La llegada de Luca Vildoza a la NBA, firmando un contrato con New York Knicks sobre la parte final de la temporada 2020-2021, fue una noticia de enorme valor para el básquet argentino y latinoamericano. Uno de los mejores talentos del país alcanzaba un vínculo para una liga que siempre se emparentó con su talento. Sin embargo, el contexto siempre generó una suerte de asterisco o condicionante pensando en, finalmente, jugar en la Gran Manzana. De hecho, no lo pudo hacer en el cierre de la campaña pasada, y todos los ojos apuntaban a la offseason con varios motivos: lo que el marplatense podría hacer en los Juegos Olímpicos y en la Summer League, y lo que hiciera la organización en la Agencia Libre y mercado. ¿Qué ha pasado allí?
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La realidad es que los movimientos de los Knicks, en principio, parecen complicar el escenario de Luca, cuyo contrato es no garantizado, pensando en su lugar en el plantel para la 2021-2022. Veamos cómo están los de Tom Thibodeau...
Abundancia de bases y escoltas
Entendiendo que Luca puede no sólo jugar como base (su posición natural) sino también como escolta (lo ha hecho en su última etapa en Baskonia y repitió en los Juegos con Argentina), veamos lo que pasa con esas dos posiciones en los Knicks, que pasaron de comenzar la offseason con casi nadie en esos puestos a tenerlo ahora mismo súper cubierto.
Primero llegaron dos renovaciones que tienen muchísimo sentido porque fueron clave en el buen andar en la 2020-2021: Derrick Rose, quien terminó siendo el mejor jugador del equipo en los Playoffs (19,4 puntos, 4,0 rebotes y 5,0 asistencias de promedio en la serie ante los Hawks), y Alec Burks, un 2 anotador que también puede llevar el balón y funcionó como revulsivo desde el banco (12,7 tantos, 4,6 recobres y 2,2 asistencias). Ambos acordaron sus nuevos vínculos por tres temporadas (43 y 30 millones, respectivamente).
Si se trata de sumar escoltas, los Knicks acordaron la llegada de uno que apunta a titular: el francés Evan Fournier, quien ligó un contrato por 4 años y 78 millones de dólares.
Y este miércoles comenzó con una suerte de bombazo: Kemba Walker acordó la rescisión con Oklahoma City Thunder y, una vez que pase el proceso dee waivers, se sumará a los Knicks, que según reportes le darían un salario cercano a los 8 millones de dólares. Sus últimos pasos por Boston mostraron una caída en su nivel, impactada por sus problemas físicos. Pero hablamos de un cuatro veces All-Star que, a los 31 años, todavía puede tener muchas cosas para dar, con el detalle no menor de que llega a su ciudad natal. Jugador local, con pasado como estrella, en un lugar donde las luces brillan como en ningún otro sitio... Pensarlo como titular es lo más lógico por varios factores.
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A esto hay que sumarle que sigue en el equipo Immanuel Quickley, quien tuvo un muy buen nivel en su año rookie como fuente de puntos automática desde el banco (11,4 en 19,4 minutos), algo que tiene mucho valor entendiendo las pocas chances que suele dar Thibs a los novatos. Y por qué no contar a RJ Barrett, un pilar joven de la franquicia (#3 del Draft 2019), escolta por naturaleza que puede llegar a pasar a jugar como alero en una virtual formación titular que lo tendría junto a Kemba, Fournier, Julius Randle y Mitchell Robinson.
Así quedan las cosas entonces:
- Bases: Kemba Walker, Derrick Rose, Immanuel Quickley, Luca Vildoza (no garantizado)
- Escoltas: Evan Fournier, RJ Barrett (puede pasar de alero), Alec Burks
Y esto es sin contar a dos de los picks del Draft 2021 que también son bases: Quentin Grimes (25°) y Miles McBride (36°). Tampoco contamos al lituano Rokas Jokubaitis, elegido en el 34° puesto y también combo-guard, pero todo indica que jugará la 2021-2022 en Barcelona tras pasar por la Summer League con los Knicks. Al cabo, los rookies tienen que firmar su contrato para sumarse al equipo después de ser drafteados.
Si proyectamos una rotación lógica, por presente y condiciones, Walker y Fournier debería ser la mediacancha titular, con Rose como opción variable desde el inicio o, principalmente, como sexto hombre, más Quickley y Burks como relevos principales en el perímetro, siempre entendiendo que Thibs usó mucho la doble base en la 2020-2021. Pero así y todo, Vildoza parece detrás de todos ellos.
El contrato de Vildoza y las opciones
Luca tiene firmado un vínculo por tres años más, aunque ninguno es garantizado. El valor de la 2021-2022 es de 3,3 millones de dólares, y una primera fecha a seguir de cerca es el 17 de octubre, el límite en el que quedaría completamente garantizado. ¿Qué significa eso? Que los Knicks pueden rescindir el mismo antes de ese día sin necesidad de pagarle. ¿Qué tan posible es?
Contando a Walker, los Knicks tendrían ya 12 contratos garantizados en su plantel: Walker, Rose, Quickley, Fournier, Barrett, Burks, Randle, Knox, Toppin, Robinson, Noel y Gibson (los dos últimos, renovados en la Agencia Libre). A esto habría que sumar quizás a alguno de los rookies seleccionados en el Draft, más los últimos fichajes que se hagan para completar un roster que puede tener hasta 15 contratos convencionales y 2 two-way.
¿Será Vildoza el 13° vínculo? Por lo menos hay una seria duda desde la lógica deportiva de los Knicks. No por las condiciones de Luca, sino porque su puesto está más que cubierto a la hora de imaginar la rotación de Thibs en la 2021-2022. Además, cortarlo antes de la fecha límite liberaría esos 3,3 millones de espacio salarial, lo que daría margen para completar el roster con algunas posiciones que sí están faltando (principalmente aleros). ¿Qué pasa si es cortado? Tras pasar por el proceso de waivers (48 horas donde otro equipo NBA puede reclamarlo con el mismo contrato, que quedaría garantizado automáticamente) quedaría libre para firmar por cualquier otro.
Lo concreto es que Luca fue anunciado en el plantel de los Knicks que disputará la Summer League de Las Vegas desde el 8 de agosto. Allí se sumará después de unos Juegos Olímpicos opacos como los de Argentina (7,0 puntos, 2,0 rebotes y 3,0 asistencias de promedio en 20,7 minutos, con 16,7% triples en 4,5 intentos) para tratar de mostrarse ante los ojos de su equipo y ver si puede hacer fuerza para convencer con su juego a la hora de una decisión final que, sin dudas, se ha complicado por los movimientos de los Knicks en el mercado.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.