Las Semifinales de Conferencia Oeste entre Golden State Warriors y Houston Rockets entraron en un momento dramático. No sólo por la definición, sino también por el contexto que se creó. Los de Oakland tomaron la ventaja en el Juego 5 con un triunfo que, al mismo tiempo, salió caro. Es que Kevin Durant, su principal estrella, sufrió una distensión en la pantorrilla derecha que lo dejará afuera del resto de la eliminatoria.
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Esto quiere decir que los texanos están, pese a la obligación de ganar, ante una oportunidad única y de oro. Porque, sin KD, su rival (en los papeles) es más vulnerable, lo que abre la oportunidad de dar el golpe y avanzar de ronda (después de forzar el séptimo duelo, claro).
Ahora bien, antes del Juego 6 de este viernes (a las 22 de Argentina, 20 de CDMX), es imposible no viajar al pasado ante un situación similar que vivió Houston. Un recuerdo muy doloroso y que intentará cambiar de cualquier manera frente a Stephen Curry y compañía.
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2017, del tapón de Manu a la desaparición de Harden
El 9 de mayo de 2017, Manu Ginóbili dejó una de sus jugadas más memorables: el taponazo desde atrás ante James Harden, que frenó el intento de igualdad y concretó el 110-107 para San Antonio Spurs y el 3-2 parcial en las Semifinales del Oeste frente a los Rockets. Pero, de todas maneras, las alarmas estaban prendidas para los de Gregg Popovich. Kawhi Leonard, la gran estrella de su equipo, vio desde afuera el cierre del J5 tras lesionarse el tobillo izquierdo, y quedó descartado para el sexto partido.
Dos días después, el 11 de mayo, Houston recibía a casa a los Spurs y el contexto era ideal: la chance de igualar la eliminatoria como local y ante un rival sin su motor de juego y figura. Pero el sueño terminó en la peor de las pesadillas.
Porque San Antonio mostró una versión espectacular y estampó un descomunal 114-75 a domicilio que lo metió en las Finales del Oeste después de una exhibición colectiva: seis jugadores anotando más de 10 puntos, tres completando doble-dobles (incluido el español Pau Gasol) y un LaMarcus Aldridge determinante (34 tantos y 12 rebotes).
Esa derrota fue la peor como local en la historia de la franquicia en postemporada. Y James Harden, su referente, falló como nunca antes. La Barba mostró una versión opaca y desapareció en el partido más importante de la campaña: apenas 10 puntos, con 2-11 campo (2-9 triples), 3 rebotes y 7 asistencias, más 6 pérdidas y 6 faltas personales que lo sacaron del duelo tras 37 minutos.
Dos años después, se repite la historia para los Rockets: 2-3 abajo en Semifinales, y partido en casa ante un rival sin su principal estrella. ¿Volverán los fantasmas del pasado o habrá redención?