Michael Jordan fue, probablemente, el competidor más voraz de la historia. Su mentalidad para buscar la excelencia a cualquier precio impulsaron una carrera legendaria y repleta de momentos únicos. Parte de esa personalidad especial la estamos viendo en estos días a través del documental "The Last Dance", que relata la última temporada de MJ en Chicago Bulls, pero viaja por diferentes puntos de la construcción de la dinastía y de la leyenda de Su Majestad. Y para los próximos capítulos, que se estrenarán este lunes en Netflix, se hará una parada en otro momento memorable: las Finales de 1992 contra Portland Trail Blazers y aquel duelo con Clyde Drexler que terminaría con la segunda corona para Mike.
Aquella serie tiene, puntualmente, una página clásica en su comienzo, en el Juego 1 del 3 de junio de 1992. Pero antes de recordar lo que pasó, hay que ponerle un poco de contexto a la cuestión. De MJ ya sabemos que venía de lograr su primer anillo en 1991, llegando a la cima tras años de lucha constante para superar esa piedra en el zapato llamada Detroit Pistons. Claro que ese título que además se había ganado del mejor jugador de la liga, en ese entonces, tenía un cuestionamiento en la narrativa, ya que muchos empezaron a abrir el debate incluyendo a Clyde Drexler en la discusión.
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La similitud de posiciones y de estilos ganaba terreno. Hablamos de un Drexler que era apenas ocho meses mayor que Jordan, y que en esa 1991-1992 había promediado 25,0 puntos, 6,6 rebotes y 6,7 asistencias, su sexta campaña seguida con al menos 21 tantos, 6 recobres y 5 asistencias de media. ¿Nada mal, no?
Un dato más para sumar en la previa: si hay un gris en la excelencia de Michael Jordan es su lanzamiento exterior. Si bien era otra época, en la que el triple no era un arma masiva como ahora, la realidad es que Jordan no estaba ni cerca de ser un especialista o alguien consistente. Terminó su carrera tomando apenas 1,7 triples por encuentro, para un porcentaje de acierto de 32,7%. En aquella 1991-1992, el porcentaje había bajado a un mediocre 27%, metiendo un total de apenas 27 triples en toda la Fase Regular, y llegando a las Finales con un 5-16 en las tres series previas de aquellos Playoffs (Heat, Knicks y Cavaliers).
Entonces, Jordan no tuvo mejor idea que mandarle todo un mensaje de dominio a Drexler, ese que supuestamente amenazaba su trono, con un récord con el arma que menos dominaba. Sí, 100% Jordan.
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Los triples y la encogida de hombros
MJ salió al Chicago Stadium con la determinación de dar un golpe sobre la mesa. Bueno, no lo hizo una vez. Sino unas seis veces... Y sirvió para levantar un mal comienzo de los Bulls. Portland ganaba 17-9 y, con poco más de 6 minutos por jugar en el primer cuarto, Jordan conectó su primer triple después de fallar los primeros dos. ¿Ante quién? Ante Drexler, quien hizo la 'lógica' de darle espacio sabiendo su carencia exterior...
El segundo, con los Bulls abajo 25-17, llegaría unos minutos después: descarga de Pippen tras la penetración, Jordan solo en la esquina sobre el cierre del reloj de posesión. MJ estaba solo ya que Drexler lo había soltado para ayudar sobre la penetración de Scottie.
Los Blazers fallaron en la siguiente posesión, Pippen comandó la transición, encontró a un Jordan que estaba llegando y ni siquiera dudó para sacar el tiro, desde 45°. A menos de tres minutos del cierre, la desventaja se había reducido a sólo dos, cortesía de MJ.
La paridad se mantuvo hasta mediados del segundo cuarto. A 4m40 del descanso largo, con los Bulls 49-45 arriba, Jordan empezaría el golpe de gracia con su cuarto bombazo, desde 45° en el lado izquierdo, ante un Danny Ainge que ni siquiera le levantó la mano.
Y llegaría la estocada: a 2m30 del cierre, con los Bulls en control (58-49), Grant tomó un rebote ofensivo y sacó para Paxson quien encontró a un Jordan que, de frente al aro, no dudó...
La secuencia matadora seguiría: Pippen robó a Drexler, falló el costa a costa pero Jordan corrigió con una volcada. Diferencia de 14 (63-49) que tenía al estadio en llamas. Drexler (sí, pobre Clyde) ni siquiera tocó aro en la próxima posesión, Paxson subió el balón en transición, encontró a Jordan casi en 45° y la magia ocurrió: sexto triple y un gesto encogiendo los hombros como diciendo "¿qué le voy a hacer?"... Un gif o meme en la era donde no existían...
6 triples en un tiempo en un partido de Finales. Récord histórico. 35 puntos en un tiempo en Finales. Récord histórico. Nada más para decir, ¿no?
Ese partido que había comenzado complicado para los Bulls terminó en una demolición por 122-89, con Jordan brillando con 39 puntos (6-10 triples), 3 rebotes y 11 asistencias. ¿Drexler? 16 tantos, 5-14 campo. El primer paso de lo que terminaría siendo un 4-2 para volver a gritar campeón.
¿Drexler? ¡Jordan!
Su Majestad, decíamos, enterró aquella narrativa del de Portland amenazando su reinado. Y si bien los números de Clyde fueron buenos, liderando a su equipo como era habitual, Jordan fue simplemente demasiado... Por supuesto, se llevó el MVP de la definición.
Jugador | Puntos | Rebotes | Asistencias | Robos | %TC | %T3 | Minutos |
---|---|---|---|---|---|---|---|
M. Jordan | 35,8 | 4,8 | 6,5 | 1,7 | 52,6% | 42,9% | 42,3 |
C. Drexler | 24,8 | 7,8 | 5,3 | 1,3 | 40,7% | 15% | 39,7 |
"Se sentía como si fueran tiros libres. Los sorprendí tanto como me sorprendí a mí mismo y a ustedes por la forma en que tiré. Tenía que subirme a la ola cuando lo sentía, y todos pudieron sumarse desde ahí", dijo Jordan en su momento, y agregó: "No podía fallar. No sé lo que estaba pasando. Realmente no sé cómo explicarlo".
¿Qué estaba pasando? Grandeza, sin dudas. Era el mejor jugador del mundo, en la etapa decisiva, asumiendo y respondiendo a un desafío ante alguien que -según varios- estaba golpeando a su puerta. La historia fue clara con ese intento...
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