas expansiones (1994 y 2004) de nuevo solo Miami Heat ha sido capaz de coronarse como campeón en más de una ocasión (2006, 2012 y 2013). 

Sin embargo, no fue hasta la llegada de una persona a la organización cuando esta definitivamente comenzó a cambiar y a tornarse verdaderamente exitosa. 

En 1995 Pat Riley estaba en lo más alto de la NBA. Era el entrenador mejor pagado de toda la liga (1,5M al año), su equipo por entonces, los Knicks, venían de quedarse a una victoria del título y en muy poco tiempo había cambiado totalmente la franquicia neoyorquina. No obstante, eso no era suficiente para Riles, él quería tener más poder y más margen en la toma de decisiones, algo que los Knicks no estaban dispuestos a darle.

Fue entonces cuando Micky Arison, dueño mayoritario de la franquicia de Miami comenzó a entablar conversaciones con el técnico en busca de convencerle para llegar a un acuerdo. Un pacto que acabó por cerrarse a cambio de que el dirigente aceptase las condiciones del entrenador neoyorquino: quería 50 millones de dólares por 10 años y un 10% de la propiedad. A cambio de contribuir a que Riley fuese todavía más rico, Arison puso una condición un tanto etérea, que no era otra que convertir a Miami Heat en un equipo ganador.

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David Stern y Pat Riley

De ese requisito el mítico entrenador haría una ley y un credo, pues en la forma de pensar de Riley no existía otra razón para jugar a esto que la búsqueda constante de la excelencia a través de la victoria. Una máxima que, casi 27 años después de que aceptase el cargo como técnico jefe, ha acabado por convertirse en uno de los pilares de la organización, más que una filosofía es un credo. Y es que para entrar en esta franquicia hay que pasar por varios filtros y el más importante de ellos es que tanto la personalidad como el estilo del jugador encajen y gusten al pater, Pat Riley.

En uno de sus famosos libros de autoayuda empresarial, la leyenda de 77 años reflexionó sobre cómo la complacencia es el principal causante del fracaso en el deporte, especialmente entre aquellos que alcanzan lo más alto. "Cuando se conquista un hito, la sutil erosión llamada relevancia comienza a consumir al grupo poco a poco. El equipo considera su grandeza como un rasgo y un derecho", escribió. "El esfuerzo a medias se convierte en hábito y agota la fuerza de un campeón. Por eso es buena una preocupación sabia: no una preocupación paralizante, sino una sana conciencia de realidad que elimina la incipiente autosatisfacción”. Estas palabras sirven para comprender el que ha sido el motor de Miami Heat en estas casi tres décadas que Riley lleva al frente de la organización.

Nunca es suficiente, nunca se está satisfecho con el resultado y nunca puede darse nada por sentado. Así se explica que solo San Antonio Spurs haya estado en más Finales de Conferencia en este siglo que el equipo de Florida, empatado a 8, precisamente, con Boston Celtics. 

Como un fiel creyente en este credo, Riley tardó poco en darse cuenta de que su tiempo como entrenador de élite había pasado y a los 62 años, tras la peor campaña colectiva de la organización dio un paso atrás y confió su legado en un joven e inexperto Erik Spoelstra. El neoyorquino se convirtió en ese momento en Presidente de operaciones, rol que de un modo u otro ya había desempeñado en el pasado, pero que ahora le ocuparía el resto de su carrera profesional. 

Riley

Si como entrenador Riles se había caracterizado por su mano dura y capacidad de comprender a sus jugadores, el paso del banquillo a las oficinas acabó por convertirle en una figura casi reverencial, alguien capaz de cambiar la temperatura y el ánimo de una sala solo con su mera presencia. Por eso mismo, unirse a Miami significa adentrarse en un clima radicalmente opuesto al de otra organización en la NBA. Todo responde a un mismo objetivo y el cómo se llega ahí depende completamente del personal del que se disponga, no así con unos básicos inquebrantables basados en plenitud y disponibilidad física, humildad y espíritu ganador.

Los fracasos y los malos resultados han sacado siempre la mejor versión de los equipos de Riley. Tras las disputas internas de los Lakers en 1981 el joven técnico impulsó a los californianos a las Finales en 1982 donde se hizo con el título. Después de que el proyecto de Alonzo Mourning, Eddie Jones y Tim Hardaway encallase dio un paso atrás solo para tomar impulso y liderar a Miami a su primer título. Caso similar, ya como ejecutivo, en 2018, donde convirtió a un conjunto sin mucho talento en un contendiente al anillo en poco más de una temporada, confiando en el potencial de Adebayo y Herro, así como en el empuje del mejor Jimmy Butler de carrera.

Así, tras lo ocurrido el pasado curso, Riles sabía que necesitaba volver a sus orígenes, a la dureza y sobriedad que le hizo célebre en los noventa. "Sentimos que necesitábamos mentalidades más medievales, tipos que tienen escudos, espadas, hachas y esas cosas", así se expresó el ejecutivo la pasada offseason tras añadir a PJ Tucker, Kyle Lowry y Markieff Morris. Nombres echos de otra pasta que, una temporada más, se encuentran a un paso de las Finales. Solo una victoria más hará de Miami Heat la franquicia con más presencias en las series por el campeonato en este siglo XXI (7) y empatando con los Lakers.

El destino ha querido que 38 años después de la primera vez que un equipo de Pat Riley se midiese a Boston Celtics en una eliminatoria de Playoffs, la cual se definió también en un séptimo partido, ambos vuelvan a verse las caras. Los caminos de la franquicia verde y Riles siempre han estado entrelazados y el éxito y legado de cada una de ellas estará una vez más en juego en un Game 7 que será difícil de olvidar.

Miami Heat vs. Boston Celtics, Partido 7: día, horario y cómo ver

País Día Horario TV Streaming
México Domingo 29 de mayo 19:30 ESPN NBA League Pass
Estados Unidos Domingo 29 de mayo 20:30 (ET) ESPN Sling TV
Argentina Domingo 29 de mayo 21:30 ESPN NBA League Pass
España Lunes 30 de mayo 2:30 Vamos NBA League Pass

Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.

Sergio Rabinal

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Sergio es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News. Desde 2018 desempeña las funciones de productor senior de contenido NBA. A lo largo de ese tiempo ha cubierto dos All-Stars, Basketball Without Borders y el NBA Paris Game, así como otros eventos. Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad.