Se acerca la noche del 18 de noviembre y nosotros seguimos repasando a los mejores proyectos del baloncesto universitario e internacional elegibles para el Draft 2020 de la NBA. Ahora le llegó el turno de nuestro análisis a Jarron Cumberland, escolta surgido de Cincinnati.
¿Quién es y cómo juega Cumberland? Lo analizamos a continuación.
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Información personal
Jarron Cumberland es un escolta de 1,96 de estatura y 95 kilogramos, nacido el 22 de septiembre de 1997 en Wilmington, Ohio. Cumberland pasó sus cuatro años NCAA en Cincinnati, promediando 13,4 puntos, 3,6 rebotes y 3,1 asistencias en 133 partidos. En la 2019-2020 tuvo una media de 15,5 puntos, 4,9 asistencias y 3,8 rebotes, siendo elegido al Quinteto Ideal de la AAC. Un año antes no solo había conseguido ese mismo logro, sino que también había sido seleccionado como el Mejor Jugador de dicha conferencia.
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Fortalezas
Gran presencia física para la posición de escolta, con buena altura y muchísima potencia, la cual hace que tranquilamente también se lo pueda proyectar como alero, a pesar de cierta falta de estatura para ese puesto.
Para empezar, Cumberland es un muy buen tirador a larga distancia. Si bien no viene de un buen año en ese aspecto (31,3%), a lo largo de su carrera en Cincinnati lanzó un correcto 35,2% de tres, con un altísimo número de intentos: 6,8 por cada 40 minutos. Tiene buen alcance en su tiro y puede anotarlo a pie firme o lanzando desde el drible.
Cumberland también tiene un sólido juego intermedio, siendo capaz de anotar dobles largos o sobre todo, utilizar una flotadora para terminar alrededor de la pintura. No suele conseguir demasiada separación, pero su potencia le permite abrirse paso y llegar a ese punto de la cancha desde donde es eficiente.
Sumamente físico y vivió en la línea de libres: tomó 7,9 intentos por 40 minutos en sus últimas dos temporadas y anotó un sólido 76,3% de sus simples.
Lo interesante de Cumberland pasa porque a sus virtudes tiradoras le agrega una muy buena visión de cancha y capacidad de pase. Las 6,1 asistencias por 40 minutos que promedió en la 2019-2020 son un número extraordinario para un escolta y una de las mejores cifras entre cualquier proyecto del Draft 2020. Ve sin problemas por encima de la defensa y es un jugador desprendido.
Fuerte defensivamente y con buenos fundamentos. Buena producción para un escolta: 1,5 robos y 0,6 tapas por 40 minutos en su carrera. Cincinnati es una universidad que pone muchísimos énfasis en formar a sus jugadores en este costado y Cumberland no es la excepción.
Debilidades
El primer problema que encontramos con respecto a Cumberland es su falta de explosión y agilidad. Muy fuerte, pero no particularmente atlético. ¿Podría perder algunos kilos y mejorar en ese aspecto?
Esa falta de explosión se notó a la hora de buscar llegar hasta el aro. Muchas veces le costó sacarse a la marca de encima en velocidad y terminó recurriendo a esa flotadora mencionada o algún otro disparo a la carrera, sin poder llegar más profundo. Domina bien esos tiros, pero no dejan de ser lanzamientos de bajos porcentajes, en comparación con una bandeja o una volcada. Tuvo un porcentaje de definición realmente pobre en la 2019-2020: 47,8% cerca del aro.
Buen tirador, pero su mecánica de lanzamiento es muy mejorable. Es normal verlo lanzar cuando ya está cayendo, en vez de soltar la bola en el punto más alto, como se aconseja. Esto hace que muchas veces se quede corto en sus tiros.
Tiene que ser mucho más cuidadoso con el balón: promedió nada menos que 4,6 pérdidas por 40 minutos en la 2019-2020, una cifra completamente exagerada.
Su falta de agilidad destacada hace que parezca más apto para defender escoltas o aleros fuertes, que a guardias elusivos desde el drible. Además, apenas llegó al promedio como rebotero.
Posición de Draft proyectada: 2° Ronda.
Comparación NBA: En el molde de Malcolm Brogdon.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
