¿Cómo superó Michael Jordan a los Bad Boys de Detroit Pistons en 1991?

Sergio Rabinal

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Los Detroit Pistons de finales de la década de 1980 no se ganaron el sobrenombre de Bad Boys por ser unas hermanitas de la caridad, ni mucho menos. Su facilidad para aumentar la agresividad de un partido, embarrarlo y llevarlo a los extremos del reglamento, los convirtió en el equipo que serviría de referencia en defensa para buena parte de sus sucesores en la década posterior. Los más damnificados por este sistemático acoso y derribo que el equipo de Chuck Daly promovía fueron los Chicago Bulls y, en concreto, Michael Jordan.

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Durante tres temporadas consecutivas, Isiah Thomas y compañía tumbaron al equipo de Su Majestad (mucho antes de que se ganase su título real). Entre 1988 y 1990 los Bad Boys fueron la pesadilla de los Bulls, llegando a suponer el fin de Doug Collins en el banco de Chicago y de cuestionar incluso el potencial de Jordan como líder de ese equipo.

Los Pistons se harían con los campeonatos de 1989 y 1990, siendo finalistas además en 1988, convirtiéndose en un equipo que sentaría cátedra con un estilo defensivo agresivo y en ataque amasando el balón hasta dar con la mejor opción de lanzamiento.

Las Jordan Rules

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Las conocidas como Jordan Rules no eran más que el acoso y derribo continuado sobre el 23 de los Bulls con el único objetivo de destruir su ataque. Amparados en la ausencia de la regla de los 3 segundos que se introduciría en 2001, los Pistons centraban todos sus esfuerzos en ir haciendo mella progresivamente en la estrella a través del contacto físico. Mientras muchas de las acciones, aunque visualmente impactantes, eran legales, otras tantas superaron una línea que a día de hoy sería impensable relacionarla con un partido de básquet de pura élite. 

"Los odiaba", dice Jordan sobre los Pistons en un adelanto que se supo del documental The Last Dance. "Y el odio llega hasta el día de hoy".

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A esto hay que agregar que la regla del hand checking fuera del poste seguía vigente. Esto es, el contacto reiterado por parte del defensor con las manos. Algo que no significaba mantener las manos sobre el atacante agarrándolo, pero este podía tocar el brazo, muñeca, pierna, etc., sin que fuese considerado falta. Una regla que dependiendo del criterio arbitral podía ser más o menos benevolente con el defensor, penalizando en detrimento al atacante, en este caso Jordan y los Bulls.

jordan rules

El objetivo era sencillo: tratar de evitar que Jordan ganase las líneas de fondo cuando tuviese el balón. Toda la defensa de Detroit estaba organizada en torno a conducirlo hacia la pintura por el carril central, donde lo esperaban de dos a tres defensores extra. Por otro lado, si este recibía al poste bajo, lugar donde siempre conseguía sacar rédito, decidían saltar al dos contra uno con el jugador en la cabecera, y penalizar al máximo la sobrecarga del lado débil con el corte tras el pase al poste.

jordan rules

Para cuando Jordan quería buscar un aliado abierto ya era tarde, pues todo el equipo de Detroit se había lanzado contra él, impidiéndole cualquier línea de pase y arrancándole literalmente el balón de las manos. Lo lógico sería pensar que la solución a todos sus problemas se encontraba en quitarse la bola de las manos (menor uso ofensivo) o tratar de encontrar tiros abiertos para sus compañeros. Sin embargo, en ninguno de los casos esto funcionó:

Año Asistencias Uso ofensivo de Jordan %3PT de Bulls Triples por partido Bulls
1988 4,6 31,2% 38% 1,6
1989

6,5

29,4% 30,4% 4
1990 6,3 32,3% 30% 3,4

Barrido en toda regla

Michael Jordan vs. Detroit Pistons in 1988

Tras tres fracasos seguidos, los Chicago Bulls finalmente encontrarían su redención en las Finales de Conferencia de 1991, con un contundente 4-0 que dejó sin opción de réplica a los Bad Boys. Una victoria que se gestó tras el traumático desenlace del año anterior, en el que la serie se fue a 7 partidos, venciendo los Pistons en el último por 93 a 74 en un colapso generalizado de los aspirantes.

"Lo hicimos muy bien ese año y sentimos que estábamos preparados para vencer a los Pistons en 1990", contaba Pippen sobre la serie. "El Juego 7 fue muy decepcionante para mí porque no pude rendir al nivel que necesitaba para que el equipo tuviera éxito. Pero aún había luz al final del túnel. Era un jugador joven y sabía que las cosas suceden por una razón. Tal vez no estaba tan preparado física como mentalmente para enfrentar ese obstáculo. No lo enfrenté muy bien en 1990. Me llevó otro año".

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La llegada de Phil Jackson permitió al equipo construir una identidad más fuerte y una fortaleza mental a prueba de golpes, que hiciese de ellos un grupo incansable. Al contrario de lo que sucediese en 1988 y 1989, tras la derrota en el séptimo el equipo al completo entendió que no debían rendirse, y que volverían a intentarlo cuantas veces fuese necesario para conseguir vencer a su némesis.

