"Este es uno de los mejores equipos en el planeta". Con estas palabras Rick Carlisle resumía el momento que atraviesan los Minnesota Timberwolves. Lo hacía tras caer derrotados por 127 a 109 el pasado sábado 16 de diciembre en su tercera anotación más baja de toda la temporada para Indiana Pacers. Una situación que se ha vuelto bastante habitual en todo aquel rival que se enfrenta a los Wolves, un conjunto forjado a fuego en defensa y que, al mismo tiempo, es capaz de desplegar una ofensiva de élite ante cualquier rival.
Una vez el calendario termine sus 12 hojas se estará más cerca del 20º aniversario de la cima histórica de los Timberwolves. Liderados por un Kevin Garnett MVP, los de Minneapolis llegaron hasta las Finales del Oeste, siendo apeados en seis encuentros por unos Lakers que aspiraban a ser campeones. Aquel fue el canto de cisne de ese proyecto. Y no es un decir, en las siguientes 13 temporadas no pisarían siquiera los Playoffs en un descenso hasta el último de los círculos del infierno de la liga: la indiferencia competitiva.
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Para un mercado pequeño como los Timberwolves, no tener proyecto alguno, o peor, encadenar un nuevo plan sin tan siquiera haber obtenido resultados del anterior es la peor estrategia posible. Incluso cuando regresaron en 2018 a los Playoffs fue solo un espejismo, una ilusión antes de volver a su estado natural, los puestos de lotería del Draft. No fue hasta la elección de Anthony Edwards con el pick 1 en 2020, la llegada de Chris Finch al banquillo y el traspaso por Rudy Gobert cuando, finalmente, Minnesota consiguió armar un equipo con sentido.
Fueron muchos quienes dudaron de este particular Big Ball en un momento donde la versatilidad y la homogeneidad son la norma y su primer curso de rodaje confirmó a los escépticos que estaban en lo cierto. Sin embargo, el tiempo parece estar dando la razón a un Tim Connelly que apostó fuerte por revertir la tendencia de una franquicia condenada a no ser nada.
Incluso si los Wolves no consiguieran pasar de la Primera Ronda en postemporada ya podría hablarse de que el curso ha sido un éxito. Y no es una exageración. Minnesota no ha conocido tres cursos seguidos en Playoffs desde principios de siglo y no ganó una eliminatoria hasta pasadas 8 caídas seguidas a las primeras de cambio entre 1997 y 2004.
Independientemente de lo que suceda a partir del mes de abril, con lo visto hasta ahora del conjunto dirigido por Chris Finch se puede concluir que se trata no solo del mejor equipo hasta el momento de la NBA, sino del más preparado para ganar el anillo.
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La defensa es el gran pilar de los Timberwolves
Su defensa es de élite, asentados con un 106,8 de ratio defensivo con una diferencia respecto del segundo clasificado (Celtics; 109,2) que es la misma que entre los verdes y LA Clippers (111,5), que son séptimos. La apuesta en firme por Rudy Gobert y el desarrollo de piezas secundarias, como ya analicé anteriormente en este artículo, están detrás del éxito de la franquicia.
Si bien otras grandes defensas han caído en Playoffs siendo el interior francés espectador de lujo, en esta ocasión la polivalencia de Minnesota les da el beneficio de la duda de cara a la pelea por el título.
Minny está dejando a sus rivales en un 33,2% al triple cuando la media de la liga está en el 36,5% y un 60,8% en las áreas más próximas a la canasta mientras conceden apenas 46,6 puntos en la pintura.
La defensa de los Timberwolves no está centrada en causar el caos en el oponente, incrementando el volumen de errores que puedan cometer, sino en hacer cortocircuitar el ataque, que pierdan tiempo antes de tener que lanzar a la desesperada en los últimos segundos.
Lo que más llama la atención en el caso de Minny tiene que ver con la decisión de rotar, de probar diferentes conjuntos y alineaciones. De hecho, el quinteto más usado en este curso apenas cuenta con 177 minutos, conformado por Conley, Edwards, McDaniels, Towns y Gobert. Por poner en contexto, hay 13 formaciones diferentes que acumulan más tiempo en cancha que la más habitual de los Timberwolves.
Esto se debe a la confianza en su sistema y la intercambiabilidad de buena parte de sus piezas, pudiendo echar mano de secundarios como Naz Reid, Tony Brown, Nickeil Alexander-Walker o Kyle Anderson y que nada cambie. Sin ir más lejos, 2 de las 10 mejores alineaciones defensivas con más de 50 minutos pertenecen a los Timberwolves, una muestra de su poderío atrás.
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Un rival incómodo
Precisamente esta versatilidad e intercambiabilidad es lo que puede permitirles ser un peligroso rival en Playoffs. En un Oeste tan diverso como el actual, poder mudar de piel en defensa es fundamental.
Los Wolves han demostrado que pueden hacer frente a conjuntos construídos alrededor de un interior, venciendo a Heat por partida doble, Nuggets y 76ers. Pero también a otros con anotadores exteriores o manejadores de gran tamaño como Warriors en dos ocasiones, Celtics, Thunder, Mavs o Pacers.
Esto se traduce en que son capaces de jugar rápido y abiertos cuando la situación lo requiere, pero también bajar el ritmo, centrarse en la media cancha y seleccionar mejor sus tiros.
Esta característica, la adaptabilidad al contexto, ha demostrado ser fundamental para, como mínimo, aspirar a ser campeón de la NBA. Sin ir más lejos, el ejemplo de Miami Heat el pasado curso o los Phoenix Suns de 2021 dan buena cuenta de lo vital que resulta saber adaptarse a las necesidades sobre la marcha.
"Tenemos muchas armas y muchas formas diferentes de ganar", resumió el pasado 15 de diciembre Towns tras vencer a los Mavericks.
Además, en el clutch, están siendo el mejor equipo de toda la NBA con 8 victorias y apenas una derrota, logrando el quinto mejor net rating gracias a un +23,7 acumulado.
84 equipos antes que los Minnesota Timberwolves han comenzado con, al menos, 20 victorias en los primeros 25 partidos de la temporada. El 33,3% de ellos se proclamaron campeones al término del curso y el 51,1% llegó a las Finales. La historia nunca juega en el presente, pero sí influye en el mismo. Después de este brillante arranque ahora le toca a los Wolves demostrar que pueden seguir evolucionando para llegar a junio como la única franquicia en pie.
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