Continuamos con nuestro repaso por los mejores proyectos del NBA Draft 2021 y en este caso le llega el turno a Jeremiah Robinson-Earl, ala pivote que viene de disputar dos temporadas con Villanova: promedió 10,5 puntos y 9,4 rebotes en la 2019-2020, mientras que subió su producción a 15,7 puntos y 8,5 rebotes en la 2020-2021, siendo elegido como el Jugador del Año en el Big East, consolidándose como un posible pick de 1° Ronda.
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En términos físico-atléticos, el perfil de Robinson-Earl no es el mejor. No se trata del jugador más alto (2,06 metros), tiene brazos algo cortos para su tamaño y no es un atleta explosivo ni mucho menos, algo que quedó reflejado en sus diferentes mediciones en el reciente Draft Combine. Sin embargo, hablamos de un jugador completo en términos técnicos, de fundamentos y lectura. Un interior inteligente, surgido de una universidad como Villanova que se caracteriza por este tipo de proyectos.
Lo mejor de Robinson-Earl en ataque llega por las variantes que ofrece como jugador de pick and roll o pick and pop. Sin ser un especialista en ningún aspecto, es capaz de lastimar de diferentes maneras a la salida de esas cortinas directas, destacando por su lectura de los espacios que ofrece la defensa. Una de esas opciones que ofrece es la de atacar el mismatch si el rival cambia las marcas, siendo capaz de dominar en el poste bajo a jugadores más pequeños. Buen uso del gancho: lanzó un muy efectivo 11-19 en ese tipo de disparos en la 2020-2021.
De hecho, cerca de un cuarto de las posesiones de Robinson-Earl en la pasada temporada llegaron jugando en el poste bajo. No se proyecta como un jugador dominante en esa situación debido a su falta de altura y explosión, pero puede conseguir algunos buenos resultados con su paciencia, toque y buen juego de pies. Rara vez fuerza un lanzamiento.
El oriundo de Kansas sabe qué hacer con el balón cuando lo recibe y se beneficiaría de jugar con un guardia que atraiga atención en el pick and roll, para luego poder encontrar compañeros abiertos tras recibir en el short roll. No es un asistidor brillante, pero siempre parece hacer la jugada correcta y es desprendido a la hora de buscar compañeros. Buena relación de asistencias (55) vs. pérdidas (40) para un interior.
El otro recurso de Robinson-Earl tras la cortina es abrise para el tiro exterior. En este sentido, está claro que debe mejorar y es uno de los déficits más claros de su juego: tomó unos 3 triples por cada 40 minutos en Villanova, pero apenas con un 30% de eficacia. En su favor: muy buena eficacia en dobles largos (45% en la 2020-2021) y un sólido 76% en libres durante su etapa NCAA. Sería clave que consolide esta parte de su juego, pero tiene condiciones para hacerlo.
Buen manejo de balón, que ocasionalmente puede usar para atacar a rivales más pesados desde el drible. También lo hemos visto bajar rebotes defensivos y subir la bola por su cuenta. Excelentes porcentajes de definición (66%) en el área restringida, a pesar de no ser un jugador explosivo y de no ser amenaza en transición.
Defensivamente Robinson-Earl es un jugador dedicado, intenso y versátil. Aún sin ser un gran atleta, tiene buena movilidad y fundamentos para marcar en el perímetro, incluso cuando queda emparejado con perimetrales. Excelente rebotero, tanto en ataque como en defensa.
Las limitaciones de Robinson-Earl en este costado están ligadas a su perfil físico-atlético. Maximiza sus condiciones, pero no se proyecta como un defensor dominante, sino más bien sólido. Sin la longitud para destacar como protector del aro: solo 0,7 tapones por 40 minutos en Villanova.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.