Así sería. Un año más tarde, con Jordan en su mejor momento tras ser coronado como MVP de la temporada y Pippen emergiendo como uno de los mejores del momento en la liga, los Bulls derrotarían a Detroit por la vía rápida. "Fue un momento crucial para el equipo", dijo Pippen sobre la victoria. “Detroit fue un obstáculo que no habíamos podido superar en términos de vencerlos en su propio edificio. Sentimos que habíamos hecho un gran progreso en términos de cerrar la brecha. El factor de madurez, la familiaridad y llevar a Michael al punto en el que creía en sus compañeros de equipo fueron obstáculos que tuvimos que superar”.

Cómo se gestó el triunfo

Michael Jordan and Isiah Thomas

No debe subestimarse el factor mental en la victoria de Chicago en 1991, pues a través del impulso que mostró el equipo al completo puede entenderse a la perfección que destruyesen a su némesis y los recluyeran en el baúl de la historia. La pérdida de Rick Mahorn en 1989 ya había pasado factura a los de Daly el año anterior, pero en esta ocasión su ausencia se hizo más notable, haciendo que la zona fuese un espacio mucho menos transitado por jugadores vestidos de azul, y liberando de presión a los exteriores de Chicago.

Siguiendo con el factor mental, Phil Jackson reconoció en Once anillos que una de las claves fue el paso adelante dado por Scottie Pippen en todos los sentidos, empezando por su juego, donde incrementó sus promedios de 16 a 22 puntos en la serie, siendo un mejor escudero de Jordan. Esto trajo consigo una mayor confianza en sus habilidades y más control de las emociones, pues en el primer partido Mark Aguirre trató de sacarlo del encuentro provocándolo, a lo que Pippen respondió simplemente riéndose.

A nivel de juego, la serie orbitó alrededor de una mayor circulación de balón como resultado del desarrollo del triángulo ofensivo, que hizo de Horace Grant un activo indispensable en la redistribución desde los postes. Sin duda, la mencionada mejoría de Pippen fue constatada desde el inicio cuando Jackson optó por convertirlo en el "base" del equipo, dándole la responsabilidad de subir el balón, con lo que se castigaría la lentitud de los aleros rivales y permitiría a Jordan liberarse de cierta presión en la media cancha.

Evolución de las faltas en las series

Año Faltas en contra (Bulls) Faltas en contra (Pistons)
1988 23,2 21,6
1989 27,3

24,8

1990 26,8 25,8
1991 25 31,5

Los Bulls mejoraron considerablemente en todos los aspectos, pero la defensa, el gran olvidado del porqué del éxito de Chicago, fue el gran pilar que llevó al equipo de Jordan a la victoria. Jackson impuso un clima de constante atención sobre el balón, para lo que impuso un cambio sistemático en todos los bloqueos que evitaba sacar ventaja para redistribuir el balón, y que este llegase al poste bajo o a las salidas de carretones.

bulls 1991

En caso de que un jugador pequeño se quedase emparejado con un interior, tanto Grant como Cartwright salían en su ayuda realizando una defensa doble o un scram switch, un señuelo en el que se incitaba a pasar al mismatch para automáticamente lanzar un defensor de igual condición para generar el caos.

De este modo Chicago incrementó sus robos de balón de 6,7 en 1990 a 8 en 1991, y dejó a sus rivales en menos de 100 puntos en tres de los cuatro partidos de la serie.

Evolución de los rebotes

Año Rebotes defensivos (Bulls) Rebotes ofensivos (Bulls) Rebotes defensivos (Pistons) Rebotes ofensivos (Pistons)
1988 29 11 32 15
1989 28 10 29 16
1990 26 13 31 13
1991 26 14 21 13

En una serie y un juego tan físico, todas las oportunidades cuentan y el rebote es una de las métricas más importantes y reveladoras que puede haber. Contar con Dennis Rodman, Bill Laimbeer o Isiah Thomas aseguraba un buen puñado de capturas al terminar el partido, y dominar las segundas ocasiones resultó clave en el éxito continuado de Detroit.

Así, solo en el momento en el que Chicago pudo controlar el rebote defensivo pudo contener la peligrosidad de sus contrincantes, puesto que cada vez que recuperaban la posesión el reloj volvía a 24 segundos, generando una constante sensación de ataque interminable que permitía incidir en cualquier grieta que tuviese la defensa de los Bulls. Como consecuencia de ese control del rebote defensivo, Chicago tuvo muchas más acciones de contraataque con las que penalizar a un equipo cuya media de edad era 3 años superior a la suya, con un Laimbeer de 34 años.

En definitiva, el éxito liderado por Phil Jackson en su segundo intento contra sus archienemigos fue posible por una considerable mejoría de los acompañantes de Jordan en ataque, por el cual pasaron de un 42% en eFG a un 47% en apenas un año, además de un incremento de los recursos defensivos, tanto de anticipación como de riqueza, para limitar al máximo a Dummars y Thomas. La victoria en esas Finales de Conferencia les abriría el camino al primero de sus seis anillos, dejando atrás un pasado de fracasos e iniciando una nueva era para Jordan y sus compañeros.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Sergio Rabinal

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Sergio es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News. Desde 2018 desempeña las funciones de productor senior de contenido NBA. A lo largo de ese tiempo ha cubierto dos All-Stars, Basketball Without Borders y el NBA Paris Game, así como otros eventos. Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad.